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¿Cómo se convirtió en experto en el manejo de adicciones?
La adicción en sí misma es una gran maestra, puesto que te enseña a través del dolor. A raíz de mi proceso terapéutico y el conocimiento adquirido andando por esta vida, decidí capacitarme con diferentes maestros y escuelas en Colombia, y actualizar constantemente mi hacer en consejería en el Colegio de Adicciones del Estado de Georgia (EE. UU.), adscrito al Board IC&RC. Pero lo más importante es haber vivido 28 años el tormento de la adicción y gozar los beneficios de vivir en recuperación.
¿Cuándo decidió escribir un libro para agradecerle a la adicción? ¿Qué le agradece?
En mi libro Gracias, adicción relato algunas experiencias de vida en consumo de psicoactivos y del desastre que implica andar en medio de conductas tan erráticas, haciéndome daño y llevándome por delante a los seres que amo. Habitualmente recopilo apuntes sobre mi experiencia y sobre las vivencias de otros que conozco para acercar a los lectores de manera simple a este mundo tan común, pero tan extraño, y explicarlo de manera sencilla, desde la autorreferencia y desde la verdad científica, y sin hacer ciencia, me permito una narrativa de lectura fácil, incluso con algunas notas tragicómicas que los adictos vivimos.
¿En “Gracias, adicción”, su tercer libro, qué adicciones destaca?
En mi opinión, el término “adicción” es el síntoma de un fuerte malestar emocional que vincula básicamente miedo, dolor, rabia y tristeza; y por supuesto el amor mal aprendido. Eso, más los indicadores de infelicidad y altos los niveles de frustración que el sistema de vida actual aporta, nos conducen a elevar más y más los niveles de ansiedad y depresión, y esos estados de angustia nos llevan a buscar por cualquier medio gratificaciones compensadoras inmediatas. El libro está enfocado desde los estadios emocionales que son el origen de las conductas adictivas. Mi obra relata, en general, todas las conductas de dependencia que conocemos hoy, haciendo énfasis en los juegos electrónicos y de video y la adicción al celular.
¿Cómo se puede detectar una adicción y las medidas por tomar?
Por lo general, se evidencia una adicción cuando se presentan episodios críticos o hay en la familia un miembro problema en el que focalizamos las preocupaciones de los demás en casa. Adicción es toda acción voluntaria y progresiva que modifica la química cerebral y el sistema nervioso, y por ahí, el comportamiento del individuo, afectando de diferente manera el entorno. Las medidas a tomar en principio siempre serán observar los cambios comportamentales de ese miembro de la familia y evaluar tales comportamientos con la asesoría de un consejero especialista.
¿Cuáles son las adicciones que más afectan a la población colombiana?
Los más jóvenes se ven seriamente afectados por el uso indiscriminado y sin control de los juegos en el computador y el celular. Los adultos acuden a una serie de prácticas adictivas, que van desde las apuestas vía internet relacionadas con eventos deportivos, las apuestas en el casino, el consumo de pornografía y lo de siempre: el uso cada vez más expandido y tolerado de alcohol, tabaco y drogas naturales y sintéticas; y las dependencias tóxicas entre las personas con visos de relaciones amorosas.
¿Cuál es la adicción más difícil de superar?
Cualquier cuadro adictivo es difícil de superar si tanto la persona como su entorno presentan respuesta que minimizan o niegan el problema y cuando hay terceros facilitadores del mismo, los que comúnmente conocemos como codependientes en activo. También es difícil superar una adicción cuando la enfermedad ha llegado a niveles de cronicidad y presenta daños orgánicos diagnosticados, como cirrosis, cardiopatías, daño al aparato respiratorio o trastornos emocionales o mentales ya muy evolucionados.
¿Cómo se puede reducir la dependencia del celular?
El celular aporta mucha información y poca comunicación. Controlarse en su uso y aplicaciones es bien complejo: si siempre tengo el dispositivo en la mano se establece una relación de intimidad y complicidad muy estrecha, generalmente tóxica. Puede ayudar hacer acuerdos en familia como apagarlo mientras descansamos, a la hora de las comidas o mientras participamos de actividades interpersonales que no requieren su uso. Debemos generar cultura social y pedagógica de uso racional. Permitirles el acceso a los niños es crearles de entrada una falsa necesidad que genera la dependencia inmediata y bien poderosa, porque el celular no es un juguete. Los adolescentes deben tener restricciones y planes de acuerdo con sus necesidades reales de comunicación.