Michelle Rincón: el ímpetu de palpar la poesía

¿Cómo enfrentar la realidad? Hay miles de maneras, pero esta artista decidió hacerlo por medio de “Estancia”, un libro que habla de la necesidad humana de querer materializar las cosas, verlas y palparlas.

30 de septiembre de 2020 - 03:00 a. m.
Michelle Rincón estudió una licenciatura en Literatura y Lengua Castellana en la Universidad Santo Tomas.  / Archivo particular
Michelle Rincón estudió una licenciatura en Literatura y Lengua Castellana en la Universidad Santo Tomas. / Archivo particular

En esta cuarentena, ¿qué tanto cambió el estilo literario de Michelle Rincón?

Mi estilo literario, en todas las etapas de mi vida, ha estado ligado a mis inquietudes y en esencia, creo, son las mismas de siempre que en su evolución (para bien o para mal) adquieren matices, subpreguntas a las preguntas acostumbradas. No sé en esta cuarentena qué tanto haya logrado. En mi caso, necesito del silencio externo para escuchar lo que hay en mí y el vivir en una zona residencial, con todos sus dramas, no me ha facilitado las cosas. Escribo, sí, procuro mantenerme expectante a lo que me rodea, a lo poético.

¿Cómo nació la idea creativa de “Estancia”, su más reciente recopilación de poemas?

Desde la necesidad humana de querer materializar las cosas, verlas, palparlas... palpar lo impalpable. También nace desde la nostalgia. Hace un año, cuando nació Estancia, no estábamos en cuarentena, mucho menos durante su idea, pero ya existía esta añoranza por rescatar el hábito de las postales, no tanto como la postal de viaje en sí, sino aquello que nos transmitía el tener una en las manos: era la certeza de que alguien que estuvo lejos pensó en nosotros; en que ese alguien retirado de nosotros, con su ojo puesto en cosas bellas y nuevas, anhelaba nuestra presencia.

¿Qué tipo de sentimiento o situaciones reflejó en estas páginas?

Estancia soy yo, son todos mis temores, el mayor de ellos es “la permanencia”, no como un acto caprichoso, sino como aquello a lo que la gente llama “el sentirse vivo”. Por ello, allí está todo lo que yo afronto y el mundo también, porque no soy nada particular. Aquí encontramos el amar, el trabajo, el cuerpo, las pequeñas cosas de siempre donde la poesía, sin lugar a duda, está presente.

¿Cómo surgió la colaboración con Mike Rojo para ilustrar las páginas de su libro?

Con Mike Rojo no solo comparto el amor por el arte fotográfico, sino una admiración y una amistad, así que cuando llegó el proyecto no había que pensar el quién. Su nombre siempre fue el único.

Usted afirma que al libro se le pueden dar nuevos usos después de haber sido leído, ¿cuáles son?

Fue creado con esta intención, de que no fuera “otro libro de poesía” ni “otro libro de fotografía”, sino para ser un libro de mesa de centro, para mostrar y compartir. Cada una de sus hojas tiene un micropunteado, para que puedas arrancarlas sin dañar su estructura y regalarlas o ponerlas por ahí. Es un libro-objeto de postales con fotografía y poesía, si bien, tiene fotografía que podría llamarse erótica, no es explícita, lo que lo hace apto para todo público.

¿Por qué escribir un “libro de poesía”?

Muchos se refieren a la poesía como “complicada”, pero para mí es sencilla. Con la poesía se puede hablar desde el silencio, desde la incertidumbre; nos exige (a quienes la ejercemos y a quienes la leemos) otro tipo de sensibilidad, otra manera de ver las cosas, de percibirlas. Siento en ella todo, todo lo que es, lo que parece, lo que debería ser y aquellas cosas que nunca terminaré de saber. Todas las posibilidades.

¿Qué mensaje quiere transmitir por medio de sus letras?

No quiero ni intento transmitir nada, porque la poesía surge; si se fuerza, si se planea más de la cuenta, se deforma. Hay un momento antes del poema en el que desconocemos su primera y última palabra, si será extenso o breve; en donde hay una ansiedad, un dolor, una alegría como quien pare un hijo y lo ha imaginado cientos de veces sin ver su rostro con claridad o la forma de su cuerpo.¿Qué ha escrito en este período de cuarentena?

Le he podido dar forma a un libro que me había estado rondando hace más de cuatro años. También he empezado a hacer una selección de textos breves que podría convertirse en algo (nunca sé a ciencia cierta de estas cosas). A su vez, intenté escribir una novela con partes de mi diario, pero la narrativa sigue siendo un lugar al que nunca llego.

¿Cuáles son sus planes para el futuro?

En cuanto a lo literario, la escritura nunca me ha sido “un deber”, es, más bien, una necesidad de comunicación. Por ello, no planeo a futuro. Aunque “todo deseo es una promesa” y yo deseo-necesito de la poesía.

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