El grafiti ha sido un tema de eterna disputa en las grandes ciudades. Se pintan, se intervienen, se borran. En ese orden y en el que se quiera. Medellín ha sido centro de esta disputa en varias ocasiones y para encontrar un mecanismo de diálogo, en el 2020 la Alcaldía suscribió el Acuerdo 010 con un grupo de colectivos que hacen grafiti en la ciudad. Hoy, no todos se sienten representados en ese documento.
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La última intervención, que evidenció las grietas que hay entre unos y otros artistas, salió a la luz el pasado lunes 13 de enero, cuando la Alcaldía de Medellín ordenó borrar el mural, cuya frase ya es una reivindicación social: “Las cuchas tienen razón”, mural que fue pintado por varios colectivos, entre ellos “Fuerza y grafiti”, quienes desde entonces han dicho que lo pintarán las veces que sea necesario.
“Las cuchas tienen razón” es un homenaje a las madres que llevan años insistiendo en que en La Escombrera hay cuerpos de personas que fueron asesinas durante la Operación Orión, la intervención armada ordenada en 2002 por el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez, para expulsar a los grupos guerrilleros que hacían presencia en la Comuna 13 de Medellín. El jueves de la semana pasada Medicina Legal identificó los primeros dos cuerpos que habían sido recuperados por la JEP, dichos asesinatos, según las autoridades, se ejecutaron entre 2001 y 2003.
El intento de borrar este mural se basaba, según la administración distrital, en que no se tenían los permisos para intervenir ese muro, aunque el acuerdo 010 aún no establece con claridad cuáles son los muros que se pueden intervenir. Finalmente, por medio de un acuerdo, la pintada en muro se autorizó por parte de la Alcaldía, sin embargo, el colectivo “Fuerza y graffiti” fue enfático en decir que no hicieron parte del acuerdo e insisten en que la administración distrital promueve la censura en el arte.
Acuerdos y desacuerdos
“Una cosa es el grafiti como expresión artística. Otra cosa es que consideren arte la ofensa a otro o querer ensuciar la ciudad. Mi apoyo completo al arte, pero también como alcalde debo poner orden en una ciudad que la gente quiere ver linda y bonita. Otra cosa son los mensajes de odio y de los que quieren sacar provecho político”, expresó ante los medios el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, antes del acuerdo.
“Rechazamos cualquier intento de esta y cualquier administración por censurar el arte, nos parece increíble que en el siglo XX estén intentando este tipo de cosas y más cuando algunos artistas de una mesa que no pueden representar a la totalidad de artistas de grafiti de la ciudad, estén de acuerdo con ese tema”, expresó para El Espectador el colectivo “Fuerza y Graffiti”, luego de este hecho.
Esta discusión quedó resumida en el acuerdo en el que no participó “Fuerza y grafiti”, firmado el pasado viernes 17 de enero, entre la institucionalidad y otros colectivos urbanos. Allí se estipuló que el mural “Las cuchas tienen razón” se dejará durante seis meses o hasta que se realice alguna solicitud de un grupo artístico para intervenir este espacio, el documento señala que hay 30.000 metros cuadrados de muros en toda la ciudad, autorizados para ser intervenidos.
Mesagraff, ¿un comité de censura?
La Mesagraff es un espacio de diálogo del que hacen parte la Alcaldía de Medellín y algunos colectivos artísticos de la ciudad que se creó hace cinco años. Para promover la participación se definieron curules para representantes de varios sectores del arte urbano y miembros de la administración de turno. Entre ellos, se encuentran representantes de la Secretaría de Cultura y otros de colectivos, artistas independientes, festivales, fundaciones, entre otros.
Aunque institucionalmente se define como “un espacio de articulación”, para algunos colectivos, como “Fuerza y graffiti”, se trata de un espacio de censura. “Es un comité de censura que le dice a los artistas si puede o no pintar, con algunos temas vetados, entre ellos la política”, dice uno de los miembros de colectivo.
Según el secretario de Cultura de Medellín, en una entrevista para Blu Radio, ellos no “se meten en sus expresiones artísticas”, sin embargo, se hacen unas revisiones en las que se establece que no se pueden aceptar grafitis o murales publicitarios, de propaganda política o que inciten al odio.
Los muros que no se pueden pintar
Para el colectivo “Fuerza y grafiti”, el Acuerdo 010 no tiene “piso jurídico” debido a que, dentro de él, no se definen cuáles son “muros libres” que los artistas pueden intervenir. Mientras que para el gestor de arte urbano, Wilmar Martínez, quien reconoce que el acuerdo carece de esa definición, ese es uno de los temas que se está discutiendo hoy, producto del más reciente acuerdo.
“El Acuerdo 010 no ha sido reglamentado. El acuerdo habla de unos muros libres, pero nadie sabe cuáles son esos muros. Por lo tanto, todos (los muros) son libres”, expresa un miembro del colectivo artístico.
“Esa es una interpretación. El papel de los ciudadanos no es interpretar las normas. Eso es un papel de los jueces. Entonces para eso tiene que reglamentarse el acuerdo y con la reglamentación del acuerdo tiene que establecerse en qué lugares sí y en qué lugares no”, asegura Martínez, quien además de gestor de arte urbano, ha asesorado a representantes de colectivos artísticos vinculados a Mesagraff.
“Creo que hay desinformación. Ellos hoy no confían en la alcaldía de Medellín por las cosas que han pasado, por cosas de antes, también porque obviamente representan diferentes ideologías. Entonces, de alguna forma, la ruptura y el hecho de que ellos digan que no se sienten representados en Mesagraff y que no quieren ser parte del espacio, creo que es totalmente válido”, agrega Martínez.
El pasado viernes se realizó una asamblea para socializar los acuerdos con los que los artistas pertenecientes a Mesagraff y seguir en la discusión sobre las paredes de la ciudad que se podrían intervenir, discusión en la que no participó “Fuerza y grafiti”, quienes siguen discutiendo en otros escenarios y pintando las paredes que la administración no ha podido definir.