Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Del tango conserva su carácter arrabalero. Del rock mantiene viva la condición espontánea. Y de la denominada nueva canción reivindica el compromiso social del arte. Esos tres estilos sonoros, tan dispares entre sí, coinciden en una sola figura emblemática y se encuentran en una voz potente que ha hecho del canto la posibilidad de decir lo que muchos insisten en callar.
Ese personaje de culto, casi inalcanzable tanto en sus registros vocales como en sus condecoraciones, se llama Haydee Mercedes Sosa, pero los amigos y el público en general prefieren identificarla y aclamarla con el nombre de La Negra.
“Nunca me ha importado si las personas que me siguen son ricas o pobres. Para muchos de los oligarcas de este continente soy una simple “negra” petisa, que no tiene glamour. Porque este es un país de negros donde todos son rubios”, comentó en alguna oportunidad esta mujer que ha sido considerada por muchos años como la folclorista más representativa de todo el cancionero argentino. Sin embargo, esa distinción no surgió de la noche a la mañana, pues ella comenzó su carrera artística en la década del 50, cuando se presentó con éxito en un concurso de una emisora en su natal Tucumán.
Antes de cumplir quince años, Mercedes Sosa ya tenía su primer triunfo, pero al poco tiempo también logró su primer descalabro musical. Su disco debut La voz de la zafra (1962) pasó inadvertido, al igual que su segundo intento Canciones con fundamento (1965), que a la postre se convirtió en uno de los estandartes melódicos y letrísticos de la denominada canción social. La colaboración de su esposo, Manuel Óscar Matus, y de su amigo Armando Tejada Gómez, fue importante para sobreponerse y salir adelante.
El comienzo de su consagración definitiva dentro de la música popular fue a finales de los años 60, cuando participa de manera espontánea y por iniciativa de su colega Jorge Cafrune en el Festival de Cosquín. Los pocos minutos que duró su intervención sobre el escenario fueron suficientes para que el público masivo se convirtiera en cómplice de esta gran dama de la canción.
Mercedes Sosa siguió uniendo su nombre al éxito y después de ponerle voz a los versos de sus coterráneos Pato Gentilini, el Chivo Valladares y Pepe Núñez, optó por recorrer el continente buscando material para sus recientes grabaciones. Esta etapa de investigación extensa pronto originó sus frutos: Cantata sudamericana, Mujeres argentinas y una tercera producción dedicada a los versos de la chilena Violeta Parra, ampliaron su espectro discográfico durante los revolucionados años 70, en los que el compositor Ariel Ramírez y el letrista Félix Luna fueron esenciales en su crecimiento como artista. Desde entonces siempre se afirma que Mercedes Sosa es la voz de América Latina. “Decir que yo soy la voz de América Latina es muy rimbombante y eso se traduce en no conocer Latinoamérica. Es un continente enorme, disperso, variado. Hay mil voces, no una”, aseguró llena de convicción.
Su preocupación por el pueblo, su incondicional apoyo a los movimientos de izquierda y su facilidad de convocatoria fueron motivos más que contundentes para que después del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, La Negra fuera señalada como objetivo militar del régimen dictatorial de Argentina. En un ambiente de represión máxima, sus discos fueron prohibidos y los jóvenes de la época se rotaban la música en el formato de casete, hoy por hoy en desuso. De esta manera artesanal Mercedes Sosa siguió llegando a los oídos y al corazón de la gente, que la apoyó cuando fue arrestada en un concierto en La Plata. Vivió en el exilio más de cuatro años y desde París y Madrid siguió dándole rienda suelta a sus opiniones comprometidas.
En 1983 volvió a Argentina y celebró su regreso con bombos y platillos en una serie de conciertos en el Teatro Ópera de Buenos Aires. Este evento sin precedentes resultó siendo un acto cultural contra la dictadura, así como un suceso renovador para la música popular, pues la artista incluyó en sus espectáculos intérpretes y temas provenientes de diferentes corrientes, como el folclor, el tango y el rock nacional. La memorable actuación fue registrada en un álbum doble que se constituyó en un éxito en ventas y, a la postre, en uno de los discos emblemáticos de las tradiciones sonoras del sur del continente.
