Nataly Patiño comenzó a concursar en festivales de acordeón cuando tenía ocho años. / Archivo Particular
Nataly Patiño no quería ser acordeonera. Su padre, sí. Un acordeonero de festivales vallenatos que no logró ganar ninguno. Quería que su hija se dedicara a la música. Le daba clases de acordeón, pero a ella no le gustaba. Era una niña de siete años y poco a poco le fue agarrando el gusto. Hasta que, a sus 22, se coronó como la Reina Mayor de uno de los festivales más importantes de acordeones en Colombia.
Por Alberto González Martínez*
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