Karen Bray, ante el reto de “Día a día”

¿Cómo fue su infancia en Carmen de Bolívar?

Viví allí hasta los siete años. Me la pasaba feliz con mis papás y mis hermanos. Después nos mudamos a Cartagena, en donde tengo una familia gigante. En esa ciudad tuve mucho tiempo para jugar en la calle y construir un montón de recuerdos.

¿Siempre quiso trabajar en televisión?

No, era muy tímida, no me gustaban las cámaras. Lo mío era estar con mis amigos y cuando jugábamos a organizar reinados escogía ser jurado. Poco a poco se me fue quitando. Mi mamá me metió a clases de modelaje, estudié comunicación social y fui Señorita Bolívar. Al reinado llegué tímida, pero cuando se está frente a toda Colombia en un vestido de baño eso se quita.

¿Qué le dejó su participación en el reinado?

Es una experiencia que te da seguridad y te hace crecer como persona. También es una oportunidad para conocer al país, a tu región y trabajar con gente que te da mucho cariño. Para mí es una oportunidad divina que ojalá todas las mujeres del mundo pudieran vivir.

¿Qué la hizo diferente a otras participantes del concurso?

No fui una reina tradicional. Estaba muy relajada, me encantaba reír y me hice amiga de los periodistas porque me mostraba como realmente soy. Creo que a la gente le gustó lo que vio de mí y por eso seguí trabajando en televisión.

¿Por qué terminó su carrera universitaria en Cartagena?

Siempre he sido muy independiente y en Bogotá tuve la oportunidad de trabajar en modelaje, en congresos y eventos. Conocí la ciudad y disfruté el tiempo en que estudié allí. Me fui porque me encanta mi carrera y no quería suspender mis estudios por el reinado, por eso pedí el traslado a la cede que la universidad tiene en Cartagena.

¿En qué momento descubrió su pasión por el deporte?

Hace tres años empecé a hacer crossfit. Es un deporte muy bonito que te da la oportunidad de hacer cosas que nunca pensaste que eras capaz de hacer. Junto a dos socios nos hicimos instructores y montamos el primer gimnasio que ofrecía ese tipo de entrenamiento en Cartagena. En medio de todo eso empezamos a entrenar mucho y nos volvimos muy fuertes.

¿Por qué se animó a participar en “El desafío”?

Había visto las anteriores ediciones y me sentía capaz de hacer las pruebas. Cuando salió “Desafío superhumanos” llené mi inscripción, mandé mi video y a los dos días me llamaron para decirme que estaba seleccionada. Nos reunimos en Bogotá a hacer las pruebas físicas, que pienso que fue la parte más difícil de todo.

¿Qué tal fue vivir un programa como concursante?

Cuando uno ve el programa piensa que a los participantes les ayudan, pero El desafío es muy real. Uno pasa días sin comer y a veces nos tocaba dormir mojados en una tabla para salir a competir al día siguiente. Es una experiencia que hace apreciar las cosas sencillas de la vida, y por más duro que sea uno nunca se quiere ir.

¿Cómo llegó la oferta de trabajar en “Día a día”?

Tuve la oportunidad de regresar a El desafío después de ser eliminada. Estuve dos o tres ciclos más y cuando salí lo hice en una prueba en la que estuve por delante todo el tiempo. En ese momento le dije a Margarita (Rosa de Francisco) que tal vez algo me estaba esperando en Colombia.

¿Qué la estaba esperando?

Tan pronto terminó la prueba se me acercó alguien de Caracol y me dijo que desde hace tiempo venían buscando a una persona para presentar un programa. Me dijeron que les llamaba la atención mis respuestas en el programa y me ofrecieron un casting para el día en que llegaba a Bogotá. Lo presenté con la ropa y las botas sucias que traía del programa.

¿Cómo se ha sentido en su nuevo trabajo como presentadora?

Creo que tú reflejas cómo te sientes y me siento cómoda y feliz con todo el equipo. Todos nos han hecho sentir en casa. Mi papá, que por lo general es muy duro con sus comentarios, me dijo que parecía que tuviéramos años presentado el programa.

¿Qué le trae “Día a día en familia” a los fines de semana?

Vamos a llevarles entretenimiento, sonrisas y cosas positivas. Además, es una oportunidad de armarles plan a las familias que nos ven. Tenemos retos en todas las ciudades de Colombia para que las familias compartan mientras nosotros los acompañamos.

