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“El arte es parte de mi alma”: Natalia Durán

Natalia Durán, protagonista de la película “El cartel de la papa” habla del significado de la actuación en su vida y de su rol social en busca de apoyo a niños víctimas de violencia sexual.

Jessica Leguizamón
11 de julio de 2015 - 04:39 a. m.
Natalia Durán actúa actualmente en la comedia “Granujas”, en el Teatro Nacional La Castellana. / Andrés Torres
Natalia Durán actúa actualmente en la comedia “Granujas”, en el Teatro Nacional La Castellana. / Andrés Torres

¿Siempre soñó con ser actriz?

La actuación me eligió. Realmente no tuve mucho chance de decidir qué hacer con mi vida; el arte mismo me fue llevando y encaminando. Desde niña lo tenía muy claro: actuaba, hacía obras de teatro, tenía afinidad con el arte, me gustaba cantar y pintar. Mi abuela era una pianista increíble, mi papá es crítico de cine. Crecí así y poco a poco me fui encaminando y ese camino me llevó a modelar en Londres, a hacer obras de teatro. El arte es parte de mi alma.

Ha sido actriz de teatro y de televisión, ha modelado y presentado. ¿Cuál es el rol con el que se siente más cómoda?

Con el que más me encuentro a mí misma; esa es mi mejor versión: cuando no tengo miedo de mostrar quién soy ni lo que pienso. Eso incluye que a veces esté más linda que en otros momentos, que a veces pueda estar más panzona o menos panzona, y pueda ser más crítica y más dura y más responsable con todos mis errores.

¿Qué le ha dado la actuación?

Me ha acercado a la gente, y para mí eso es una bendición invaluable. Cuando salgo a la calle la gente me abraza. Puede decir cosas lindas, o incluso cosas feas, pero es increíble poder hacer un trabajo que les llegue a tantas personas. Eso es mágico. Además, me ha sensibilizado con respecto a los conflictos en Colombia, sobre todo respecto a los niños.

Acaba de grabar “El cartel de la papa”. ¿De qué se trata la película?

Es una película muy interesante porque hemos explorado el género de la comedia colombiana, que es fantástico. Tiene un lenguaje cinematográfico muy lindo. Es, en definitiva, hermosa visualmente. La música es increíble y los lugares, preciosos. Es una comedia muy bien abordada. A la gente le va a gustar porque es para todo el mundo y es un buen plan para ir a reírse. Además, no hay que ser un erudito para entenderla.

Con frecuencia la hemos visto en papeles antagónicos. ¿Cómo se siente haciendo comedia?

Me siento muy cómoda. En este momento estoy en la obra de teatro Granujas, en el Teatro Nacional La Castellana. Es una comedia muy divertida de unos gánsteres súper torpes.

¿Qué odia o no soporta?

La violencia, aunque no podría odiarla porque estaría incurriendo en el mismo ciclo. Ese es el gran reto: no odiar, sino entender.

¿Su lugar favorito?

No me importa cuál sea si estoy con mis hijos.

Tiene tres hijos. ¿Qué espera dejarles?

La idea de que no se traicionen a sí mismos.

¿Se arrepiente de algo en la vida?

Sí, de los errores que he cometido, pero últimamente he llegado a la conclusión de que todo ha sido perfecto y he aprendido de eso. Me arrepentiría de no hacer lo que amo.

Apoya a la fundación Niños por un Nuevo Planeta. ¿En qué consiste esta labor?

Es una fundación que lleva 14 años de trabajo con niños víctimas de violencia sexual y condiciones de pobreza extrema. Se dedica a la rehabilitación y se encarga de darles a los niños la oportunidad de tener una vida digna, a rehabilitarse de las secuelas psicológicas que deja un abuso sexual o un abuso de cualquier tipo, y que no repitan ese ciclo, ya que, según las estadísticas, una persona que fue abusada a temprana edad tiene altas probabilidades de ser un abusador un su adultez. Ahora, como embajadora que soy de la fundación, tratamos de conseguir recursos para el Plan Ladrillo. La idea es darles una casa digna y albergar a 500 niños.

Por Jessica Leguizamón

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