Héctor Rivas, su última batalla

Varias generaciones de colombianos no recuerdan  a Héctor Rivas, sino al alcalde Pepón, un hombre medio atarbán de genio volátil, pero de buen corazón, que pasaba el tiempo discutiendo con don Camilo, el cura del pueblo por sus ideas políticas, para al fin de cuentas terminar trabajando juntos en momentos de necesidad. Así, a través de este actor y de Carlos ‘El Gordo’ Benjumea, quien personificaba a Don Camilo, se popularizó la obra del escritor italiano Giovanni Guareschi  en la que dos pintorescos personajes —un cura conservador y un alcalde comunista—  muestran la vida pueblerina de la Italia  de la posguerra. En la versión colombiana, el conflicto que enmarca la vida de estos dos líderes antagonistas es la violencia bipartidista de los años 50 y 60. 

Pepón fue uno de los personajes más recordados de este actor, que falleció el pasado jueves en la madrugada, a los 81 años, a causa de un tumor cerebral. A pesar de este personaje emblemático, Rivas también perticipó en una larga lista de producciónes y  películas como Edipo alcalde y Tiempo de morir (Jorge Alí Triana)  y Nochebuena (Camila Loboguerrero).

Padre de cuatro hijos, antes de la actuación, Rivas fue miembro de la Marina y participó en la guerra de Corea; por esto su funeral se realizó el viernes con honores militares, como corresponde a los jubilados y veteranos de guerra. Rivas hizo parte del grupo de artistas que se inició en  la televisión a través de la radio. Su voz le dio vida a personajes de novelas como Arandú y La María; luego, cuando llegó la caja mágica a nuestro país, trabajó en  telenovelas  y dramatizados.  Algunas,  como El Caballero de Rauzán y El Taita, quedaron en la memoria de los colombianos.

La muerte del actor fue una sorpresa para su familia, pues hacía algo menos de una semana había sido hospitalizado de urgencias. En el control médico se descubrió que tenía un tumor cerebral, en apariencia benigno; no obstante, la batalla contra esta enfermedad fue rápida y devastadora. Héctor Rivas se despidió en la madrugada del jueves 3 de junio, con 81 años llenos de anécdotas, vivencias y personajes inolvidables.

Varias generaciones de colombianos no recuerdan  a Héctor Rivas, sino al alcalde Pepón, un hombre medio atarbán de genio volátil, pero de buen corazón, que pasaba el tiempo discutiendo con don Camilo, el cura del pueblo por sus ideas políticas, para al fin de cuentas terminar trabajando juntos en momentos de necesidad. Así, a través de este actor y de Carlos ‘El Gordo’ Benjumea, quien personificaba a Don Camilo, se popularizó la obra del escritor italiano Giovanni Guareschi  en la que dos pintorescos personajes —un cura conservador y un alcalde comunista—  muestran la vida pueblerina de la Italia  de la posguerra. En la versión colombiana, el conflicto que enmarca la vida de estos dos líderes antagonistas es la violencia bipartidista de los años 50 y 60. 

Pepón fue uno de los personajes más recordados de este actor, que falleció el pasado jueves en la madrugada, a los 81 años, a causa de un tumor cerebral. A pesar de este personaje emblemático, Rivas también perticipó en una larga lista de producciónes y  películas como Edipo alcalde y Tiempo de morir (Jorge Alí Triana)  y Nochebuena (Camila Loboguerrero).

Padre de cuatro hijos, antes de la actuación, Rivas fue miembro de la Marina y participó en la guerra de Corea; por esto su funeral se realizó el viernes con honores militares, como corresponde a los jubilados y veteranos de guerra. Rivas hizo parte del grupo de artistas que se inició en  la televisión a través de la radio. Su voz le dio vida a personajes de novelas como Arandú y La María; luego, cuando llegó la caja mágica a nuestro país, trabajó en  telenovelas  y dramatizados.  Algunas,  como El Caballero de Rauzán y El Taita, quedaron en la memoria de los colombianos.

La muerte del actor fue una sorpresa para su familia, pues hacía algo menos de una semana había sido hospitalizado de urgencias. En el control médico se descubrió que tenía un tumor cerebral, en apariencia benigno; no obstante, la batalla contra esta enfermedad fue rápida y devastadora. Héctor Rivas se despidió en la madrugada del jueves 3 de junio, con 81 años llenos de anécdotas, vivencias y personajes inolvidables.