'Lo mejor del Dakar es llegar'

¿Por qué su pasión por los autos?

Me gustaron desde pequeño, porque mi padre corría en una categoría zonal. Me quedó para siempre el gusto por la velocidad. Después me metí en el mundo de los medios de comunicación y me enfoqué en los deportes a motor.

¿Y fue piloto?

Corrí cuando chico, aunque solamente en karts, pues mi papá me empujaba. Pero me defiendo, compito con amigos pilotos.

¿Qué tiene de especial cubrir la F-1?

Es un gran placer. He tenido la suerte de seguirla desde hace mucho tiempo, desde el último año de Ayrton Senna hasta ahora, casi sin parar. Es un mundo muy cerrado y estar ahí es un privilegio.

¿Todavía hay cosas que lo sorprendan de la Gran Carpa?

Sí, permanentemente. El ruido de los motores, el trabajo minucioso y cada vez más complejo de las escuderías, los nuevos circuitos, pero también los más tradicionales. Son 20 fines de semana al año en los que siempre pasa algo que te impacta.

¿Qué recuerdo le quedó del paso de Juan P. Montoya por la F-1?

Siempre me impresionó que a punta de talento puro llegó a un lugar al que muchos llegan por el apoyo económico. Dio resultados y fue protagonista hasta que decidió irse.

¿Y cómo ha sido la experiencia del Rally Dakar?

Este es el quinto que cubro. Es una experiencia fantástica, única. Cada campamento, cada noche es una aventura, una prueba que cambia todo el tiempo.

¿Cómo analiza el hecho de que 10 colombianos tomaran la partida?

Es un buen indicador. Conseguir patrocinadores y apoyo económico es difícil, pero lo lograron. Esto puede ayudar a que crezca la pasión por el deporte y la cultura del rally, así motivará a más gente para las próxima ediciones.

¿Qué tan duro es el Dakar para un periodista?

Mucho, hay que prepararse, sobre todo mentalmente. Acá no hay comodidades y el cuerpo se va desgastando, aunque esa exigencia no es nada al lado de la que tienen los corredores: ellos son el consuelo y el ejemplo.

¿Qué es lo más bonito que ha visto en los Dakar?

Esta es una prueba tan dura, tan difícil, que lo más lindo es llegar. Los paisajes son hermosos, así como la gente y sus culturas. Las dunas en el desierto sorprenden mucho, pero muchas veces no hay tiempo para disfrutarlas.

¿Cómo ve el futuro de la carrera?

Los organizadores esperan que en algún momento vuelva a África, pero aquí están muy conformes porque han encontrado el entorno ideal y mucho apoyo. De hecho, han pensado en llevarlo a Brasil y Colombia para ir cambiando, porque no es bueno que los competidores conozcan de memoria el recorrido. Además, acá en Suramérica no encuentran grandes problemas políticos ni de seguridad.

¿Qué opinión tiene del automovilismo colombiano?

Su desarrollo ha sido increíble. Sigo de cerca a pilotos como Sebastián Saavedra y Gustavo Yacamán, en los Estados Unidos. O a Óscar Tunjo, que está haciendo cosas increíbles y tiene un gran futuro. Hay que apoyar a todos esos chicos que crecieron motivados por la carrera de Montoya y permitirles salir a correr al exterior, esa es la única manera de mejorar. Yo creo que no pasará mucho tiempo para que otro colombiano esté en la F-1.

¿Por qué su pasión por los autos?

Me gustaron desde pequeño, porque mi padre corría en una categoría zonal. Me quedó para siempre el gusto por la velocidad. Después me metí en el mundo de los medios de comunicación y me enfoqué en los deportes a motor.

¿Y fue piloto?

Corrí cuando chico, aunque solamente en karts, pues mi papá me empujaba. Pero me defiendo, compito con amigos pilotos.

¿Qué tiene de especial cubrir la F-1?

Es un gran placer. He tenido la suerte de seguirla desde hace mucho tiempo, desde el último año de Ayrton Senna hasta ahora, casi sin parar. Es un mundo muy cerrado y estar ahí es un privilegio.

¿Todavía hay cosas que lo sorprendan de la Gran Carpa?

Sí, permanentemente. El ruido de los motores, el trabajo minucioso y cada vez más complejo de las escuderías, los nuevos circuitos, pero también los más tradicionales. Son 20 fines de semana al año en los que siempre pasa algo que te impacta.

¿Qué recuerdo le quedó del paso de Juan P. Montoya por la F-1?

Siempre me impresionó que a punta de talento puro llegó a un lugar al que muchos llegan por el apoyo económico. Dio resultados y fue protagonista hasta que decidió irse.

¿Y cómo ha sido la experiencia del Rally Dakar?

Este es el quinto que cubro. Es una experiencia fantástica, única. Cada campamento, cada noche es una aventura, una prueba que cambia todo el tiempo.

¿Cómo analiza el hecho de que 10 colombianos tomaran la partida?

Es un buen indicador. Conseguir patrocinadores y apoyo económico es difícil, pero lo lograron. Esto puede ayudar a que crezca la pasión por el deporte y la cultura del rally, así motivará a más gente para las próxima ediciones.

¿Qué tan duro es el Dakar para un periodista?

Mucho, hay que prepararse, sobre todo mentalmente. Acá no hay comodidades y el cuerpo se va desgastando, aunque esa exigencia no es nada al lado de la que tienen los corredores: ellos son el consuelo y el ejemplo.

¿Qué es lo más bonito que ha visto en los Dakar?

Esta es una prueba tan dura, tan difícil, que lo más lindo es llegar. Los paisajes son hermosos, así como la gente y sus culturas. Las dunas en el desierto sorprenden mucho, pero muchas veces no hay tiempo para disfrutarlas.

¿Cómo ve el futuro de la carrera?

Los organizadores esperan que en algún momento vuelva a África, pero aquí están muy conformes porque han encontrado el entorno ideal y mucho apoyo. De hecho, han pensado en llevarlo a Brasil y Colombia para ir cambiando, porque no es bueno que los competidores conozcan de memoria el recorrido. Además, acá en Suramérica no encuentran grandes problemas políticos ni de seguridad.

¿Qué opinión tiene del automovilismo colombiano?

Su desarrollo ha sido increíble. Sigo de cerca a pilotos como Sebastián Saavedra y Gustavo Yacamán, en los Estados Unidos. O a Óscar Tunjo, que está haciendo cosas increíbles y tiene un gran futuro. Hay que apoyar a todos esos chicos que crecieron motivados por la carrera de Montoya y permitirles salir a correr al exterior, esa es la única manera de mejorar. Yo creo que no pasará mucho tiempo para que otro colombiano esté en la F-1.