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El último rugido del león

Después de noventa años, Historia de Metro Goldwyn Mayer rueda la última escena de su película: la ley de bancarrota.

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Sara Araújo Castro
06 de noviembre de 2010 - 03:21 a. m.
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Como si se tratara de una premonición de lo que sería el final 90 años más tarde, la primera cinta que produjo la recién fusionada empresa Metro-Goldwyn Mayer en 1924 se tituló Avaricia, megaproducción de 10 horas del director Erich von Stroheim. Para infinita frustración de Von Stroheim, quien la consideraba una obra maestra, el estudio le pidió editarla, pues proyectar 10 horas de cine era imposible. No obstante, ante su incapacidad de reducirla a menos de cuatro horas, la productora ordenó a la editora June Mathis una reedición de dos horas y media condenándola al garrafal fracaso de taquilla, pues comprenderla era casi imposible.

En esta historia, la mujer de un dentista que gana la lotería lo pierde todo por el engaño de su amante, pareciera estar signado el desenlace fatal de uno de los más grandes estudios del cine, que terminó declarándose en bancarrota desde julio de este año hasta el pasado 4 de noviembre, cuando se confirmó la medida.

Pero antes del fracaso, al igual que la protagonista del mencionado filme, la compañía que consolidó Marcus Loew saboreó hasta la saciedad el éxito. De hecho, mucho de la historia del cine norteamericano ha sido contada a partir de un estrepitoso rugido de león como obertura.

El nombre nace de las tres compañías que formaron una fusión corporativa para crear MGM Studios en 1924: Metro Picture Corporation (fundada en 1915), Goldwyn Picture Corporation (fundada en 1923) y Louis B. Mayer Pictures (fundada en 1918). Alrededor de la melena las palabras Ars Gratia Artis anunciaban que se trataba de un trabajo “por amor al arte”.

Louis B. Mayer (1885-1957), quien en realidad nació en Minsk, actual Bielorrusia, con el nombre de Eliezer Meir, se nacionalizó americano tras la migración de su familia, primero a Canadá, para luego radicarse en Estados Unidos. En 1917 fundó su compañía de cine, Louis B. Mayer Pictures, que seis años más tarde entraría a ser parte de la fusión con las dos empresas de Marcus Loew, con lo cual nació la Metro-Goldwyn-Mayer.

Tras la muerte prematura de Loew, en 1927, su rival William Fox intentó comprar las propiedades, pero haciendo uso de la ley antimonopolios Mayer logró evitar la desaparición de la MGM.

Grandes producciones como Ana Karenina (1935), protagonizada por Greta Garbo; Ben Hur(1959), que fue ganadora de 11 premios Oscar; la emblemática Quo Vadis (1951), dirigida por Mervyn LeRoy, que obtuvo ocho nominaciones y ninguna estatuilla; la memorable saga de Rocky, el boxeador a quien Silvester Stallone debe todo su éxito; además del eterno Agente 007 y más recientemente filmes taquilleros como Hannibal o las comedias Legalmente rubia, de la que se hicieron dos películas, conforman la lista de filmes de este gran estudio, que ha sostenido la megaindustria de la gran pantalla.

Ahora, a pesar de la crisis y de la avaricia del medio que se llevó por delante este león cansado, la última gran producción sera El Hobbit, una obra de Tolkien anterior a El Señor de los Anillos, que será estrenada el año entrante. ¿Será el último aliento del rey de los estudios o lo oiremos rugir de nuevo?

Por Sara Araújo Castro

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