“La televisión debería regresar a los escritores”: Jorge Enrique Abello

Su regreso a la televisión se da en “Sinú” con el coronel Arteaga, producción de Caracol Televisión. ¿Cómo describe la personalidad de este hombre?

Es un coronel que trabaja sobre la delgada línea de la ley y que toma sus propios riesgos para hacer su trabajo. Tiene el concepto del barquero que pasa las almas del mundo de la vida al mundo de los muertos. No somos nada parecidos. Él trata con indiferencia los casos que llegan a sus manos; yo, no podría.

Menciona que le molesta la indiferencia del coronel Arteaga. ¿A qué situaciones usted no es indiferente?

Al compromiso que tenemos los hombres con el medioambiente, al que tenemos con las personas que no se pueden defender, como los niños o las personas con menos oportunidades, al deber que tenemos con los que no tienen voz.

¿Y esa voz puede ser la de los actores?

Los actores somos quienes recibimos el mensaje de los dioses para comunicarlo a los hombres. Somos un espejo que confronta la realidad del país. Por eso cuando hago reír o llorar a una persona a través de mi trabajo, lo estoy conectando con su ser interior. Debo admitir que a veces me siento más cómodo detrás de cámaras, dirigiendo, pero me gusta jugar en ambos lados.

Si mira atrás, ¿cómo ve al actor que empezó hace más de dos década?

Era una persona muy inocente con respecto al medio, al oficio, al país, a los espectadores. Hoy en día soy consciente de cada uno de esos puntos, pero aun así no soy una persona a la que le guste hablar de su vida privada. Sin embargo, los tiempos han cambiado y la gente necesita una comunicación más directa con uno.

Eso quiere decir que le ha costado conectarse con las redes sociales.

Tengo Instagram, Twitter y Facebook. Ahora estamos trabajando en una página dedicada a las personas que me siguen. También estamos trabajando en una app para tener más contacto con ellos, ya que el éxito de don Armando, en Betty la Fea, llegó a todo el mundo y me parece importante seguir afianzado esos lazos, porque este año vienen nuevos proyectos.

Hay agradecimiento con don Armando.

Él llegó de una manera muy extraña, porque, en esa época, yo estaba haciendo casting para el personaje del bobo en la novela Me llaman Lolita, y todo salió bien. Luego me dijeron que si les podía ayudar con la escena del beso en el casting de las actrices que iban a interpretar a Betty, sin ninguna pretensión lo hice y entonces me llamaron para hacer de don Armando, pero yo quería hacer del bobo, hasta que el presidente de RCN me convenció.

Luego llegó el personaje de Eva León de Jaramillo en la novela “En los tacones de Eva”. ¿Considera que este papel le ayudó a comprender más a las mujeres?

No, es muy difícil. Con ese personaje supe que como hombre nunca sería una mujer, porque no bastan unos tacones y una carterita para ser mujer. Ellas tienen el don de la creación en su interior, mientras que el hombre tiene que escribir poemas y pintar cuadros para crear algo.

Así como el público recuerda a don Armando o a Eva, ¿qué personaje recuerda con afecto?

El comisario Cristóbal Rivas en ¿Dónde está Elisa? No fue fácil desprenderme de él, porque era un personaje que tenía unos dolores y unas tristezas muy grandes y en ocasiones había que rescatarlo de ellas. Con ese personaje ejercí la compasión para ponerme en los zapatos de él.

¿Qué opinión tiene de la televisión que se está produciendo en el país?

Siento que la televisión debería regresar a los escritores, porque hoy en día los cuadros de Excel la dominan. Lo único que hace que haya buenas historias es que existan autores con necesidad de contar algo a un público, porque nos hemos especializado en contar cosas que no tienen nada que ver con nuestra identidad. Por eso considero que el día que retomemos ese concepto volveremos a ser grandes en la industria de la televisión.

Finalmente, ¿cuáles son los proyectos que vienen en camino?

Escribí una obra de teatro con Andrés López. Estaré en una conferencia con el profesor Maturana sobre cómo enfrentar las crisis; se va llamar “Cómo matar un dragón”. Continúo trabajando con la gente de Enchufe.tv en una serie que estamos escribiendo y que dirigiré.

