'Me inspiré en los hijos que no tenía'

Estudió economía en la Universidad de los Andes y luego hizo maestría y doctorado en Nueva York. ¿En qué momento empezó a trabajar con la primera infancia?

No sabía cuál era la mejor manera de balancear mis estudios con la posibilidad de tener una familia, entonces en el doctorado trabajé más con las materias que tenían que ver con la familia, la economía, el hogar y la mujer.

¿Qué tema abordó en su tesis doctoral?

Comencé con el tema de primera infancia, la inspiración no fue ni profesional ni académica, sino personal, eran los hijos que en ese momento no tenía. Allí entendí cómo el empleo de las madres afecta el desarrollo de los niños y con ese interés tan personal marqué mi carrera.

¿Cuáles son las transformaciones que trae consigo la inversión en la educación y el nivel de vida de los niños en Colombia?

Estoy plenamente convencida de que estas inversiones desde temprano en la vida de las personas son las que valen la pena. Los niños son completamente maleables y si esperamos hasta los 25 años para intervenir a los jóvenes con programas en capacitación laboral, ya habrán pasado dos décadas de malas inversiones.

Usted ganó el Premio Juan Luis Londoño, el cual se entrega cada dos años a un economista menor de 40 años. ¿Qué investigación le mereció el reconocimiento?

Es un reconocimiento a una trayectoria, no a un estudio en particular. Lo clave del premio es que los adelantos académicos impactan a nivel social y contribuyen para el diseño de políticas públicas en el país. He trabajado muy de cerca con Planeación Nacional y con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en los temas de primera infancia.

¿Qué es lo que falta para mejorar la atención a la primera infancia en el país?

Por la naturaleza intersectorial de atención a los niños, debe haber mucha cooperación entre organismos: ministerios de Salud y Educación, Bienestar Familiar, Planeación Nacional y hasta la Registraduría, porque la atención a los niños está ligada al tema de los derechos.

¿Cuál es la situación de las políticas económicas diseñadas pensando en los niños?

La primera infancia no está en la mente de los economistas. Somos el tercer país más desigual en Latinoamérica, y creo que la inversión en este tema es muy baja porque los políticos no reciben los réditos de manera inmediata.

¿Qué le gustaría lograr por la primera infancia en Colombia?

El reto es entender cuáles son los mínimos de calidad y cómo tienen que estar diseñados los programas para atender gradualmente a los 2,5 millones de niños socioeconómicamente vulnerables, según Sisbén.

Estudió economía en la Universidad de los Andes y luego hizo maestría y doctorado en Nueva York. ¿En qué momento empezó a trabajar con la primera infancia?

No sabía cuál era la mejor manera de balancear mis estudios con la posibilidad de tener una familia, entonces en el doctorado trabajé más con las materias que tenían que ver con la familia, la economía, el hogar y la mujer.

¿Qué tema abordó en su tesis doctoral?

Comencé con el tema de primera infancia, la inspiración no fue ni profesional ni académica, sino personal, eran los hijos que en ese momento no tenía. Allí entendí cómo el empleo de las madres afecta el desarrollo de los niños y con ese interés tan personal marqué mi carrera.

¿Cuáles son las transformaciones que trae consigo la inversión en la educación y el nivel de vida de los niños en Colombia?

Estoy plenamente convencida de que estas inversiones desde temprano en la vida de las personas son las que valen la pena. Los niños son completamente maleables y si esperamos hasta los 25 años para intervenir a los jóvenes con programas en capacitación laboral, ya habrán pasado dos décadas de malas inversiones.

Usted ganó el Premio Juan Luis Londoño, el cual se entrega cada dos años a un economista menor de 40 años. ¿Qué investigación le mereció el reconocimiento?

Es un reconocimiento a una trayectoria, no a un estudio en particular. Lo clave del premio es que los adelantos académicos impactan a nivel social y contribuyen para el diseño de políticas públicas en el país. He trabajado muy de cerca con Planeación Nacional y con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en los temas de primera infancia.

¿Qué es lo que falta para mejorar la atención a la primera infancia en el país?

Por la naturaleza intersectorial de atención a los niños, debe haber mucha cooperación entre organismos: ministerios de Salud y Educación, Bienestar Familiar, Planeación Nacional y hasta la Registraduría, porque la atención a los niños está ligada al tema de los derechos.

¿Cuál es la situación de las políticas económicas diseñadas pensando en los niños?

La primera infancia no está en la mente de los economistas. Somos el tercer país más desigual en Latinoamérica, y creo que la inversión en este tema es muy baja porque los políticos no reciben los réditos de manera inmediata.

¿Qué le gustaría lograr por la primera infancia en Colombia?

El reto es entender cuáles son los mínimos de calidad y cómo tienen que estar diseñados los programas para atender gradualmente a los 2,5 millones de niños socioeconómicamente vulnerables, según Sisbén.