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“Pretty Boy, Dirty Boy” es su segundo trabajo de estudio. ¿Sintió algún cambio entre su primer álbum, “Magia”, y este?
Sí, total. Creo que el primer disco fue hecho con muchas ganas, con mucha pasión, pero fue algo novato, por así decirlo. Llevaba muy poco tiempo en la industria. El segundo ya es más profesional, definitivamente más maduro, es un disco en el cual hago la composición de la mayoría de las canciones, entonces me encanta y está hecho con mucho cariño.
Interviene en las letras de algunas de las 14 canciones de este disco. ¿Cómo es escribir para usted?
Es algo muy bonito. El hecho de que Dios me haya dado la oportunidad y el don de compositor me da mucha tranquilidad, porque siempre vivo desarrollándome y la escritura es como cualquier otro ejercicio y hay que hacerlo continuamente. En las canciones que no participé fueron canciones que no quise tocar, porque sentía que ya tenían algo muy bonito como estaban, entonces no quise participar en ellas.
Estuvo trabajando en este álbum dos años largos. ¿Qué pasó en ese tiempo? ¿Cuántas canciones le llegaron? ¿Cuántas dejó de lado?
Haciendo la cuenta de las canciones que grabé completas, son más o menos 80, de las cuales escogimos 14. Seleccionar las mejores canciones fue un proceso difícil, como en todo disco, pero eso quiere decir que pasaba muchas horas en el estudio.
Hay algunas versiones suyas con guitarra, acompañado de una persona que lo apoya en la voz. ¿Encuentra algo distinto en ese formato? ¿Es más íntimo?
Me genera una pasión muy bonita cantar mis canciones acústicas. Tengo un formato que apenas estoy creando, que consta de un guitarrista y un corista, y me parece que es algo que me nace hacer. Entonces encontré en esta faceta acústica un Maluma más evolucionado en cuanto al canto.
¿De esa manera nacen sus canciones o cómo?
Ahora que aprendí a tocar la guitarra estoy en el proceso. Me gusta componer mis canciones con guitarra. Hay veces en las que me envían ritmos y de ahí nace otra idea. Hay veces en que estoy viajando y se me ocurre un coro y lo llevo al estudio. Son diferentes formatos de hacer canciones.
¿Es más fácil inclinarse hacia el lado romántico o también le gusta tocar las fibras del desamor?
Hay dos canciones que no son nada románticas. Una de ellas se llama Tengo un amor y la otra Vuelo hacia el olvido. La primera habla del enamoramiento eterno y la otra de un desamor profundo, y ese tipo de cosas de cuando uno termina una relación mal. Les canto al amor y al desamor.
Esas canciones que se han convertido en virales, ¿siguen gustándole o se cansa un poco de ellas?
De esas canciones no me canso. Creo que me canso de las primeras canciones, que me provocan el deseo de cantar algo nuevo, pero a la gente le gustan algunas canciones viejas, entonces son cosas que uno hace porque el público lo pide, pero, más allá de eso, estoy loco por cantar mi nuevo disco.
Ha cambiado sus sensaciones y sentimientos hacia ser artista. ¿Cómo ha ido evolucionando ese ser artista en Maluma?
Creo que lo más importante es que soy la misma persona, con la misma esencia, aunque mi entorno haya cambiado. Presiento que me he vuelto una persona más madura, que tiene los pies puestos sobre la tierra a medida que va pasando el tiempo. Entre más exitoso me convierto, más apegado a mi familia soy. Sigo siendo el mismo desde el primer día.
Fue futbolista de las divisiones inferiores. ¿Qué recuerda de esa época?
Las levantadas temprano, tantos entrenamientos, disciplina y educación, que ahora llevo a mi carrera musical. El hecho de tener que levantarme a las seis de la mañana para ir a entrenar me generó una disciplina, y por eso soy tan enfocado en mis cosas. Extraño mucho el fútbol. Cada vez que voy a Medellín juego, pero lo extraño un montón.
¿De qué juega?
Soy volante de creación. Me iba muy bien, pero la pasión por la música le ganó a la pasión por el fútbol.
Hay otra faceta suya, la de ser diseñador. ¿Cuándo se dio cuenta de que tenía potencial allí?
Lo bonito fue que descubrí que con mis gustos podía hacer moda, pero no soy diseñador, no hago bocetos ni dibujo mi ropa. Pero hay algo con lo que sí nací y vengo desarrollando, y es el gusto por la moda. Cuando he tenido la oportunidad de estar en alguna alfombra roja no tenía un stylist que me ayudara a empacar la ropa, y me di cuenta de que en los premios me reconocían por ser uno de los mejor vestidos de la alfombra roja y yo era el que me vestía, así que tengo buen gusto. Se presentó esta oportunidad con Ammelisa, que es una compañía 100% colombiana que ha ayudado a cumplir este sueño.
Existe una conexión muy fuerte entre usted y las redes sociales. ¿Cómo es ese trabajo?
Soy quien hace las ideas de marketing, quien visualiza cómo deben estar mis redes sociales. Tengo un equipo que me apoya y con el que estoy muy agradecido por confiar en mí. Son personas que me han ayudado bastante. Me gusta estar conectado con la gente. Lo primero que hago es levantarme, tomarme una foto y subirla al Instagram, y lo hago de corazón, más allá de pensar que es una buena estrategia de marketing.
¿Qué tanto ha aprendido como entrenador en “La Voz Kids”? ¿Qué le han enseñado los niños?
Ha sido un aprendizaje más personal que artístico. Los niños han despertado en mí el deseo de querer volver a ser niño, de mantenerme como un alma joven. Para mí han sido maestros. La gente me dice en la calle que le gusta la labor que estoy haciendo allí y les digo que quienes hacen posible que yo sea así son los niños.
Hablando de su niño interior, ¿qué le dice Juan Luis Londoño niño al Maluma de hoy?
Creo que soy el mismo, pero en diferente entorno. Todos los días trato de reírme, de hacer bromas como un niño. Quiero reírme todos los días, no quiero ser un hombre de oficina. A mí las cosas materiales no me sorprenden. Lo que me sorprenden son esos detalles pequeños que veo en los niños de “La Voz Kids”.
¿Se ha sentido identificado con alguno de los chicos?
Claro, con muchos. Recuerdo que cuando estaba chiquito siempre quise pertenecer a un “reality” y mis padres nunca me llevaron, entonces es interesante saber qué hubiese pasado si me hubieran llevado.
¿Quién le dijo por primera vez que cantaba bien?
Desde muy niño hacía “shows” para mi familia. Ellos sabían que tenía potencial y me inscribieron en clases de canto, pero las abandoné por el fútbol. Luego participé en los coros. Siempre supe que había un potencial de canto y lo fui desarrollando.
Cuál considera que es su aporte al género urbano?
Llevar este género a otro nivel. Que la gente conozca a nivel internacional el movimiento que hay en Colombia, y generar un poco de credibilidad, ya que este género es un poco estigmatizado, entonces quiero que lo miren con otros ojos.