¿Cómo llegó su protagónico en “Nuevo Rico, Nuevo Pobre”?
Ser parte de esta producción fue maravilloso, algo que llevaba esperando hace mucho tiempo y que pensé que no iba a llegar. Fue curioso, porque cuando decidí soltar ese sueño y esa ansiedad de protagonizar algo, llegó el momento. Creía que no estaba lista para hacerlo porque venía muy cansada de otros proyectos, pero esta oportunidad llegó para demostrarme que a veces es mejor soltar para que las cosas lleguen.
¿Por qué cree que no llegó antes un protagónico a su carrera?
Llegó un momento en el que comencé a compararme mucho con las demás actrices, y me preguntaba por qué a ellas sí, si llevaban menos tiempo, y yo no. Me cuestioné mucho y al final entendí que los caminos de todos son distintos, y que si tal vez este personaje hubiese llegado antes, yo no hubiese estado preparada para asumir esta responsabilidad. Hoy entiendo por qué no me llego este papel hace cinco años, sino en este momento, así tenía que ser.
¿Qué piensa de las comparaciones? ¿cómo las ha asumido en su carrera?
Que me comparen es muy común. Comparar hace parte de la vida y la cotidianidad. Afortunadamente, ahora me tiene sin cuidado, pero en algún momento sí me costó no compararme con las demás. Cuando entendí que mi valor no depende de lo que hagan o no las otras personas, dejé de caer en ese juego. Hace mucho tiempo dejé de compararme y entendí que el camino es mío, y completamente diferente al que tiene cualquier persona.
Con “Nuevo rico, nuevo pobre” va a pasar lo mismo, la gente va a comparar esta versión con la antigua y eso es inevitable. Me parece positivo en cierta parte tener algo para comparar, la gente va a decidir si le gustó más esta versión, o la otra.
¿Se basó en la anterior versión de “Nuevo rico, nuevo pobre” para interpretar a Rosmery?
Si tenemos la oportunidad de volver a hacer una misma historia con un aire distinto, ¿para qué hacer lo mismo? Si tengo la oportunidad de refrescar eso, pues no voy a ser una repetición de algo que ya existe. Me parece mejor darle paso a algo diferente desde otra dirección y punto de vista. No soy Carolina Acevedo, que fue quien interpretó a Rosmery en la primera versión, lo hizo increíble y se ganó el corazón de todos los colombianos, pero esta es la oportunidad de hacer mi versión.
¿Cuáles fueron los retos que le trajo este personaje?
Decirte que fue difícil sería una gran mentira, porque Rosmery es un personaje muy natural, muy genuino, muy amoroso, muy divertido y desde ahí era muy fácil interpretarlo. Bajo la dirección de Rodrigo Triana todo se hizo mucho más fácil, porque tenían muy clara la historia y desde el principio sabían lo que querían mostrarle al público. Lo más difícil era no reírnos en las escenas, pero en general no me costó tanto trabajo interpretar a esta mujer que están tierna y linda, no se aleja mucho de mi realidad. Es más fácil encontrar la dulzura en un personaje que no tiene tantos matices, como los antagónicos.
Creo que lo que más me parecía retador era el hecho de tener mi primer protagónico y hacerlo bien. Tenía la responsabilidad de disfrutármelo de principio a fin. Y hasta el momento parece que así fue.
¿Qué ha sido lo más difícil de ser actriz y llevar una vida normal?
Lo más retador y lo más difícil es el tiempo. Dividir mi vida en ser Lina, estar con mi familia, mis perros, atender las prioridades de mi hogar, ser empresaria y actriz al mismo tiempo es como tener tres vidas. Trato de dividir el tiempo en todo y ser la mejor, pero se vuelve muy retador.
De hecho, por más equitativa que yo quiera ser, a veces se me olvida hacer mercado. Duro 12 horas metida en un estudio, no alcanzo a hablar con mi papá, no llamo a mi mamá… lo más retador es no olvidar a esa Lina de la casa que tiene que ir a mercar, tiene que estar pendiente de sus perros, tiene que verse con su familia los domingos, no olvidar su marca y dar lo mejor de ella en el set con 15 escenas diarias…muy difícil.
¿Le pesa tener que sacrificar el tiempo? ¿cómo logra un equilibrio entre la familia y el trabajo?
Me pesa mucho no ser una hija presente como quisiera, o me pesa mucho no ser una tía presente como quisiera, pero cuento con la fortuna de que mi papá me ama como soy y me dice: “cuando tengas mi edad, vas a entender por qué te entiendo y por qué no te juzgo”. Soy muy afortunada, mi familia me entiende, me apoya y me ama como soy.
Sus relaciones sentimentales han estado en el ojo público, y ha dicho en varias ocasiones que estar en pareja no es una prioridad para usted, ¿cómo ve la soledad?
Creo que la soledad es una parte primordial y esencial para entender que solo también puedes. En equipo es maravilloso, pero la sociedad nos ha metido en la cabeza que tienes que tener una pareja para estar perfecto, para estar realizado, para para ser exitoso. No me ha pasado porque, aunque no he sido la más de malas en el amor, mis relaciones no han sido duraderas. En medio de esas rupturas y de esa soledad he entendido quién soy. Si llega alguien es para seguir manteniendo mi paz y mi tranquilidad, si no, ¿para qué enredarme con alguien que no me sume?
Mis amistades me han enseñado lo valiosa que es mi compañía, gracias a ellos, sin querer sonar soberbia ni agrandada, tengo la fortuna de entender que soy una mujer muy completa y que no tengo que conformarme con menos de lo que sueño. Entonces, ¿por qué estar con alguien solo por estar?