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Kerin Auth Bembry es sommelier desde hace más de 20 años, vendedora e importadora de bodegas españolas en Nueva York.
Ha dedicado toda su carrera profesional a la gastronomía, el vino y la cultura de España, es fundadora de La Luz Selections, una empresa de importación que representa a bodegas españolas y portuguesas.
El 1º de noviembre, a las 7 de la noche, dictará la conferencia virtual en Expovinos 2020 “Cómo se vive y bebe el vino en New York” en la que hablará de la escena neoyorkina del vino y también de Riojas, Riberas del Duero y Albariños.
Viene invitada a Expovinos y le pregunto sobre su conferencia ¿Cómo se vive y bebe el vino en New York?
El vino se vive y se bebe de mil maneras distintas, no importa si eres un experto o un principiante. En bares y tiendas hay catas permanentemente para quien quiera aprender. También hay cenas y catas especializadas para los más conocedores junto a eventos como Wine Spectator y Wine Enthusiast con su presencia de bodegas e importadores. Por supuesto esto ha cambiado en las actuales circunstancias.
¿Cómo está el consumo de vino en Nueva York en estos momentos?
La gente está tomando más vinos en sus casas. Eso sí, las marcas más caras ya no se consumen como antes, pero en general se consume más vino ahora, salvo los vinos espumosos por la reducción de fiestas y bodas. Por internet se están ofreciendo ofertas de comida y vino, o conservas y vino para que las personas beban vino en casa.
¿Alguna tendencia que se esté dando en materia de vinos?
Los vinos naturales, hechos con muy poca intervención externa, sin sulfatos, que son muy distintos al vino comercial y que han tenido un gran auge en todo el mundo.
Un lugar perfecto para tomar vino en Nueva York…
Viví 20 años en Manhattan y por mi trabajo conocía los mejores restaurantes de la zona. En uno de ellos, Il Buco, un restaurante italiano, iba después de trabajar con alguna botella abierta a charlar con amigos. Il Buco es muy famoso por su comedor subterráneo, iluminado por candelabros, y por su cava antigua. Se dice que ese sótano inspiró a Edgar Allan Poe para escribir su cuento El barril de amontillado.
¿Qué extraña de su época cuando tenía una tienda de vino?
El contacto con el consumidor final. Sigo en el negocio del vino, pero ahora mi contacto son los sommeliers de los restaurantes, los distribuidores. Extraño a la gente que llegaba a mi tienda y me pedía que le recomendara una botella para un almuerzo de trabajo o para una cena romántica. Era muy gratificante cuando ese cliente regresaba a la tienda y me felicitaba por la sugerencia. Esa conversación, ese contacto, es algo que echo de menos.
¿Cuál es su música para tomar vino?
Hoy podría ser blues, Joe Jackson y Stevie Wonder. Mañana, quizás, la lista sería diferente.
Habla español muy bien, ¿dónde lo aprendió?
Mi madre era profesora de español, pero aprendí el idioma en la universidad Queens College donde estudié español y Negocios Internacionales. Luego lo seguí practicando en mis viajes anuales a España. En mi trabajo, importo vinos españoles, lo hablo a diario. Incluso mis primeros correos electrónicos del día los escribo en español.
¿De dónde le viene ese amor por España?
Mi aprendizaje de español y mis estudios universitarios terminaron en una beca en Sevilla, ciudad que como dice la canción “tiene un color especial”. Me enamoré de la vida andaluza y del flamenco, hasta tuve novio español. España entró en mi vida y hace parte de mí.
¿Cuál es su vino favorito en verano, invierno, otoño y primavera?
En verano elijo el Chacolí -o Txakolí en euskera- un vino del País Vasco, una región de España que adoro tanto que mi hija se llama Alaia, palabra que en español significa alegría. Un chacolí bien frío en una tarde de verano es lo mejor del mundo. En invierno, un Barolo, un Nebbiolo o un Rioja. En otoño me tomaría un Beaujolais ligero, de mucha fruta. Y para primavera, y para cualquier época del año, un Albariño.
Si los vinos son como las personas, ¿cuál es la personalidad de un vino español?
El vino español es muy diverso: Jerez, Rioja, Albariño, Penedes. Pero si lo unificáramos sería como esas personas que van a una fiesta y se divierten, hablan con todos y todos se sienten bien con él o con ella. Así pienso que es el vino español.
Hablar de vino español es también hablar de comida, ¿qué restaurante recomendaría a un turista que viajase a España.
Le recomendaría ir a San Sebastián, la ciudad donde mejor se come en España y a un lugar llamado Gambara para tapear y tomar vino. Sus setas con huevo frito y foie gras son del otro mundo.
Si le dieran a elegir solo un vino español para beber el resto de sus días, ¿Cuál escogería y por qué?
Difícil pregunta. Ahora tomo mucho vino blanco y por tal razón diría que un Albariño. Pero en tintos me gusta el Rioja por lo equilibrada que es la cepa Tempranillo. Un buen Rioja es para beberlo todos los días.