Juan Pablo Raba: “Las telenovelas me dieron de comer”

El actor colombiano tiene un presente sólido en el medio audiovisual en toda América. En este momento se siente reconciliado con su pasado en el melodrama costumbrista y dice que lo que más le gusta es el trabajo en el set de grabación.

Juan Carlos Piedrahíta B.
26 de agosto de 2018 - 02:00 a. m.
Juan Pablo Raba en su rol de Ricky “Buddha” Ortiz en la serie “Six”. Para este rol, dice que le tocó hacer un fuerte trabajo físico.     / Cortesía History Channel
Juan Pablo Raba en su rol de Ricky “Buddha” Ortiz en la serie “Six”. Para este rol, dice que le tocó hacer un fuerte trabajo físico. / Cortesía History Channel
Foto: Leo Williams

Juan Pablo Raba trabaja para dos momentos en la actuación. El primero es el instante en que llega a sus manos, y por lo general a su corazón, el personaje; el segundo comienza cuando se cierran las puertas del estudio de grabación o debe quedar en silencio absoluto la locación para empezar a interpretarlo, a degustarlo y sacarle todas las aristas que pueda desde su intelecto, sus vísceras y su corporalidad.

Lo que viene después, dice, es el trabajo del editor y del musicalizador que tienen la misión compleja y dispendiosa de multiplicar el impacto de las escenas. Todo lo que ha hecho Raba en estos años metiéndose en pieles ajenas está relacionado con esos dos momentos que para él son una especie de tesoro al que hay que descubrir y, más allá de todo, respetar y cuidar para que no se despilfarre sin objetivos.

La televisión vive una época fulgurante por el auge de las series, la consolidación de las plataformas en streaming y la posibilidad que tienen los seres humanos de seleccionar sus contenidos y alimentarse, en la parte visual por supuesto, con lo que más le convenga. Juan Pablo Raba es protagonista de este momento audiovisual y desde hace un par de años su nombre es una pieza recurrente en las propuestas televisivas más importantes.

“Se dice que es más fácil conseguirse US$10 millones para una serie que un millón para una película en la gran pantalla. Los nuevos servicios de streaming, que tienen ahora incluso canales como History, han estimulado mucho el mercado. Realmente ser un actor o un productor audiovisual en esta época representa un gran desafío, porque el número de posibilidades es inmenso”, cuenta el actor desde Los Ángeles, ciudad donde está estudiando las herramientas de la comedia de manera intensiva.

Para el bogotano, durante mucho tiempo la televisión fue el hermanito menor del cine. Sin embargo, la situación rotó de forma drástica y en la actualidad hay repartos de series de la pantalla chica que envidiaría cualquier estudio cinematográfico de primera categoría. La oportunidad de compartir set con esas grandes figuras es una remuneración muy especial para Juan Pablo Raba. A muchos de los protagonistas que admiraba y a los que le hubiera gustado pedirles un autógrafo o una foto comparten con él algunas de las escenas más significativas en la pantalla chica en el mundo.

“En la primera temporada de la serie Six trabajé con Walton Goggins y siempre fui su admirador. Me pasó algo similar con Wagner Moura en Narcos. Primero existe el componente de admiración y luego se vuelve una experiencia similar a un 360 que te aporta siempre y que te hace crecer en el ámbito profesional”.

En Six, transmitida por History Channel y que está en su segunda temporada, Juan Pablo Raba interpreta a Ricky Buddha Ortiz. El rol sedujo al actor desde el comienzo y tanta fue su entrega que su intervención sería concisa, pero la construcción histriónica del colombiano fue tan categórica que el personaje se institucionalizó.

A los protagonistas de Six, incluido Raba, les tocó aprender a moverse de la misma manera en la que lo haría un activo de la marina en Estados Unidos. Los productores de la serie son veteranos de guerra y de ahí que la exigencia fuera mayúscula en todo momento.

“Para construir a Ricky Buddha Ortiz empecé de afuera hacia adentro. Aquí la corporalidad fue básica para todos. Yo hablé con muchos miembros activos de la marina y de esa manera fui dando las pinceladas para mi rol. A mí me lo plantearon como una especie de pegamento, como la bisagra que mantenía los ánimos equilibrados y, la verdad, no tuvieron que hacer mucho para convencerme de figurar en esta propuesta de impacto internacional”.

Creaciones audiovisuales como Narcos y Six no han hecho que Juan Pablo Raba observe de manera despectiva su pasado en los melodramas de América Latina. Sabe muy bien que llegó a pisar un set a gran escala porque antes se metió en la piel de personajes de tipo costumbrista como Orestes Villanueva en la telenovela Mi gorda bella o como Martín Monsalve en Sobregiro de amor.

“Me siento muy agradecido con las telenovelas y de lo único que me arrepiento es de que no tenemos tiempo para hacerlas mejor. Las telenovelas me dieron de comer durante muchos años y eso no lo olvido. Uno vive acelerado en ese mundo y lo que aprende es a asimilar herramientas para resolver problemas todo el tiempo. En Venezuela trabajábamos a un ritmo desaforado y teníamos todo en contra, mientras que en Estados Unidos las cosas están a tu favor siempre”.

Juan Pablo Raba ahora experimenta el éxito. Se da la licencia de construir los personajes como lo crea más conveniente y está seguro de que con su oficio puede ayudar a escribir otros renglones dentro de la historia de las artes escénicas en Colombia. El set de grabación lo disfruta igual que el primer día, pero ahora lo respeta mucho más.

Por Juan Carlos Piedrahíta B.

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