Marlene Rodríguez de Montaner aprendió a limpiar su corazón todos los días. Le llevó años y un millón de totazos entender que si no se liberaba de los rencores, ni su cuerpo, ni su mente iban a estar en paz. Los cuadernos tachados con malos recuerdos le hicieron abrir los ojos, y entender que necesitaba una desintoxicación de las cosas que ella misma había dejado entrar a su vida, y que no le estaban haciendo bien.
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Luego de pasar días, semanas, meses e incluso años recolectando vivencias, Marlene empezó a escribir su “Libro del corazón” a modo de catarsis y de “consejo para las nuevas generaciones que no saben qué hacer con tanto. Me senté una tarde y comencé a escribir el libro, a los quince días lo terminé pensando en lo mucho que me hubiera gustado leer algo así cuando era más joven”, dijo en entrevista para El Espectador.
Es escritora, cineasta y filántropa. También es hija, esposa y madre de tres hijos a quienes define como su adoración: Mau, Ricky y Evaluna Montaner. Ellos, y su esposo Ricardo Montaner, fueron una motivación para que diera rienda suelta a lo que estaba sintiendo, y así lo hizo. Dice ser una mujer devota. Considera que conexión con Dios es una de sus prioridades.
“Cuando guardas emociones que no quieres enfrentar en el momento, vas creando una raíz que al final enferma el cuerpo, porque él habla de lo que nosotros no dijimos o no tratamos en el momento oportuno, por eso nuestra espiritualidad es tan importante, porque nos ayuda a sanar”, dijo en la entrevista, y agregó que una de las frases más importantes de su libro dice: “cuida tu corazón, porque de él emana la vida”.
Recordó que el rencor muchas veces se apoderó de sus sentimientos, y anotaba en un cuaderno los errores que otros habían cometido con ella y con los suyos. “Sabía que eso no estaba bien. Recuerdo mucho que Ricardo un día me contó que se había encontrado con una persona que le había hecho algo malo en algún momento, yo le pregunté si lo había saludado y me contestó que sí… le respondí con otra pregunta: ‘¿No te acuerdas de lo que te hizo en 1976?’ Él se quedó mirándome aterrado y me preguntó que por qué yo me acordaba de eso. En ese momento entendí que tenía que cambiar, no solo por mí, sino por los que me rodean”.
No es la primera vez que escribe. Marlene Montaner tiene cinco libros inspirados en sus hijos: “Evaluna Nueva”, “Evaluna Creciente”, “Evaluna Llena”, “El día que Dios te creó”, y “Dar Gracias”. Todos inspirados en su rol como madre. En el caso de “El libro del corazón”, hace seis reflexiones con las que ha navegado una vida que describe como imperfecta, pero feliz. Esta vez quiso abarcar esas prácticas de cuidado emocional y espiritual que, dice, le funcionaron para cuidar su corazón, desde mantenerlo en orden como si fuera una casa, hasta protegerlo de los golpes de la vida. Es un viaje de la oscuridad a la luz con consejos que, según ella, pueden servirle a alguien que se sienta perdido.
La parte del libro que más disfrutó escribir fue “El corazón es un jardín” porque, según dijo en la entrevista, le gusta pensar en su corazón como un lugar en el que puede sembrar lo que quiere ver reflejado en su vida. Pensó en sus hijos y en la forma en la que han construido su jardín, en lo que podrían mejorar y lo que están haciendo bien. Pensó también en su madre, y en lo mucho que le hubiera gustado tener sus consejos para manejar las relaciones, la crianza y el matrimonio.
“Cuando mi hija Evaluna se casó con Camilo Echeverry, quise dejarle una serie de consejos que me hubiese gustado recibir de mi madre cuando yo me casé, porque sabía que le iba a cambiar la vida y que se enfrentaría a un nuevo reto. Fue en ese momento cuando quise empezar a escribir libros”.
“Me gusta tachar, anotar y señalar cuando leo libros. No estoy de acuerdo con la gente que dice que eso no se debe hacer, me he encontrado con anotaciones que hice en libros que leí hace años y es algo transformador. Imagínate leer ‘El libro del corazón’ hoy, hacer tus anotaciones y llenar los espacios que creé para que en diez años lo encuentres lleno de polvo, leas lo que tú escribiste y tengas otras ideas, otras percepciones, otra vida. Es un ejercicio hermoso”.
Según Rodríguez, esta obra tiene que ver con ella y con el itinerario que hace a diario para entender qué es lo que pasa por su cabeza. “Creo que a medida que uno crece se vuelve más consciente de la importancia de depurar lo que no sirve y conservar lo que sí funciona, lo que llena, lo que no absorbe la energía de maneras nocivas. Yo me siento todas las mañanas y evalúo mi entorno, pienso en lo que me está haciendo bien y en lo que no, y a partir de eso, tomo decisiones. Y no hablo de personas, también de hábitos, pensamientos y comportamientos que cuento en este libro”.
El lanzamiento de su obra fue en Medellín, pues su relación con esta ciudad ha sido cercana en los últimos años. “Todos mis libros los he hecho allí porque tengo dos yernos que son de acá, siento una conexión muy profunda con Colombia en general, para mí y para Ricardo ha sido un país que nos ha regalado muchos momentos valiosos. No pude haber elegido un mejor lugar”.
Para sus próximos proyectos, Marlene Rodríguez contó que quiere escribir un libro sobre el significado de crecer y enfrentar “el nido vacío”, una experiencia que ella ha tenido que enfrentar en los últimos años. Por ahora, “El libro del corazón” es una invitación a sus lectores hacia la autocrítica, la mejora y la paz.