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La noticia de la muerte de Heath Ledger sorprendió por completo. En pleno éxito de la nominación al Oscar por la película Secretos de la montaña, recién había terminado de filmar la nueva película de Batman, actualmente éxito de cartelera. En medio del titular ‘Muerte por Sobredosis Accidental’, con jóvenes 28 años y una total ausencia de drogadicción, la investigación oficial asoció la trágica muerte del 22 de enero pasado con una fatal mezcla de ansiolíticos y otras píldoras que él solía tomar para dormir, después de una estresante filmación.
Ahora que se estrenó con gran éxito su última película, entre las diferentes entrevistas, encontré una en particular que jamás había publicado. Con total franqueza, detrás de sus más sinceras respuestas, Heath Ledger muestra un íntimo perfil sobre el rápido paso por la fama, junto a la sorprendente revelación que intenta justificar el uso de píldoras para dormir como el recurso inmediato —que le costó la vida— para alejarse del estrés de su trabajo. Gloria y tragedia. Éxito y muerte, son términos que no suelen encontrarse en una misma frase. Esperamos que las palabras de Heath Ledger sirvan como homenaje, manteniéndolo más vivo que nunca, detrás de sus propias respuestas.
¿Alguien en su familia trabajaba como actor?
Para nada. Mi padre apenas se ganaba la vida manejando camiones.
Sin embargo, usted es de los pocos actores australianos que triunfan en Hollywood, junto a Russell Crowe, Hugh Jackman y Nicole Kidman. ¿Las puertas están abiertas para los actores con acento australiano?
Es verdad, aunque no sé muy bien la razón. Pero tampoco me quejo.
¿Cuáles son las grandes diferencias entre Australia y Estados Unidos?
(En Australia) no tenemos días de nieve donde suspenden la escuela, pero me acuerdo que cuando estudiaba, nosotros teníamos días de calor extremo, con 60 grados y no podías ir a la escuela. En el verano, sí o sí, había que usar sombrero para estar debajo de alguna sombra, porque en cinco minutos te quemabas vivo.
¿Lo intimidó la fama de Hollywood cuando llegó de Australia?
No estaba tan intimidado realmente cuando llegué a Hollywood. Lo único que me di cuenta, cuando empecé a ir a las reuniones de famosos, era que no había demasiados altos (Ríe). Pero tampoco quería que el miedo se apoderara de mí.
Los orígenes
Heathy, solían llamarlo en la intimidad, desde que nació el 4 de abril de 1979 en la ciudad de Perth, al Oeste de Australia. Sin antecedentes profesionales en la familia, la actuación surgió en la escuela Guildford Grammar, cuando tuvo que elegir entre las clases de drama o cocina. Con apenas 17 años y menos de un dólar en el bolsillo, se fue con un amigo a Sídney a buscar trabajo como actor. El debut llegó en 1996, con un pequeñísimo rol en la película australiana Blackrock, luego en Tv con el programa Sweat y el personaje de un ciclista homosexual que lo destacó del resto. Se animó, entonces, a empacar las valijas una vez más para probar mejor suerte en Hollywood. Y no se equivocó.
¿Cómo disfruta el tiempo libre? ¿Qué estilo de música le gusta?
De todo. Tengo una colección muy extensa de discos de vinilo con música soul, jazz, blues, hip hop, reggae, lo que se te ocurra.
¿Vinilos en vez de CD o MP3?
Me encanta el vinilo, tiene cierto toque romántico que no le encuentro a la música digital.
¿Toca algún instrumento musical?
Al menos lo intento, traté de aprender solo a tocar guitarra. La casa que compré vino con un piano y cada uno que entra piensa que yo sé tocar, hasta que me piden que les toque algo (no para de reír) y yo tengo que decir la verdad. Pero al menos estoy tratando de aprender.
¿Y los tatuajes que lleva son reales? ¿Qué significado tienen?
No. Los dibujo yo, cada mañana (empieza a reír, demostrando que bromea). Estas son las iniciales de mi madre y mis hermanas, Kate, Ashleigh, Olivia y Sally. Todas las chicas. Este otro es un símbolo que representa el músculo y me lo hice en un momento donde necesitaba fuerza y por eso significa algo más. También tengo unos puntos suspensivos, es el mejor, porque puedo inventar lo que quiero cuando me preguntan (a carcajadas).
Entre esos mismos puntos suspensivos, tal vez se leen los primeros pasos por Hollywood, cuando el director australiano Gregor Jordan le dio la gran oportunidad de contratarlo para la película Two hands (1999). Y recién después, las películas 10 things I hate about you y Four feathers terminaron dibujándolo entre las nuevas estrellas adolescentes. Oliver Stone lo llamó incluso antes de decidirse por Colin Farrell para la película sobre Alejandro Magno.
