El torero es un gitano
El matador colombiano Juan Solanilla, administrador de empresas de los Andes, actúa este domingo en Bogotá.
El Espectador
¿Cómo es eso de que un administrador de empresas de los Andes es a la vez torero?
Administro una empresa que se llama “Juan Solanilla”. Siempre seré torero.
¿De los Andes salió en hombros?
Habría que preguntarles a los profesores. Al terminar mi carrera me quedó el sentimiento del deber cumplido.
La materia que más duro le dio.
Ojalá hubiera sido una sola: cálculo integral, probabilidad y estadística han sido los toros mas difíciles que he enfrentado.
¿En cuál cortó rabo y doble oreja?
Negociación.
¿Qué se ve haciendo dentro de 10 ó 20 años?
En 10 años estaré en la parte más alta de la torería mundial. Y en 20, creando empresa en Colombia para generar bienestar.
¿Desde cuándo descubrió su pasión por los toros?
A los seis años pintaba toreros, toros y me pintaba ahí.
¿Cuántas veces lo han corneado?
Una. Sufrí una cornada en el brazo derecho el 19 de enero de 2008, en la Santamaría. Afortunadamente no pasó a mayores, pero el cuerno pasó a centímetros de una arteria muy importante y de los nervios responsables de la movilidad del brazo.
¿Y le gusta poner cuernos?
Nunca lo he hecho y no lo haré. Lo más importante en cualquier relación es el respeto.
¿Cómo fue su primer día en una plaza de toros?
En Cali. Toreaba el español Javier Vásquez, quien fue cogido varias veces, pero se levantaba y seguía toreando.
¿Y su debut como torero?
El 28 de noviembre de 2004 en Siachoque, Boyacá. Me sentía como un extraterrestre con el traje, nunca se me olvidará ese día.
Una faena inolvidable.
El 5 de diciembre, en Cali. Indulté y salvé la vida del novillo “Navidad”, de la Ganadería de Ernesto González.
Defina a Jairo Antonio Castro:
¡Torero de arte! Carácter, personalidad y honradez.
Ganadería Santa Bárbara.
Mi escuela. La mejor ganadería y los mejores amigos del planeta.
César Rincón.
¡Maestro! Raza, amor propio y conocimiento del toro.
Paco Perlaza.
Valor y entrega.
El Juli.
Mi padrino de alternativa. Un torero completísimo e incombustible. La técnica más depurada.
El mejor torero de todos los tiempos.
Enrique Ponce.
¿Y los toreros sí tienen garantías laborales?
Pocas, desafortunadamente. Ser torero es un poco aceptar la vida de un gitano.
Su plaza favorita.
Bogotá.
¿El toreo está perdiendo adeptos?
No, es que no hemos sabido atraerlos, por falta de promoción y difusión. Algunos individuos antitaurinos, mal intencionados, se han encargado de difundir mensajes falsos e injuriosos sobre lo que es el toro, el toreo.
Muchos creen que es una actividad cruel con los animales.
Están equivocados. Lo que aquí se hace es honrar al toro, su bravura y su condición natural. Muere de la manera más honrosa, peleando. No en un matadero sin defenderse. Está seleccionado genéticamente para combate, por eso es que no experimenta lo mismo que otros animales domésticos.
Su mejor momento como torero.
Ahora.
Un comentarista de toros.
Antonio Chennel, Antoñete.
¿A quién le hace el quite?
A la gente que pretende darse créditos con uno sin motivos.
Una situación difícil de capotear.
Un atraco en una finca en los Llanos. ¡Qué susto!
El mano a mano que sueña.
Con Enrique Ponce, en el momento en que yo esté preparado.
¿Cómo es eso de que un administrador de empresas de los Andes es a la vez torero?
Administro una empresa que se llama “Juan Solanilla”. Siempre seré torero.
¿De los Andes salió en hombros?
Habría que preguntarles a los profesores. Al terminar mi carrera me quedó el sentimiento del deber cumplido.
La materia que más duro le dio.
Ojalá hubiera sido una sola: cálculo integral, probabilidad y estadística han sido los toros mas difíciles que he enfrentado.
¿En cuál cortó rabo y doble oreja?
Negociación.
¿Qué se ve haciendo dentro de 10 ó 20 años?
En 10 años estaré en la parte más alta de la torería mundial. Y en 20, creando empresa en Colombia para generar bienestar.
¿Desde cuándo descubrió su pasión por los toros?
A los seis años pintaba toreros, toros y me pintaba ahí.
¿Cuántas veces lo han corneado?
Una. Sufrí una cornada en el brazo derecho el 19 de enero de 2008, en la Santamaría. Afortunadamente no pasó a mayores, pero el cuerno pasó a centímetros de una arteria muy importante y de los nervios responsables de la movilidad del brazo.
¿Y le gusta poner cuernos?
Nunca lo he hecho y no lo haré. Lo más importante en cualquier relación es el respeto.
¿Cómo fue su primer día en una plaza de toros?
En Cali. Toreaba el español Javier Vásquez, quien fue cogido varias veces, pero se levantaba y seguía toreando.
¿Y su debut como torero?
El 28 de noviembre de 2004 en Siachoque, Boyacá. Me sentía como un extraterrestre con el traje, nunca se me olvidará ese día.
Una faena inolvidable.
El 5 de diciembre, en Cali. Indulté y salvé la vida del novillo “Navidad”, de la Ganadería de Ernesto González.
Defina a Jairo Antonio Castro:
¡Torero de arte! Carácter, personalidad y honradez.
Ganadería Santa Bárbara.
Mi escuela. La mejor ganadería y los mejores amigos del planeta.
César Rincón.
¡Maestro! Raza, amor propio y conocimiento del toro.
Paco Perlaza.
Valor y entrega.
El Juli.
Mi padrino de alternativa. Un torero completísimo e incombustible. La técnica más depurada.
El mejor torero de todos los tiempos.
Enrique Ponce.
¿Y los toreros sí tienen garantías laborales?
Pocas, desafortunadamente. Ser torero es un poco aceptar la vida de un gitano.
Su plaza favorita.
Bogotá.
¿El toreo está perdiendo adeptos?
No, es que no hemos sabido atraerlos, por falta de promoción y difusión. Algunos individuos antitaurinos, mal intencionados, se han encargado de difundir mensajes falsos e injuriosos sobre lo que es el toro, el toreo.
Muchos creen que es una actividad cruel con los animales.
Están equivocados. Lo que aquí se hace es honrar al toro, su bravura y su condición natural. Muere de la manera más honrosa, peleando. No en un matadero sin defenderse. Está seleccionado genéticamente para combate, por eso es que no experimenta lo mismo que otros animales domésticos.
Su mejor momento como torero.
Ahora.
Un comentarista de toros.
Antonio Chennel, Antoñete.
¿A quién le hace el quite?
A la gente que pretende darse créditos con uno sin motivos.
Una situación difícil de capotear.
Un atraco en una finca en los Llanos. ¡Qué susto!
El mano a mano que sueña.
Con Enrique Ponce, en el momento en que yo esté preparado.