Ganaderos se suman a la paz
Mañana se celebra la tercera edición de la cena de donación ‘Una vaca por la paz’, en el Club El Nogal, con la participación de los chefs Harry Sasson, Leonor Espinosa, Humberto Sánchez y Mark Rausch. El ingeniero afirma que una vaca se asemeja a una máquina de producción y multiplicación de recursos para las familias rurales pobres.
Redacción Un chat con...
¿Cómo nace la idea de “Una vaca por la paz”?
Los grandes males de este país, como la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades, se viven con mayor crudeza en el campo. La Fundación Colombia Ganadera se inspiró en un programa similar de la Fundación Heifer, que ayuda a familias rurales pobres mediante la donación de vacas para mejorar la economía y la nutrición familiar, así como su autosostenibilidad, generando además una cadena de solidaridad.
¿Por qué una vaca?
La vaca es un elemento esencial de la economía familiar rural. Es un recurso vivo que se multiplica, que genera ingresos y contribuye a la nutrición de los hogares rurales. Es como darle una “máquina” que produce dinero y alimento con la posibilidad de crecer y multiplicarse.
¿Cuál ha sido su mayor reto como presidente de Fedegán?
Tratar de hacer pedagogía en el país sobre el inconveniente que es negociar con un grupo criminal como las Farc, que durante 50 años tuvo como objetivo militar a la ganadería colombiana.
¿Cuál ha sido la clave para completar 10 años en este cargo?
El liderazgo y tener contacto permanente con los ganaderos de todas las regiones de Colombia.
¿Lo inquietan los acuerdos alcanzados entre el Gobierno y las Farc en el tema agrario?
Creo que va a significar un escenario de conflictividad porque hay temas que tienen que ver con la propiedad privada que no solamente no están claros, sino que, por el contrario, están generando interpretaciones a partir de la extinción de dominio sobre el impacto ecológico que pueden tener efectos regresivos en el desarrollo del sector.
¿Son suficientes los $13 billones de los que habla el Gobierno para el posconflicto?
Todavía no hemos empezado a hablar de eso y simplemente estamos tapando el hueco de lo que dejaron las elecciones pasadas.
¿Qué van a aportar los ganaderos para el posconflicto?
Nuestro trabajo, el cumplimiento de la ley, el compromiso social como lo estamos manifestando con programas como “Una vaca por la paz”.
Un personaje que admire.
Álvaro Gómez: creo que fue un faro para el país, una persona con una inmensa capacidad de identificar con antelación los males por los cuales el país iba atravesar.
El mejor momento de su vida.
El nacimiento de mis hijos.
Dicen que es de mal genio...
Todos somos de mal genio y tenemos un límite en el nivel de tolerancia. A mí me gusta que las cosas salgan bien, o si no me enojo.
¿Qué le gusta leer?
Entre literatura, historia y por supuesto temas que tienen que ver con asuntos económicos.
Una recomendación.
La civilización del espectáculo, de Mario Vargas Llosa.
¿Usted también cree que Gabriel García Márquez debería estar en el infierno?
(Risas) A él no le importa eso. Gabriel García Márquez fue ateo. Yo creo que ese es un problema menor.
¿Qué ha hablado con su esposa de esa declaración sobre Gabo?
Uno tiene que respetar la autonomía de las personas. Ella hoy tiene una investidura, es una parlamentaria, no voy a interferir en su propia dinámica, me parece equivocado y contraproducente. Me casé con ella por la Iglesia y tenemos cuatro hijos.
¿Cómo nace la idea de “Una vaca por la paz”?
Los grandes males de este país, como la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades, se viven con mayor crudeza en el campo. La Fundación Colombia Ganadera se inspiró en un programa similar de la Fundación Heifer, que ayuda a familias rurales pobres mediante la donación de vacas para mejorar la economía y la nutrición familiar, así como su autosostenibilidad, generando además una cadena de solidaridad.
¿Por qué una vaca?
La vaca es un elemento esencial de la economía familiar rural. Es un recurso vivo que se multiplica, que genera ingresos y contribuye a la nutrición de los hogares rurales. Es como darle una “máquina” que produce dinero y alimento con la posibilidad de crecer y multiplicarse.
¿Cuál ha sido su mayor reto como presidente de Fedegán?
Tratar de hacer pedagogía en el país sobre el inconveniente que es negociar con un grupo criminal como las Farc, que durante 50 años tuvo como objetivo militar a la ganadería colombiana.
¿Cuál ha sido la clave para completar 10 años en este cargo?
El liderazgo y tener contacto permanente con los ganaderos de todas las regiones de Colombia.
¿Lo inquietan los acuerdos alcanzados entre el Gobierno y las Farc en el tema agrario?
Creo que va a significar un escenario de conflictividad porque hay temas que tienen que ver con la propiedad privada que no solamente no están claros, sino que, por el contrario, están generando interpretaciones a partir de la extinción de dominio sobre el impacto ecológico que pueden tener efectos regresivos en el desarrollo del sector.
¿Son suficientes los $13 billones de los que habla el Gobierno para el posconflicto?
Todavía no hemos empezado a hablar de eso y simplemente estamos tapando el hueco de lo que dejaron las elecciones pasadas.
¿Qué van a aportar los ganaderos para el posconflicto?
Nuestro trabajo, el cumplimiento de la ley, el compromiso social como lo estamos manifestando con programas como “Una vaca por la paz”.
Un personaje que admire.
Álvaro Gómez: creo que fue un faro para el país, una persona con una inmensa capacidad de identificar con antelación los males por los cuales el país iba atravesar.
El mejor momento de su vida.
El nacimiento de mis hijos.
Dicen que es de mal genio...
Todos somos de mal genio y tenemos un límite en el nivel de tolerancia. A mí me gusta que las cosas salgan bien, o si no me enojo.
¿Qué le gusta leer?
Entre literatura, historia y por supuesto temas que tienen que ver con asuntos económicos.
Una recomendación.
La civilización del espectáculo, de Mario Vargas Llosa.
¿Usted también cree que Gabriel García Márquez debería estar en el infierno?
(Risas) A él no le importa eso. Gabriel García Márquez fue ateo. Yo creo que ese es un problema menor.
¿Qué ha hablado con su esposa de esa declaración sobre Gabo?
Uno tiene que respetar la autonomía de las personas. Ella hoy tiene una investidura, es una parlamentaria, no voy a interferir en su propia dinámica, me parece equivocado y contraproducente. Me casé con ella por la Iglesia y tenemos cuatro hijos.