Su regreso a la televisión se da en “Sinú” con el coronel Arteaga, producción de Caracol Televisión. ¿Cómo describe la personalidad de este hombre?

Es un coronel que trabaja sobre la delgada línea de la ley y que toma sus propios riesgos para hacer su trabajo. Tiene el concepto del barquero que pasa las almas del mundo de la vida al mundo de los muertos. No somos nada parecidos. Él trata con indiferencia los casos que llegan a sus manos; yo, no podría.

Menciona que le molesta la indiferencia del coronel Arteaga. ¿A qué situaciones usted no es indiferente?

Al compromiso que tenemos los hombres con el medioambiente, al que tenemos con las personas que no se pueden defender, como los niños o las personas con menos oportunidades, al deber que tenemos con los que no tienen voz.

¿Y esa voz puede ser la de los actores?

Los actores somos quienes recibimos el mensaje de los dioses para comunicarlo a los hombres. Somos un espejo que confronta la realidad del país. Por eso cuando hago reír o llorar a una persona a través de mi trabajo, lo estoy conectando con su ser interior. Debo admitir que a veces me siento más cómodo detrás de cámaras, dirigiendo, pero me gusta jugar en ambos lados.

Si mira atrás, ¿cómo ve al actor que empezó hace más de dos década?

Era una persona muy inocente con respecto al medio, al oficio, al país, a los espectadores. Hoy en día soy consciente de cada uno de esos puntos, pero aun así no soy una persona a la que le guste hablar de su vida privada. Sin embargo, los tiempos han cambiado y la gente necesita una comunicación más directa con uno.

Eso quiere decir que le ha costado conectarse con las redes sociales.

Tengo Instagram, Twitter y Facebook. Ahora estamos trabajando en una página dedicada a las personas que me siguen. También estamos trabajando en una app para tener más contacto con ellos, ya que el éxito de don Armando, en Betty la Fea, llegó a todo el mundo y me parece importante seguir afianzado esos lazos, porque este año vienen nuevos proyectos.

Hay agradecimiento con don Armando.

Él llegó de una manera muy extraña, porque, en esa época, yo estaba haciendo casting para el personaje del bobo en la novela Me llaman Lolita, y todo salió bien. Luego me dijeron que si les podía ayudar con la escena del beso en el casting de las actrices que iban a interpretar a Betty, sin ninguna pretensión lo hice y entonces me llamaron para hacer de don Armando, pero yo quería hacer del bobo, hasta que el presidente de RCN me convenció.

Luego llegó el personaje de Eva León de Jaramillo en la novela “En los tacones de Eva”. ¿Considera que este papel le ayudó a comprender más a las mujeres?

No, es muy difícil. Con ese personaje supe que como hombre nunca sería una mujer, porque no bastan unos tacones y una carterita para ser mujer. Ellas tienen el don de la creación en su interior, mientras que el hombre tiene que escribir poemas y pintar cuadros para crear algo.

Así como el público recuerda a don Armando o a Eva, ¿qué personaje recuerda con afecto?

El comisario Cristóbal Rivas en ¿Dónde está Elisa? No fue fácil desprenderme de él, porque era un personaje que tenía unos dolores y unas tristezas muy grandes y en ocasiones había que rescatarlo de ellas. Con ese personaje ejercí la compasión para ponerme en los zapatos de él.

¿Qué opinión tiene de la televisión que se está produciendo en el país?

Siento que la televisión debería regresar a los escritores, porque hoy en día los cuadros de Excel la dominan. Lo único que hace que haya buenas historias es que existan autores con necesidad de contar algo a un público, porque nos hemos especializado en contar cosas que no tienen nada que ver con nuestra identidad. Por eso considero que el día que retomemos ese concepto volveremos a ser grandes en la industria de la televisión.

Finalmente, ¿cuáles son los proyectos que vienen en camino?

Escribí una obra de teatro con Andrés López. Estaré en una conferencia con el profesor Maturana sobre cómo enfrentar las crisis; se va llamar “Cómo matar un dragón”. Continúo trabajando con la gente de Enchufe.tv en una serie que estamos escribiendo y que dirigiré.