En el camino también hubo romances famosos, con la actriz Lisa Zane de la película Roar y la más famosa Naomi Watts, antes de tener una hija con la protagonista de la película Secretos de la montaña, Michelle Williams. Además de una familia, aquella película también le brindó el reconocimiento profesional con una nominación al Oscar por atreverse a desafiar un estereotipo norteamericano, personificando la historia contemporánea de un vaquero homosexual. La nueva película de Batman lo inmortaliza ahora, con el rol del Joker o Guasón, demostrando que Heath Ledger sólo se fue físicamente. Su trabajo como actor seguirá siempre presente gracias al cine.
¿Qué película ha sido la más importante en el principio de su carrera en Hollywood?
Probablemente Ned Kelly porque tiene una historia demasiado importante, con un mensaje que vale la pena. A su padre lo habían enviado a una isla por robar ovejas. Obviamente él era australiano y al venir de una familia criminal, en esa época, sufría bastantes restricciones en la sociedad, con respecto a lo que podía o no podía hacer. Yo crecí toda mi vida pensando que era mi héroe.
¿Qué lo atrae de una película por encima de otra?
Al final del día quiero que mi personaje cuente una historia, pero es pura casualidad que me la pase andando a caballo, en cine, todo el tiempo.
¿Le sorprende haber llegado tan lejos en Hollywood tan pronto?
Sí, sí, porque nadie podía predecir que iba a pasar lo que me pasó. Al menos yo no lo esperaba. Al mismo tiempo, uno tampoco tiene tiempo para pensar. Las cosas suceden de pronto y piensas que es lo más normal, que siempre
fue así, pero no es cierto. Igual ha pasado por momentos donde me senté a reflexionar dónde estaba yo, hace dos años atrás, porque sigo sintiéndome igual.
¿Cómo se lleva con la fama?
No pienso demasiado en el tema.
¿Qué factores de la realidad lo mantienen con los pies sobre la tierra?
Tengo que decir que mi familia y mis amigos.
¿Lo persiguen los ‘paparazzis’?
Sí, sí, pero solamente cuando vas a ciertos lugares donde uno también sabe que están. Se pueden evitar. Y sobre la gente que trata de meterse en mi vida privada, al principio molestaba tanto que quería pelear con cualquiera. Después, me limitaba demasiado, por miedo a salir de casa. Me quedaba mese encerrado, hasta que me di cuenta de que no podía cambiar mi vida; no podía dejar que la fama dictara lo que hago o lo que no. Y si me sacaban una foto para ponerla en alguna revista que leen millones de personas, tampoco me preocupa porque no conozco ninguna de esas millones de personas.
¿Esta actitud no interfirió nunca con su carrera?
No creo que lastime en lo más mínimo. Al final del día tengo los mismos diez mejores amigos que tuve siempre y la misma familia que tenía antes. Ellos saben lo que pasa con mi vida. Por eso no dejo que la fama me llegue a la cabeza. Al menos trato.
¿El trabajo de actor es tan espectacular como la gente imagina?
Para nada. (Durante un rodaje) me levanto a las tres de la madrugada para empezar a atrabajar a las seis de la mañana. A casa vuelvo recién a las ocho, para acostarme a las diez de la noche y a las once me levanto para agitarme bien y quitarme el personaje de encima (ríe). Hablo como él por una hora y me vuelvo a dormir, para despertarme de nuevo a las dos y media.
¿Y qué hace para descansar cuando está trabajando?
No puedo. Y hasta cierto grado tampoco quiero que mi mente se desacelere porque cuando estoy trabajando tan duro y me quedan tan pocas horas para descansar, básicamente me voy a dormir en cualquier lado y me despierto exactamente en el mismo lugar. Por esa misma razón, cuando termino una película, me toma semanas o meses volver a la normalidad. Cuando vuelvo a casa no me puedo quedar quieto, me siento y me paro a cada rato. Y lo hago por semanas y semanas. Es como estar en medio de una carrera muy difícil de parar.
Aquella respuesta hoy tiene mucho más sentido. Queriendo parar la carrera de la fama, al parecer, Heath Ledger habría recurrido a medicamentos para evitar la ansiedad y algunas píldoras para dormir que tal vez buscaban una cura de sueño para escapar del estrés, después de haber terminado la filmación de la nueva película de Batman. Sólo trataba de recuperar la normalidad, en una salida donde terminó encontrando la muerte. Pero la inédita entrevista lo demuestra: Heath Ledger no se fue. Sus palabras y el cine, lo mantienen vivo, para siempre.
* Periodista y cinéfilo radicado en Los Ángeles.