La travesía de la “Novena sinfonía” de Beethoven
El fundador y director de la Orquesta Académica de Madrid está en Bogotá con “A Kiss for All the World”, un proyecto que acerca al público y la música clásica de manera gratuita.
Jorge Consuegra
¿Cómo se puede definir en pocas palabras Íñigo Pírfano?
Reconozco que soy una rara avis. Me podrían definir como un soñador con los pies en la tierra, alguien que, a pesar de todo, sigue creyendo en el ser humano.
¿Y qué significa Íñigo Pírfano para la música?
Mi misión pasa por mostrarle al gran público el poder transformador que tiene la música. Considero muy necesaria y urgente esa labor de divulgación, a la que me siento llamado por mi doble faceta de intérprete y comunicador.
¿Este mundo se convulsiona más si no existe la música?
Nietzsche decía que, sin música, el mundo no tendría sentido. Los seres humanos tenemos una insaciable sed de belleza, de verdad, de trascendencia, de sentido. Sin la conmoción que produce la música, el mundo no se reconocería a sí mismo.
¿Cómo fueron sus primeros pasos en la música?
De la mano de mi padre, Pedro Pírfano, también director de orquesta del Orfeón Pamplonés. Puedo decir con orgullo que de él aprendí —o, tal vez, heredé— lo más importante en un intérprete: la pasión.
¿Cuáles fueron los compositores que le llegaron al alma?
Bach, Mozart, Beethoven, Brahms y Mahler.
¿A qué edad hizo las primeras composiciones?
Aunque me considero más un intérprete que un compositor, también compongo. Escribí mi primera obra seria —la banda sonora de un largometraje— a los 23 años, después de terminar mis estudios de filosofía.
¿Por qué pensar siempre en los más necesitados, como es la filosofía que lo está moviendo actualmente?
Porque pensar en ellos de manera habitual nos hace mejores a nosotros y hace mejor al mundo. Vale la pena, ¿no cree?
¿Cuáles son sus planes para el futuro inmediato?
Tengo una agenda bastante cargada de conciertos y de conferencias en distintos países de Europa y Latinoamérica. Por ejemplo, estaré en Colombia hoy y mañana estaré interpretando la Novena sinfonía de Beethoven con la Orquesta Sinfónica Nacional en el Teatro de Bellas Artes de Cafam, y el sábado en el aeropuerto El Dorado, como parte de la gira de promoción de A Kiss for All the World, un proyecto que acercará a muchas personas con esta pieza del compositor alemán de manera gratuita.
¿Cómo ve a Colombia en el mundo musical?
Es realmente asombroso lo que está sucediendo en Colombia a nivel musical. En muy poco tiempo se ha convertido en punto de encuentro de las principales figuras del panorama musical internacional. Además, el nivel de las orquestas, solistas y directores es altísimo.
¿Qué países piensa visitar en sus giras con el proyecto “A Kiss for All the World”?
Además de Colombia estaré en Panamá, Perú y Chile.
¿A qué país no iría así fuera invitado especial?
He tenido la suerte de vivir en distintos países del mundo y en todos me he encontrado a personas con las que me he sentido en casa. Ahora bien, detesto toda forma de violencia; no viviría en un país en el que no se respetaran la libertad y el sano pluralismo.
¿Cómo se puede definir en pocas palabras Íñigo Pírfano?
Reconozco que soy una rara avis. Me podrían definir como un soñador con los pies en la tierra, alguien que, a pesar de todo, sigue creyendo en el ser humano.
¿Y qué significa Íñigo Pírfano para la música?
Mi misión pasa por mostrarle al gran público el poder transformador que tiene la música. Considero muy necesaria y urgente esa labor de divulgación, a la que me siento llamado por mi doble faceta de intérprete y comunicador.
¿Este mundo se convulsiona más si no existe la música?
Nietzsche decía que, sin música, el mundo no tendría sentido. Los seres humanos tenemos una insaciable sed de belleza, de verdad, de trascendencia, de sentido. Sin la conmoción que produce la música, el mundo no se reconocería a sí mismo.
¿Cómo fueron sus primeros pasos en la música?
De la mano de mi padre, Pedro Pírfano, también director de orquesta del Orfeón Pamplonés. Puedo decir con orgullo que de él aprendí —o, tal vez, heredé— lo más importante en un intérprete: la pasión.
¿Cuáles fueron los compositores que le llegaron al alma?
Bach, Mozart, Beethoven, Brahms y Mahler.
¿A qué edad hizo las primeras composiciones?
Aunque me considero más un intérprete que un compositor, también compongo. Escribí mi primera obra seria —la banda sonora de un largometraje— a los 23 años, después de terminar mis estudios de filosofía.
¿Por qué pensar siempre en los más necesitados, como es la filosofía que lo está moviendo actualmente?
Porque pensar en ellos de manera habitual nos hace mejores a nosotros y hace mejor al mundo. Vale la pena, ¿no cree?
¿Cuáles son sus planes para el futuro inmediato?
Tengo una agenda bastante cargada de conciertos y de conferencias en distintos países de Europa y Latinoamérica. Por ejemplo, estaré en Colombia hoy y mañana estaré interpretando la Novena sinfonía de Beethoven con la Orquesta Sinfónica Nacional en el Teatro de Bellas Artes de Cafam, y el sábado en el aeropuerto El Dorado, como parte de la gira de promoción de A Kiss for All the World, un proyecto que acercará a muchas personas con esta pieza del compositor alemán de manera gratuita.
¿Cómo ve a Colombia en el mundo musical?
Es realmente asombroso lo que está sucediendo en Colombia a nivel musical. En muy poco tiempo se ha convertido en punto de encuentro de las principales figuras del panorama musical internacional. Además, el nivel de las orquestas, solistas y directores es altísimo.
¿Qué países piensa visitar en sus giras con el proyecto “A Kiss for All the World”?
Además de Colombia estaré en Panamá, Perú y Chile.
¿A qué país no iría así fuera invitado especial?
He tenido la suerte de vivir en distintos países del mundo y en todos me he encontrado a personas con las que me he sentido en casa. Ahora bien, detesto toda forma de violencia; no viviría en un país en el que no se respetaran la libertad y el sano pluralismo.