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¿Qué le quedó de la experiencia como presentadora en el ‘Festival Internacional del Humor’?
La inmensa satisfacción de saber que, con una pequeña dosis de humor, la gente puede desconectarse un poco del estrés y las situaciones críticas que se presentan en la vida. La verdadera belleza es una actitud, es importante ser auténtica. Siempre mostré mi esencia y estilo.
¿Cuál es su dosis de humor?
Alta. Me encanta el sarcasmo y burlarme de mí misma. Nada que cause más gracia que darnos cuenta de las estupideces que podemos hacer diariamente, pero desde el punto de vista del aprendizaje.
Siendo exreina nacional, ¿cómo cree que está ese certamen en el país?
Creo que ha perdido fuerza, no por la falta de belleza de las candidatas, sino por su falta de autenticidad. Hay gente que todavía los sigue, pero falta una niña que mueva a todo un país con su carácter y fuerza.
¿Esa puede ser una razón por la cual la calidad y el prestigio de esos certámenes ya no es la misma de hace unos años?
Sí. También que la gente está migrando su interés hacia otras cosas.
¿Para qué les sirven los reinados a las candidatas?
Definitivamente son una plataforma. Y no sólo para las que quieren ser actrices o presentadoras, sino para las que tienen interés en la política, en los negocios. Por experiencia propia, mi vida profesional tomó vuelo gracias a ese certamen.
¿Y al país?
Como el fútbol o cualquier expresión en la que un colombiano se pone la camiseta para representar un departamento o un país, un reinado sirve para generar unión, para saber que hay alguien que representa un área específica, en este caso la belleza.
¿Cómo le gusta que la identifiquen: como actriz, reina, presentadora...?
Definirse es muy complicado porque crecemos todos los días, cambiamos. De todas estas facetas creo que la que más me apasiona es la actuación. Quiero actuar hasta que tenga 99 años y tener un personaje majestuoso a esa edad.
¿Conserva aún una relación estrecha con la India y las costumbres de ese país?
Sí, es mi segundo hogar. Como arroz de coco cada fin de año allá. India es la mezcla entre la mierda y las flores, la amas o la odias. Yo tengo mi corazón allá; hay muchos contrastes y eso me encanta.
¿Cómo va el proyecto de la fundación con la que pretende ayudar a la comunidad desplazada de la zona bananera en el departamento del Magdalena?
Excelente. Con muchos voluntarios y alianzas. No me interesa llevarme el crédito, quiero tener un impacto a largo plazo en temas de educación. Arranqué un proyecto de fútbol para crear liderazgo y valores en las reglas del deporte.
¿Como replanteando las reglas?
Sí. Se trata de generar unas nuevas, que promuevan la unión y la paz. Es una excelente herramienta para que los niños inviertan apropiadamente su tiempo de ocio.
¿Cómo es vivir al servicio de la imagen?
Soy más relajada. Tengo una carta de presentación que me regalaron del cielo: unas patas largas que heredé de mi mamá, un cabello bonito que heredé de mi abuela, así que esa parte no es tan complicada. No me hace un tacón o un maquillaje para sentirme y verme bien.
¿A qué le saca tiempo de manera sagrada?
A la oración. Es lo que llena mi espíritu día a día, mi polo a tierra.
¿Se arrepiente de no estar haciendo algo?
Nada. O sea, todo lo que quiero y he soñado lo estoy haciendo justo ahora. Me siento satisfecha con eso.
¿Qué es en lo que va a trabajar con más fuerza en los próximos meses?
En la fundación, sin duda. Y en actuación; estoy trabajando en un proyecto en el que me verán pronto.