“Ese regreso fue emocionante, pero yo cometí el peor de los errores que pueda cometer un artista: lloré... y cuando uno sube al escenario debe ser poderoso, dominar, y no ser juguete de los sentimientos”, declaró Mercedes Sosa en una entrevista reciente.
Durante los 80 y 90 el movimiento de la Nueva Canción Latinoamericana se consolidó, aliándose con la nueva trova cubana, cuyos exponentes máximos son Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, al igual que con la canción brasileña, con Caetono Veloso y Chico Buarque a la cabeza, y por supuesto, con Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina como exponentes de los aires de España. En este
posicionamiento fue vital la participación de la folclorista porque ella representó a las mujeres latinoamericanas en el Segundo Concierto de Navidad realizado en la Sala Nervi del Vaticano. Allí, Mercedes Sosa fue la más aplaudida en ese espectáculo realizado en 1993 para el Vicariato de Roma y el papa Juan pablo II.
Su vigencia simplemente demuestra la sintonía que tiene con los Derechos Humanos, no en vano es embajadora de buena voluntad de la Unesco para Latinoamérica y el Caribe desde hace varios años. “Yo he tenido muchos reconocimientos importantes, así como premios invaluables para la música, pero de lo que me siento más orgullosa es de haber sido tan activa y de ser embajadora de la Unicef para los niños, de cantar para ellos. Una niñez doliente genera hombres y mujeres desesperados”, afirmó.
Mercedes Sosa no es solamente una voz o una figura emblemática de la canción en América Latina, es una folclorista que desde el arte genera opinión, desde la música le muestra al mundo las bondades de la sociedad, pero también sus injusticias. Por eso ella es tango, es canción social y rock.
La discografía de una de las grandes
Entre la prolífica colección de discos que desde 1959 ha producido Mercedes Sosa, se destacan ‘Canta Mercedes Sosa/La voz de la zafra’, su primer álbum, en donde están canciones como ‘Los hombres del río’ y ‘Zamba de la distancia’. También forma parte de su valiosa discografía ‘El grito de la tierra’, editado en 1970 y en el que la cantante interpreta el famoso tema ‘Canción con todos’ y ‘ La pomeña’. La década del 80 la marcan trabajos suyos como ‘Será posible el sur’ (1984) y ‘Como un pájaro libre’ (1983). Sus álbumes más recientes son ‘Al despertar’ (1998), ‘Misa criolla’ (2000), ‘Acústico’ (2002), ‘Corazón libre’ (2005) y ‘Cantora 1’(2009).
La negra Sosa, en estado crítico
“Mi madre fue internada con un cuadro de deshidratación y neumonía. Se le están haciendo estudios para determinar la gravedad de su enfermedad y ver qué medicación es la adecuada”, les dijo ayer a los medios de comunicación Fabián Matus, hijo de la cantante argentina Mercedes Sosa, quien fue internada en un sanatorio el jueves en la noche. La Negra Sosa, como la llaman en Tucumán, su tierra natal, se vio obligada a postergar por algunos días el lanzamiento de su nueva producción discográfica, ‘Contora’.
“Está bastante molesta, porque le hubiera gustado cumplir con sus compromisos”, dijo Matus acerca de los males de esta cantante y folclorista argentina que ha grabado más de 70 trabajos musicales.
Desde hace varios años, Mercedes Sosa padece una grave enfermedad que ha reducido de manera considerable sus actividades artísticas. En alguna oportunidad manifestó que estaba muy triste porque no volvería a cantar ‘Alfonsina y el mar’ debido a la exigencia tonal de la canción.
Su nuevo disco: ‘Cantora’
Latinoamérica comparte un mismo público, un mismo sonido, eso parece gritar el más reciente trabajo discográfico de la argentina Mercedes Sosa, titulado Cantora, estrenado esta semana Colombia.
El disco, producido por su compañero entrañable de años y su director musical durante décadas, Popi Spatocco, se convierte en el primero de una trilogía en donde las colaboraciones a dúo son las protagonistas, y en el que la imponente voz de La Negra es acompañada por grandes de la canción como Joan Manuel Serrat, Caetano Veloso, Spinetta, Diego Torres, Jorge Drexler, entre otros. La colombiana Shakira también está entre los invitados y acompaña a Mercedes Sosa en la interpretación de la popular canción de Silvio Rodríguez La maza.