¿Qué es “The Wild Brunch”?
The Wild Brunch nació en abril de 2013. En ese momento tenía un restaurante que se llamaba Magnolio y, en una oportunidad, me fui a Nueva York y fui testigo de un tipo de fiesta a la que no había asistido. Lo que me llamó la atención fue que gradualmente iba subiendo el voltaje de la rumba y se convertía, más o menos a las 4 de la tarde, en una fiesta de grandes dimensiones.
¿Se trataba de una fiesta con todo tipo de música?
En Nueva York ponen lo que ellos llaman Top 40, porque están rotando las canciones cada 45 segundos, y vi que eso no se hacía en Colombia, así que quise implementar ese tipo de fiesta en nuestro país para que se involucraran, en un mismo espacio, temáticas, artistas, comida y performances. En 2013 hice la primera versión de The Wild Brunch en el local, en Magnolio.
¿Por qué en ese momento era diferente su brunch de otras iniciativas de corte similar?
En ese momento conocía tres o cuatro brunch en Bogotá que se hacían en hoteles, pero la única actividad era la comida, la mesa, así que quería mejorar la oferta y comenzar fuerte con el concepto de fiesta diurna en Colombia. Arrancamos a las 11:00 a.m., y ya a las 3:00 p.m. estábamos totalmente llenos.
¿Por qué se llama “The Wild Brunch”?
Porque mi película favorita es RocknRolla, de Guy Ritchie, y la pandilla que aparece ahí se llama The Wild Bunch, así que era perfecto, porque quería hacer una fiesta diurna salvaje y la bauticé como The Wild Brunch. Para la primera versión trajimos a dos performers especiales y así empezamos a desarrollar este concepto.
¿A qué tipo de público cree que va dirigida una fiesta con estas características?
Me parece que estamos dirigiendo nuestra fiesta a un tipo de público que ya ha estado en una actividad similar en Estados Unidos o Europa. La gente que asiste a nuestras fiestas sabe muy bien con qué se va a encontrar y, lo más importante, es que sienta que su inversión valió la pena.
¿Por qué llegaron a Cartagena, después de haber estado en Bogotá?
Arrancó el tema en Bogotá con una asistencia promedio de 300 personas con actividades cada tres meses. Soy cartagenero, así que decidí realizar el cuarto capítulo en mi ciudad, para salirme un poco de la zona de confort, entonces alquilé un lugar al que le caben 3 mil personas y tocaba arrancar la inversión desde cero. Tomé el riesgo y el cuarto capítulo fue exitoso.
¿Y cómo llegó a esta nueva edición del evento?
Cada vez le estamos apostando más a todo. Por ejemplo, para esta fiesta de 2018 tendremos Lost Frequencies, uno de los duros en la lista de DJ del planeta, y para la parte de adentro estaremos respaldados con Trapical Minds, que son samarios y que se han consolidado durante este año. Una de las cosas buenas de realizarla en Cartagena es que el acceso es múltiple: marítimo, peatonal y vehicular.
¿Cómo es la convocatoria para que lleguen más de 3 mil personas?
Esa parte es compleja, porque no somos un concierto. No intentamos reducir todo lo que significa The Wild Brunch al nombre de un artista, y eso hace más compleja la explicación de este concepto de fiesta, porque tenemos actividades con pólvora, con música, temáticas específicas y, por supuesto, comida. El voz a voz y las redes sociales son nuestros aliados fundamentales en la divulgación.
¿Cómo ha hecho para unir todos los elementos que se incluyen en este tipo de fiestas?
Hemos ido puliendo el concepto. Ha sido un proceso de cinco años largos y hemos establecido pilares dentro de la fiesta: la música, la comida tipo brunch, un servicio personalizado con la venta de mesas y los performances.
¿Qué tanta diferencia existe entre las fiestas en Estados Unidos que lo inspiraron y su “The Wild Brunch” en Colombia?
Creo que hemos americanizado la rumba y nosotros nos hemos enfocado en establecer un excelente servicio. En Colombia estamos preparados para algunas cosas, pero para otras no. Nos gusta ser controversiales, pero a veces es bueno bajarle el nivel a la polémica.
¿Cuál es la temática específica de esta fiesta que se realizará el 28 de diciembre en Cartagena?
Este año cambiamos la temática y se llamará Tokyo Bound 2018-2019 y se trata de que todo sea futurista. Nosotros duramos un mes conceptualizando y de ahí escogimos el rumbo que queríamos tomar. Comenzaremos a las 3:00 p.m. y vamos hasta las 4:00 a.m.