Juan Camilo Vergara, detrás del Encuentro Ilustre

¿Qué es “Encuentro Ilustre”?

El Encuentro Ilustre es el primer gran festival de historia de Bogotá y es un evento en el que queremos que la gente se regale dos días de cultura para que entiendan cómo ha funcionado el mundo en los últimos siglos y cómo las grandes civilizaciones se han enfrentado a grandes problemáticas.

¿Qué temas se van a abordar durante el evento?

Lo que queremos es ampliar la visión que tenemos del mundo y hablaremos de la industrialización en el siglo XIX; cómo chinos, rusos y estadounidenses enfrentaron la tecnología europea y cómo estaba Colombia en ese momento. Todo ello con el fin de que la gente salga del discurso habitual. Es muy bonito que todos los panelistas son de diferentes disciplinas; eso puede generar unos diálogos muy interesantes.

¿Cómo se organizó la programación?

Son ocho paneles de discusión que están organizados de manera cronológica para que la gente llegue al presente con un bagaje de épocas anteriores y empezamos en el siglo XVII en el que vamos a analizar lo que pasa con colonialismo en Europa. Después avanzamos al siglo XIX en el que hablaremos de la industrialización. Seguimos con el siglo XX en el que abordaremos la Primera Guerra Mundial a través de la literatura y el arte. Continuamos con los años 60 en que observaremos los cambios que se dieron por medio del cine y la literatura y por último hablaremos de los años 90.

¿Cómo nace “Ilustres”?

Durante años trabajé en la emisora HJCK y me dio muy duro el hecho de que perdiera su dial, porque sentía que Bogotá en términos culturales estaba cediendo terreno; entonces con mi socio Nicolás Vergara, empezamos a pensar en cómo rescatar a esa Bogotá en la que la gente se llamaba entre sí como “ilustres” y tratando de rescatar ese pasado cultural de la ciudad decidimos que “Ilustre” era el nombre que representaba una época perdida y que era la indicada para recuperar la cultura.

¿Cómo ve la cultura en Bogotá?

Hoy en día hay muchas personas ilustres en la ciudad; lo que sucede es que se encuentran con una ciudad desarticulada y hay mucho movimiento, pero falta dejar de ver a la cultura como pobrecita y tomársela más en serio. La cultura es algo vital para cambiar esta sociedad.

Usted es experto en historia de Rusia ¿Por qué?

Es un tema de pura rebeldía. Desde pequeño siempre he sido rebelde y el primer pensamiento que tengo de Rusia es cuando una profesora me dijo que los rusos vivían en una cárcel y no podían salir de su país; entonces desde esa época estuve leyendo sobre temas de Rusia y fui descubriendo que Rusia es fascinante. El estudio de Rusia fue una fuga para mí, porque entendí que hay otras maneras de entender el mundo. Y al salir del colegio me fui a Francia y apliqué a la Soborna. Y estuve viviendo en Rusia y ese contacto con otra civilización me ayudó a entender lo que le falta a Colombia.

¿Por qué decide regresar a Colombia?

Me devolví después de estar 13 años fuera de Colombia y al pasar los años sentía la necesidad de volver a Colombia para divulgar e invitar especialistas extranjeros.

¿Considera que ha cambiado la imagen que se tenía de Rusia?

La imagen que tenemos de Rusia se empezó a fabricar desde hace unos 400 años y es exactamente la misma que nos venden hoy en día de que es un país rudo, salvaje y no solo por la Unión Soviética, sino que los europeos para justificar su superioridad usan a un similar que puedan poner como inferior y el más cercano es Rusia. Entonces es un espejo en el que se ven reflejados, pero que está dañado, esos clichés son difíciles de borrar.

¿Qué es lo más apasionante de Rusia para usted?

Es haber logrado identificar que esa imagen que tenía de Rusia de ser un país rudo, realmente es todo lo contrario, porque son personas muy sensibles que han sido golpeadas por su historia y por sus dirigentes; que su gran defensa para defenderse de la opresión es el arte —eso es fascinante, ya que es buscar de manera artística deslegitimar un poder opresor—; eso algo que no he visto en ningún otro país del mundo.

¿A través de las manifestaciones artísticas se puede hacer una radiografía social?

Sí, estoy totalmente de acuerdo. Y en mis clases me gusta usar la arquitectura rusa, porque muestra el poder de los gobernantes. No hay que exagerar y es una manera efectiva de conocer parte de la historia política.

¿Qué quiere que pase con el “Encuentro Ilustre”?

Me encantaría que se pueda hacer dos veces al año y traer gente de grandes universidades para poder mostrarles a los ciudadanos los grandes intelectuales que hay en el mundo y traerlos al país.

