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El poder transformador de los movimientos ciudadanos ha quedado en evidencia en los últimos años, particularmente para las mujeres, que gracias a movimientos como Ni Una Menos, La Marea Verde, Causa Justa y el #MeToo, entre otros, consiguieron no solo importantes logros en temas como el aborto, la violencia machista y la igualdad, sino que hicieron que el silencio fuera cosa del pasado.
Cada vez ellas alzan con más fuerza la voz para decir que nadie legisla con sus cuerpos, no las acosan, no las violan, no las matan y, lo más importante, las deben escuchar. Hubo un punto de quiebre en 2017, cuando comenzó un fenómeno, el #MeToo, que despertó conciencias y tumbó de sus pedestales a varios de los hombres más poderosos del mundo: magnates, políticos, leyendas de Hollywood y hasta expresidentes fueron acusados de acoso, conducta sexual inapropiada y abuso.