¿Que es lo más difícil de interpretar a Amparo Cadena?
Entender y aceptar la frialdad y la falta de conciencia para poder matar o mandar a hacerlo sin que le tiemble nada.
¿A Amparo qué la encadena?
La plata y el poder que ésta le da.
¿Y a Sandra?
Estructuras de pensamiento que están muy arraigadas, de las cuales intento liberarme.
¿Le quedó gustando el papel de mala?
De alguna forma resultó liberador, porque me permitió experimentar la parte oscura del ser humano desde el arte.
¿Será que en la vida real también hay grandes reinas de la mafia detrás de los grandes narcos?
Detrás de los hombres con poder siempre hay una o varias mujeres apoyándolos y sosteniéndolos.
¿Qué tiene Sandra de Amparo Cadena?
Como la mayoría de las mujeres, adicción al drama.
Y usted, ¿en qué momentos es ambiciosa?
Cuando se me olvida que lo material no es mi fuente de felicidad.
El poder, ¿para qué?
Para controlarme a mí misma, poder para crecer y lograr canalizar creativamente la violencia que llevo dentro.
¿Qué le ha dejado su participación en El Cartel?
Hermosos momentos de mágica conexión, muchas sonrisas y gente nueva en mi vida.
¿Y qué viene para Amparo en la segunda parte de la serie?
Amparo está en la cárcel, pero se está moviendo, luchando para lograr salir de cualquier forma.
Después de haber interpretado a Amparo, ¿en qué cambió su percepción sobre el tema del narcotráfico en el país?
Ahora veo más claro que el narcotráfico es el juguete de los ambiciosos que se aferran al dinero porque no tienen de que más hacerlo, y entran en un círculo vicioso, donde generan mucha violencia, pero no buscan herramientas para salirse de ahí.
¿Cree usted que el narcotráfico algún día se va a acabar?
Eso se acaba cuando legalicen la droga y deje de ser un buen negocio comercializar las Plantas Sagradas. Ninguna mata mata, es el hombre con su afán de enriquecimiento el que genera todo este fenómeno.
¿Cómo le ha ido en su faceta de madre?
Me va bien, estoy aprendiendo a vivir de la forma que quiero que viva mi hijo. Ser el ejemplo perfecto me confronta, porque todavía tengo muchas máscaras y formas de actuar que no quiero que aprenda Gerónimo, pero es una excusa para ser mejor.
Lo más difícil de ser una mamá famosa...
Encontrar tiempo para hacer todo sin descuidar la crianza de mi hijo, lo de la fama o popularidad es algo que ya hace parte de mi vida y hace que Gerónimo esté involucrado con el medio y con la gente que me conoce.
¿Y quiere que su hijo también se dedique a la actuación?
Quiero que Gerónimo se dedique a lo que más le guste, a aquello que necesite para iluminarse.
¿Y ahora prefiere que le digan mamita o mamacita?
Depende quién y con qué intención lo diga.
¿Qué tiene Gerónimo de usted?
Mis cejas. mi nariz… y mi amor incondicional.
Un recuerdo de las grabaciones de Muñoz vale x dos...
Tuve muchas náuseas y sueño.
Y para usted, ¿quién vale por dos?
El que logre vencer ese bicho que tenemos dentro, que se alimenta de sufrimiento.
El personaje que la marcó.
Todos los personajes han tocado mi vida, han sido realidades que he experimentado y me han ayudado a crecer.
Y el que más reconocimiento le ha dado.
La doctora Paula, de ‘Pedro el escamoso’.
¿Es muy difícil mantenerse en el medio artístico?
Es cuestión de desarrollar el talento, perseverancia y buenas relaciones.
¿Por qué escogió la actuación?
Cuando estaba como en cuarto de primaria, surgió la posibilidad de inscribirme en la vocacional de teatro y me encantó. Me pareció absolutamente mágico tener la posibilidad de convertirme por un rato en alguien más, sólo por jugar. Sentía que podía ser y actuar diferente.
Una escena inolvidable.
Una en la que rompí el vidrio de una camioneta con una piedra. Fue una sensación fuerte y disfruté mucho.
¿Qué es lo que no conoce la gente de Sandra?
Muchos cuadros que ha pintado.
Un pecado capital.
Que Santos gane las elecciones.
Un proyecto.
Tengo el proyecto de vivir en la tierra, de la tierra y para la tierra.
¿Para qué es arriesgada?
Para entregarme a momentos confrontantes que me ayudan a conocerme y sanarme.
¿Y a qué le teme?
A la conformidad de la mente, que no quiere molestarse en pensar más allá y se queda cómodamente ‘enconchada’.
Un buen momento ante las cámaras.
Cuando hay una conexión mágica en las escenas, y cuando Sandra está consciente, hablando desde el corazón.
La fama, ¿para qué?
Para conocer más gente, para dar y recibir más sonrisas, más abrazos.
La mejor actriz de Colombia.
Creo que somos varias.