¿Qué es “Encuentro Ilustre”?

El Encuentro Ilustre es el primer gran festival de historia de Bogotá y es un evento en el que queremos que la gente se regale dos días de cultura para que entiendan cómo ha funcionado el mundo en los últimos siglos y cómo las grandes civilizaciones se han enfrentado a grandes problemáticas.

¿Qué temas se van a abordar durante el evento?

Lo que queremos es ampliar la visión que tenemos del mundo y hablaremos de la industrialización en el siglo XIX; cómo chinos, rusos y estadounidenses enfrentaron la tecnología europea y cómo estaba Colombia en ese momento. Todo ello con el fin de que la gente salga del discurso habitual. Es muy bonito que todos los panelistas son de diferentes disciplinas; eso puede generar unos diálogos muy interesantes.

¿Cómo se organizó la programación?

Son ocho paneles de discusión que están organizados de manera cronológica para que la gente llegue al presente con un bagaje de épocas anteriores y empezamos en el siglo XVII en el que vamos a analizar lo que pasa con colonialismo en Europa. Después avanzamos al siglo XIX en el que hablaremos de la industrialización. Seguimos con el siglo XX en el que abordaremos la Primera Guerra Mundial a través de la literatura y el arte. Continuamos con los años 60 en que observaremos los cambios que se dieron por medio del cine y la literatura y por último hablaremos de los años 90.

¿Cómo nace “Ilustres”?

Durante años trabajé en la emisora HJCK y me dio muy duro el hecho de que perdiera su dial, porque sentía que Bogotá en términos culturales estaba cediendo terreno; entonces con mi socio Nicolás Vergara, empezamos a pensar en cómo rescatar a esa Bogotá en la que la gente se llamaba entre sí como “ilustres” y tratando de rescatar ese pasado cultural de la ciudad decidimos que “Ilustre” era el nombre que representaba una época perdida y que era la indicada para recuperar la cultura.

¿Cómo ve la cultura en Bogotá?

Hoy en día hay muchas personas ilustres en la ciudad; lo que sucede es que se encuentran con una ciudad desarticulada y hay mucho movimiento, pero falta dejar de ver a la cultura como pobrecita y tomársela más en serio. La cultura es algo vital para cambiar esta sociedad.

Usted es experto en historia de Rusia ¿Por qué?

Es un tema de pura rebeldía. Desde pequeño siempre he sido rebelde y el primer pensamiento que tengo de Rusia es cuando una profesora me dijo que los rusos vivían en una cárcel y no podían salir de su país; entonces desde esa época estuve leyendo sobre temas de Rusia y fui descubriendo que Rusia es fascinante. El estudio de Rusia fue una fuga para mí, porque entendí que hay otras maneras de entender el mundo. Y al salir del colegio me fui a Francia y apliqué a la Soborna. Y estuve viviendo en Rusia y ese contacto con otra civilización me ayudó a entender lo que le falta a Colombia.

¿Por qué decide regresar a Colombia?

Me devolví después de estar 13 años fuera de Colombia y al pasar los años sentía la necesidad de volver a Colombia para divulgar e invitar especialistas extranjeros.

¿Considera que ha cambiado la imagen que se tenía de Rusia?

La imagen que tenemos de Rusia se empezó a fabricar desde hace unos 400 años y es exactamente la misma que nos venden hoy en día de que es un país rudo, salvaje y no solo por la Unión Soviética, sino que los europeos para justificar su superioridad usan a un similar que puedan poner como inferior y el más cercano es Rusia. Entonces es un espejo en el que se ven reflejados, pero que está dañado, esos clichés son difíciles de borrar.

¿Qué es lo más apasionante de Rusia para usted?

Es haber logrado identificar que esa imagen que tenía de Rusia de ser un país rudo, realmente es todo lo contrario, porque son personas muy sensibles que han sido golpeadas por su historia y por sus dirigentes; que su gran defensa para defenderse de la opresión es el arte —eso es fascinante, ya que es buscar de manera artística deslegitimar un poder opresor—; eso algo que no he visto en ningún otro país del mundo.

¿A través de las manifestaciones artísticas se puede hacer una radiografía social?

Sí, estoy totalmente de acuerdo. Y en mis clases me gusta usar la arquitectura rusa, porque muestra el poder de los gobernantes. No hay que exagerar y es una manera efectiva de conocer parte de la historia política.

¿Qué quiere que pase con el “Encuentro Ilustre”?

Me encantaría que se pueda hacer dos veces al año y traer gente de grandes universidades para poder mostrarles a los ciudadanos los grandes intelectuales que hay en el mundo y traerlos al país.