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¿Cómo empezó su carrera como educador?
Cuando tenía 22 años, después de terminar el colegio, trabajé con los Cuerpos de Paz. Fui voluntario en Macedonia durante dos años y tenía que enseñarles inglés a estudiantes de bachillerato. Cuando regresé, hice una maestría en educación en la Universidad de Columbia.
¿Siempre fue algo que lo apasionó?
No, mis padres fueron profesores en colegios públicos. Cuando era niño veía lo duro que ellos tenían que trabajar y pensaba que bajo ninguna circunstancia me iba a convertir en profesor. Recuerdo que quería ser cualquier cosa menos eso.
¿Cómo surge el proyecto “What if…”?
Siendo profesor en la universidad estaba viendo una conferencia TED. En ese momento me emocioné por el interés que existe por difundir ideas, pero a la vez me sentí muy frustrado. En este tipo de conferencias hay un solo orador diciéndole a un grupo enorme de personas lo que logró o descubrió, pero mi pregunta fue qué venía después. En sus estructuras está todo lo que aprendí para convertirme en profesor.
¿Cuál era el problema de las conferencias TED?
Mi inspiración en la educación es cambiar los procesos con los que se hacen las cosas normalmente. Para mí, el foco debe estar en la audiencia y no en el orador. Hacer las cosas de ese modo desata un proceso colaborativo en el que la gente llega con problemas que quiere solucionar y se va con acciones e ideas concretas para superar esos problemas, en eso consiste “What if…”.
¿Cómo transformar la apatía en curiosidad?
Paulo Freire escribió mucho sobre ser dueños de lo que aprendemos. Uno de los secretos para hacer que la curiosidad supere la apatía es mostrarles a los aprendices una conexión directa entre lo que hacen y sus vidas. De lo contrario, vamos a ver el sistema educativo como el sistema económico, donde los trabajadores no se sienten dueños de su trabajo y, en últimas, se sienten usados.
¿Por qué hacer preguntas puede producir cambios sociales?
Hacer una pregunta es pedir colaboración. Una de las cosas que logramos al hacer preguntas es crear un espacio en el que todos pueden empezar a participar. Preguntar nos permite trabajar con más personas para llegar a la resolución de un problema, sin necesidad de prestar tanta atención a las diferencias que nos podrían separar.
¿Cuál es la relación entre curiosidad y emprendimiento?
El emprendimiento consiste en resolver problemas, en preguntarnos cómo podemos hacer que algo mejore. Me gusta convertir problemas en oportunidades. La mayoría ve los problemas y se aleja de ellos o espera que alguien más se haga cargo. La curiosidad nos hace buscar esos problemas.
¿Cómo ve el futuro de la educación?
Soy muy optimista. La educación ha atraído mucha gente innovadora y con una muy buena formación. Me entusiasma mucho, porque creo que hay muchas semejanzas entre el emprendimiento y la educación. Por eso me encanta hacer conferencias, porque podemos invitar a la gente que trabaja en todos los campos del emprendimiento y los resultados son muy emocionantes.
¿Qué lo emociona de venir a Colombia?
La primera vez me quedé muy poco tiempo. En ese corto período me impresionó mucho la creatividad de la gente joven y el entusiasmo que tenían hacia la tecnología y el emprendimiento. Creo que es una buena oportunidad para compartir un poco más ese entusiasmo.