La apuesta por Buenaventura
Una ciudad marcada por la violencia y la falta de oportunidades es la nueva propuesta del hotel Cosmos Pacífico. La empresaria habla de las estrategias sociales necesarias para el despegue del turismo en la región.
Redacción Un Chat Con...
¿Por qué invertir en una zona tan atropellada como Buenaventura?
Somos una cadena 100% colombiana que cree en el país y le apostamos a los planes que tiene Buenaventura. En el año 2007, el Gobierno la declaró Distrito Especial, Industrial, Ecoturístico, Biodiverso y Portuario. Van a pasar grandes cosas, como con el tratado de la Alianza del Pacífico, entre otras cosas, y en eso basamos nuestro plan de negocios.
¿Cómo luchar contra la imagen negativa del puerto?
Si nosotros creímos en Buenaventura necesitamos hacer un llamado al Gobierno Nacional para que refuerce la seguridad e incremente las rutas aéreas y se dé eficiencia a la infraestructura, las carreteras, para que Buenaventura pueda progresar, porque si la gente no puede llegar no hay oportunidades.
Es un hotel de tradición familiar. ¿Cómo se crea?
Mi abuela le dijo a sus hijos, que son ingenieros, que quería que su casa de la calle 100 fuera un apartahotel. Sus hijo le dieron gusto y dijeron: ‘Apartahotel es muy poquito, vamos a hacer un hotel”.
¿Por qué seguir en el negocio familiar?
Trabajé en firmas de abogados en Estados Unidos y luego en Colombia, y logré realizarme como abogada. Hasta el 2010 sólo teníamos el hotel Cosmos 100, que fue creciendo, y decidimos crear una cadena hotelera. Me llamaron para que me hiciera cargo de la parte legal y terminé enamorándome del negocio.
¿Sus hermanas también trabajan en la cadena. ¿Cómo se llevan?
Tengo una hermana de formación hotelera, que es la que maneja la cadena, y otra arquitecta, que hace los diseños de cada hotel. Cada una tiene su campo de acción y nos respetemos mucho.
Cosmos maneja una estructura familiar. ¿Cuál es el empleado que más recuerda?
El gerente de Cosmos 100, el señor Manfred Linsker: nació en un hotel, es hotelero de nacimiento.
¿Cómo fue su infancia entre hoteles?
A veces nos íbamos a pasar un fin de semana a un hotel, que es lo máximo, y hoy en día a mis hijos les fascina, para ellos es un premio.
¿De dónde viene el nombre de la cadena?
Es una palabra que tiene gran recordación y en ese momento existía un equipo de fútbol que era el de las estrellas.
¿Qué personajes han pasado por ahí?
Pelé, cuando era parte del equipo Cosmos; mi papá tiene un balón de fútbol autografiado por él. En su tiempo, todas las reinas de belleza, y cuando tenía 13 años, recién inaugurado el hotel, llegó Menudo. Nos hicieron unas onces con ellos y nos tomamos fotos. Mi hermana y yo fuimos la envidia del colegio.
Una anécdota de viaje.
En un hotel de España que había sido un palacio de Carlos V: una de mis hermanas decía que estaba embrujado porque no conocíamos las luces que se apagaban automáticamente (risas).
Un destino turístico.
Un sitio donde pasamos la luna de miel con mi marido en Marruecos. Fuimos a un hotel que se llama La Mamunia, que era un antiguo palacio. Un libro que me gustaba mucho era Las 1001 noches, y al llegar me sentí como en el cuento.
¿Cómo encontró el amor?
En una cita a ciegas que organizó mi prima cuando llegué de Estados Unidos. Justo un año después nos casamos.
Una artesanía.
El werregue..
¿Por qué invertir en una zona tan atropellada como Buenaventura?
Somos una cadena 100% colombiana que cree en el país y le apostamos a los planes que tiene Buenaventura. En el año 2007, el Gobierno la declaró Distrito Especial, Industrial, Ecoturístico, Biodiverso y Portuario. Van a pasar grandes cosas, como con el tratado de la Alianza del Pacífico, entre otras cosas, y en eso basamos nuestro plan de negocios.
¿Cómo luchar contra la imagen negativa del puerto?
Si nosotros creímos en Buenaventura necesitamos hacer un llamado al Gobierno Nacional para que refuerce la seguridad e incremente las rutas aéreas y se dé eficiencia a la infraestructura, las carreteras, para que Buenaventura pueda progresar, porque si la gente no puede llegar no hay oportunidades.
Es un hotel de tradición familiar. ¿Cómo se crea?
Mi abuela le dijo a sus hijos, que son ingenieros, que quería que su casa de la calle 100 fuera un apartahotel. Sus hijo le dieron gusto y dijeron: ‘Apartahotel es muy poquito, vamos a hacer un hotel”.
¿Por qué seguir en el negocio familiar?
Trabajé en firmas de abogados en Estados Unidos y luego en Colombia, y logré realizarme como abogada. Hasta el 2010 sólo teníamos el hotel Cosmos 100, que fue creciendo, y decidimos crear una cadena hotelera. Me llamaron para que me hiciera cargo de la parte legal y terminé enamorándome del negocio.
¿Sus hermanas también trabajan en la cadena. ¿Cómo se llevan?
Tengo una hermana de formación hotelera, que es la que maneja la cadena, y otra arquitecta, que hace los diseños de cada hotel. Cada una tiene su campo de acción y nos respetemos mucho.
Cosmos maneja una estructura familiar. ¿Cuál es el empleado que más recuerda?
El gerente de Cosmos 100, el señor Manfred Linsker: nació en un hotel, es hotelero de nacimiento.
¿Cómo fue su infancia entre hoteles?
A veces nos íbamos a pasar un fin de semana a un hotel, que es lo máximo, y hoy en día a mis hijos les fascina, para ellos es un premio.
¿De dónde viene el nombre de la cadena?
Es una palabra que tiene gran recordación y en ese momento existía un equipo de fútbol que era el de las estrellas.
¿Qué personajes han pasado por ahí?
Pelé, cuando era parte del equipo Cosmos; mi papá tiene un balón de fútbol autografiado por él. En su tiempo, todas las reinas de belleza, y cuando tenía 13 años, recién inaugurado el hotel, llegó Menudo. Nos hicieron unas onces con ellos y nos tomamos fotos. Mi hermana y yo fuimos la envidia del colegio.
Una anécdota de viaje.
En un hotel de España que había sido un palacio de Carlos V: una de mis hermanas decía que estaba embrujado porque no conocíamos las luces que se apagaban automáticamente (risas).
Un destino turístico.
Un sitio donde pasamos la luna de miel con mi marido en Marruecos. Fuimos a un hotel que se llama La Mamunia, que era un antiguo palacio. Un libro que me gustaba mucho era Las 1001 noches, y al llegar me sentí como en el cuento.
¿Cómo encontró el amor?
En una cita a ciegas que organizó mi prima cuando llegué de Estados Unidos. Justo un año después nos casamos.
Una artesanía.
El werregue..