“Cyrano”, donde la risa y la música son una sola

Esta obra está dirigida por el actor Jair Aguzado y cuenta la historia de un hombre enamorado, pero no correspondido. Un caballero inseguro por su físico que hará hasta lo imposible por conquistar a su amada Roxane. Todos los domingos hasta el mes de diciembre en el Teatro Nacional La Castellana.

Daniela Suárez Zuluaga
21 de septiembre de 2019 - 02:00 a. m.
“Cyrano” es una versión cómica de la obra “Cyrano de Bergerac”, de Edmond Rostand. La adaptación de Jair Aguzado es una comedia.  / Cortesía
“Cyrano” es una versión cómica de la obra “Cyrano de Bergerac”, de Edmond Rostand. La adaptación de Jair Aguzado es una comedia. / Cortesía

Cyrano de Bergerac es una obra clásica francesa basada en el verso del poeta y dramaturgo Edmond Rostand, una historia que narra la vida de un héroe militar tan diestro con la espada como con las palabras. Él, además de valiente, es un ser de profundos sentimientos, y fue la hermosa Roxane quien cautivó su corazón, profesando hacia ella un inconmensurable amor que ha mantenido en secreto por culpa de su gran complejo por tener una nariz enorme.

Roxane ha descubierto que está enamorada y ha decidido acudir a Cyrano para confesarle sus sentimientos, avivando en él las esperanzas. Pero en su confesión le revela que su amor pertenece a un “hermoso” y singular hombre llamado Christián de Neuvillette, quien es a su vez un cadete nuevo en el ejército de Cyrano.

Pronto llegará la guerra y Roxane le suplica que se convierta en el mejor amigo de Cristián para cuidarlo, además de un último deseo: que lo anime a escribir cartas de amor para enamorarla. Cyrano, en su secreto y ya resignado desamor, acepta la tarea con tal de verla feliz, pero será la torpeza de Christián lo que lo llevará a hacer hasta lo imposible por cumplir su misión, convirtiéndose por completo en el autor de todas las cartas con las que ella logra ser cautivada, y a su vez, ser el poeta que con versos improvisados logra, por fin, ganar su corazón.

Jair Aguzado, director de esta adaptación, quiso apropiarse de la historia original de Cyrano de Bergerac para hacer una versión propia que rescatara los elementos más importantes de la misma, pero que a su vez tuviera un toque único: la comedia. Es una puesta en escena de concepción minimalista en cuanto a escenografía y utilería se refiere, lo que le confiere por completo la responsabilidad interpretativa a la actuación de su elenco, en la que la música y las luces son concebidas como “personajes” en el universo dramático de la obra.

“Quise hacerlo así porque siento que es una justificación para contar una historia, pero también para seguir con ese interés que sentimos por este género del teatro. Revisé varias obras que se habían hecho, vi películas, y traté de retomar los elementos que iba a contar en una hora y media”, cuenta Aguzado, director de Cyrano. “En una película, por la manera en la que se hace, se puede contar la historia más vertiginosamente; mientras que en el teatro te puede llevar más tiempo recalcar la idea. Así que lo que hicimos fue resaltar qué se iba a contar, qué personajes iban a salir y cuáles no, y tener el criterio para decidir, entre todos como un equipo, qué funcionaba y qué no”, agregó.

Según cuenta la cabeza del talento actoral, el casting para esta divertida obra lo hizo a través de su página de Facebook. “¿Quién quiere reír y hacer reír desde un escenario?”, publicó en su estado; y en cuestión de minutos varios colegas le contestaron. “Los comentarios fueron el casting, yo ya tenía en mente a quiénes quería, y afortunadamente ellos también quisieron hacer parte de este proyecto”, agrega. Alejandra Chamorro, Felipe Garay, Christian Villamil, Biassini Segura y el propio Jair Aguzado fueron los encargados de darle vida a esta obra, que más allá de contar una historia que ya existe, pretende hacerlo con un sello propio.

Para Alejandra Chamorro, quien interpreta a Roxane, participar en esta obra fue un reto, porque giraba en torno a un lenguaje que ella aún no sabía manejar: la farsa. “Cada marcación que me hacía Jair (Aguzado) era, en mi cabeza, una forma de actuar mal. Pensaba que él me estaba diciendo que actuara mal, porque yo venía de entrenamientos y experiencias profesionales completamente diferentes”, cuenta Chamorro, resaltando su miedo a lucir exagerada en el escenario. “Con Cyrano rompí mis propios límites y dije: “esto también es actuar”. Me costó mucho pasar una línea de miedo que le tenía a ser una mala actriz”, manifestó.

Según los actores, a esta versión que hicieron de Cyrano quisieron darle la vuelta en varios aspectos con respecto a la original, que está ambientada en época de guerra y cuenta con un casting mucho más grande. La obra de Jair Aguzado, con solo cinco personas, quiso abordar este famoso clásico por medio de las risas y el amor propio. Pero también intenta hacer a un lado la guerra y la violencia, y convertirse en un espacio para disfrutar en familia. Uno de los elementos fundamentales de esta versión es la música, responsabilidad de Felipe Garay y Christian Villamil, quienes la definen como un “personaje más” en la historia.

“Yo ya había trabajado con Jair en otro montaje, y me acuerdo mucho que esa vez me dijo: ‘algún día me gustaría trabajar contigo’Junto a Christian hicimos la música de la obra, que juega un papel muy importante; es otro personaje más que está todo el tiempo hablando, interviene en varias conversaciones y es escuchada de ese modo (está lejos de ser esa típica música de fondo)”, contó Felipe Garay.

Cyrano, una obra que, según su director, está pensada para que cada uno de los actores tenga su momento de brillar en el escenario, se presenta todos los domingos hasta el 13 de octubre en el Teatro Nacional La Castellana.

Por Daniela Suárez Zuluaga

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