Hace poco lanzó el sencillo “Dueño de ti”, una canción que habla del amor. ¿Es quizá un punto de partida para dejar de lado letras que hablan del despecho y la tristeza?
Sí. Creo que venía de una temporada de unas cuantas composiciones que le estaban cantando al despecho, entonces quise hacer algo diferente, algo que rompiera ese esquema, una canción que se les pudiera dedicar a las mujeres, que hablara de romanticismo, de lo bello que es el amor.
¿Por qué hacer una versión pop y una urbana de “Dueño de ti”?
Cuando lancé Si te hubieras ido antes hice una versión balada pop que enamoró a la gente y que me abrió las puertas para incursionar en otros géneros. Además está La invitación, una canción que hice al lado de Maluma y que me permitió acercarme al género urbano. Así que, teniendo en cuenta ese precedente, quisimos hacer la versión pop bajo la producción de Mauricio Rengifo, de Cali, y el Dandee, y la versión urbana por Saga White Black, productor de Nicky Jam, para conquistar a otro público, quizá más juvenil.
Cuando está en el proceso de composición o cuando interpreta las canciones, ¿de alguna manera las dedica a alguna persona en particular?
Al momento de componer o de cantar tengo que sentir las letras, ya sea que esté pasando por un desamor o que sean las historias de mis amigos las que las inspiren. Pero me considero mejor intérprete que compositor.
¿Se emociona con facilidad? ¿Es fácil de sorprender?
Sí. De hecho, hace poco hablaba con mi familia de eso, porque hace mucho no lloraba con tanto dolor y de repente las cosas que han pasado en mi vida, a mis 24 años, me convirtieron en una persona más sensible, a pesar de que me considero una persona estable emocionalmente, quizá debido a que, sin quererlo, me convertí en la cabeza de mi familia durante mucho tiempo.
¿Esa decisión de ser la cabeza de su familia fue a partir de su inicio en la carrera o se dio con el tiempo?
Esta profesión exige que madures muy biche y que vayas tomando decisiones tanto a nivel personal como profesional, y eso pasó a los 16 años. A pesar de que tengo un equipo de trabajo y un mánager, también determino qué se hace y qué no.
¿Cómo define la participación que ha tenido su mamá, Martha Lucía, en su carrera artística?
Trabajo con ella y es un ser maravilloso. Tenemos una relación particular, porque a veces me quiere regañar como mamá, lo que es un poco chistoso, pero aunque tenemos nuestros desencuentros, nos entendemos. Ella es mi todo, tanto en el plano personal como en el profesional. Es mi motor para seguir adelante.
Empezó desde pequeño en la música y tuvo una profesora que le dijo que cantar no era lo suyo. ¿Cómo recuerda ese episodio?
Tenía 12 o 13 años y mi profesora de técnica vocal era muy exigente, no tuvo tacto para enseñar. Me gritaba por no llegar a la nota y llegaba un punto en que yo quería llorar, parecía la casa del terror, se me dañaba el día. Finalmente, nunca volví a esa clase.
¿Y cuándo retomó la música?
En una de las tantas reuniones familiares que hubo en mi casa me pidieron que cantara al lado de un grupo de mariachis, y la conexión fue tan mágica con la música que a partir de ese momento decidí darme una oportunidad en esta profesión. En las fiestas era yo quien pedía el micrófono para cantar. Luego entré al grupo musical del colegio y una profesora me recomendó al que ahora es mi productor. Empecé a tomar clases para grabar el primer disco, Pipe Bueno, en 2008.
¿Por qué empezó por la ranchera?
La decisión tiene que ver mucho con la influencia familiar. A mis padres siempre les gustó la música popular y constantemente la escuchábamos. Y aunque nací en Cali y me crié en Medellín escuchando reguetón, electrónica, salsa, vallenato, siempre sentí que quería interpretar música popular, porque transmite sentimientos. Pero con el tiempo he mostrado mi versatilidad interpretando otros géneros.
Dentro de esa versatilidad, ¿qué otras habilidades ha descubierto en usted?
Más que una habilidad creo que en unos años me gustaría incursionar en la actuación, porque me parece interesante.
Es muy aficionado a los caballos y representó al país en diferentes competencias. ¿Qué sucedió con esa práctica?
Dejé de competir y de entrenar hace un buen tiempo, pero el gusto por los caballos nunca lo he dejado. Creo que no hay nada mejor que escuchar una ranchera, tomarse unos tragos con los amigos y cabalgar. Quizá ese mundo equino, en el que los corridos y las rancheras predominan, me llevó a la ranchera. Tuve logros importantes: fui selección Colombia dos años consecutivos y campeón nacional. Lamentablemente, hoy en día, por mi carrera musical, se hace supercomplicado competir de nuevo. Pero sería interesante que la gente conociera esta otra faceta.
En varias ocasiones lo han confundido con James...
Sí, eso fue gracioso. Sucedió en una gira de promoción que hice en Barranquilla. Recuerdo que ese día jugaba la selección allí y algunos fans de James me confundieron en el aeropuerto y se me abalanzaron para que les firmara algunos balones, y así lo hice, a algunos les coloqué una J y un 10, a otros les firmé como Pipe Bueno. Ha sucedido en varias ocasiones.
Finalmente, ¿qué significó Jessica Cediel en su vida?
Ella es una persona maravillosa. No tengo nada negativo en contra de ella y fue una persona que me enseñó cosas importantes para crecer en todos los aspectos de mi vida.