¿Cómo fue su infancia en Carmen de Bolívar?

Viví allí hasta los siete años. Me la pasaba feliz con mis papás y mis hermanos. Después nos mudamos a Cartagena, en donde tengo una familia gigante. En esa ciudad tuve mucho tiempo para jugar en la calle y construir un montón de recuerdos.

¿Siempre quiso trabajar en televisión?

No, era muy tímida, no me gustaban las cámaras. Lo mío era estar con mis amigos y cuando jugábamos a organizar reinados escogía ser jurado. Poco a poco se me fue quitando. Mi mamá me metió a clases de modelaje, estudié comunicación social y fui Señorita Bolívar. Al reinado llegué tímida, pero cuando se está frente a toda Colombia en un vestido de baño eso se quita.

¿Qué le dejó su participación en el reinado?

Es una experiencia que te da seguridad y te hace crecer como persona. También es una oportunidad para conocer al país, a tu región y trabajar con gente que te da mucho cariño. Para mí es una oportunidad divina que ojalá todas las mujeres del mundo pudieran vivir.

¿Qué la hizo diferente a otras participantes del concurso?

No fui una reina tradicional. Estaba muy relajada, me encantaba reír y me hice amiga de los periodistas porque me mostraba como realmente soy. Creo que a la gente le gustó lo que vio de mí y por eso seguí trabajando en televisión.

¿Por qué terminó su carrera universitaria en Cartagena?

Siempre he sido muy independiente y en Bogotá tuve la oportunidad de trabajar en modelaje, en congresos y eventos. Conocí la ciudad y disfruté el tiempo en que estudié allí. Me fui porque me encanta mi carrera y no quería suspender mis estudios por el reinado, por eso pedí el traslado a la cede que la universidad tiene en Cartagena.

¿En qué momento descubrió su pasión por el deporte?

Hace tres años empecé a hacer crossfit. Es un deporte muy bonito que te da la oportunidad de hacer cosas que nunca pensaste que eras capaz de hacer. Junto a dos socios nos hicimos instructores y montamos el primer gimnasio que ofrecía ese tipo de entrenamiento en Cartagena. En medio de todo eso empezamos a entrenar mucho y nos volvimos muy fuertes.

¿Por qué se animó a participar en “El desafío”?

Había visto las anteriores ediciones y me sentía capaz de hacer las pruebas. Cuando salió “Desafío superhumanos” llené mi inscripción, mandé mi video y a los dos días me llamaron para decirme que estaba seleccionada. Nos reunimos en Bogotá a hacer las pruebas físicas, que pienso que fue la parte más difícil de todo.

¿Qué tal fue vivir un programa como concursante?

Cuando uno ve el programa piensa que a los participantes les ayudan, pero El desafío es muy real. Uno pasa días sin comer y a veces nos tocaba dormir mojados en una tabla para salir a competir al día siguiente. Es una experiencia que hace apreciar las cosas sencillas de la vida, y por más duro que sea uno nunca se quiere ir.

¿Cómo llegó la oferta de trabajar en “Día a día”?

Tuve la oportunidad de regresar a El desafío después de ser eliminada. Estuve dos o tres ciclos más y cuando salí lo hice en una prueba en la que estuve por delante todo el tiempo. En ese momento le dije a Margarita (Rosa de Francisco) que tal vez algo me estaba esperando en Colombia.

¿Qué la estaba esperando?

Tan pronto terminó la prueba se me acercó alguien de Caracol y me dijo que desde hace tiempo venían buscando a una persona para presentar un programa. Me dijeron que les llamaba la atención mis respuestas en el programa y me ofrecieron un casting para el día en que llegaba a Bogotá. Lo presenté con la ropa y las botas sucias que traía del programa.

¿Cómo se ha sentido en su nuevo trabajo como presentadora?

Creo que tú reflejas cómo te sientes y me siento cómoda y feliz con todo el equipo. Todos nos han hecho sentir en casa. Mi papá, que por lo general es muy duro con sus comentarios, me dijo que parecía que tuviéramos años presentado el programa.

¿Qué le trae “Día a día en familia” a los fines de semana?

Vamos a llevarles entretenimiento, sonrisas y cosas positivas. Además, es una oportunidad de armarles plan a las familias que nos ven. Tenemos retos en todas las ciudades de Colombia para que las familias compartan mientras nosotros los acompañamos.