Para ponerle color a la corona

Cuando miré detenidamente durante el Minicromos 2015, realizado este año en La Macarena, a Andrea Tovar, señorita Chocó; Madelein López, señorita Cartagena D.T. y C.; Francelys Santoya, señorita Bolívar; Carmen Alomia, señorita Buenaventura, Distrito Especial, y Josseidy Escalona, señorita San Andrés P. y S.C., pensé en que estas cinco candidatas lo tenían todo para quedar juntas y conformar un destacado ramillete de finalistas afros por primera vez en la historia del Concurso Nacional de Belleza.

Después de verlas de nuevo, luego de dos meses, comprobé que mi idea no era del todo absurda. En caso de que coronaran a una de las cinco reinas afros que están entre las favoritas, la historia diría que fue después de 14 años que Colombia vuelve a tener una beldad afro. La primera fue Vanessa Mendoza (2001), un primer paso, pequeño, pero que representó un avance para voltear la mirada y ratificarle a toda la comunidad afro que también hace parte de esta nación. “Además es enviar un mensaje de ‘chao racismo’, de afirmar que ser negro es hermoso, de decirles a los demás que el racismo ya se ha ido eliminando de Colombia, que somos un país diverso, pluriétnico y que la comunidad afro también puede lograr lo que se propone”, afirma Madelein López, señorita Cartagena.

Pero ¿cuáles son los potenciales de estas cinco candidatas para ser consideradas favoritas? Físicamente son mujeres impactantes. Desde el primer momento en que se suben al escenario y posan para una cámara, sus cuerpos armoniosos resaltan mucho más gracias a su tono de piel, que contrasta con el color de ojos y de pelo. Un aspecto para tener en cuenta se da cuando se reúnen y crean una composición especial, que irradia magia y no se puede dejar de observar.

Ahora bien, al abordar sus personalidades se puede decir que son espontáneas y el sabor que llevan en la sangre les permite combinar la claridad, la seriedad y la alegría en un solo espacio, características que hacen que resalten sobre las demás. El común denominador de estas beldades es que saben de dónde vienen y valoran el hecho de representar a las mujeres de su departamento y jamás olvidan sus tradiciones. En la comunidad se destacan por disfrutar de cada actividad social de la agenda real para asumir sus compromisos con la educación, la alimentación de los niños y el ecoturismo, y promover la inversión en los departamentos olvidados.

“Uno de mis aportes siendo señorita Chocó es hacer ver todas las necesidades que tiene mi departamento, llevar ayudas, promover que fundaciones y cooperaciones del sector privado o político inviertan y juntos podamos solventar estas problemáticas que presenta mi departamento, mi país”, indicó Andrea Tovar.

Quizá ya es hora de hacer el cambio en la mentalidad, de apoyar el hecho de que Buenaventura enviara por primera vez una representante y que Bolívar también exhiba la otra cara de la belleza femenina de su región, permitiendo este año que su candidata fuera por primera vez afro.

Puede ser el momento de apoyar, a través de la belleza colombiana, la existencia de diversas campañas de corte social cuyo objetivo es generar mayor visibilidad, estimular la solidaridad y aplaudir la hermandad con una comunidad que ha aportado alegría, ejemplo y orgullo en escenarios tan emblemáticos como el deporte, la música, las artes, el emprendimiento y el liderazgo.

Este es el instante perfecto para que las cinco mujeres más bellas del país fueran afros, o si no, que por lo menos una acceda a ese lugar de privilegio.

Cuando miré detenidamente durante el Minicromos 2015, realizado este año en La Macarena, a Andrea Tovar, señorita Chocó; Madelein López, señorita Cartagena D.T. y C.; Francelys Santoya, señorita Bolívar; Carmen Alomia, señorita Buenaventura, Distrito Especial, y Josseidy Escalona, señorita San Andrés P. y S.C., pensé en que estas cinco candidatas lo tenían todo para quedar juntas y conformar un destacado ramillete de finalistas afros por primera vez en la historia del Concurso Nacional de Belleza.

Después de verlas de nuevo, luego de dos meses, comprobé que mi idea no era del todo absurda. En caso de que coronaran a una de las cinco reinas afros que están entre las favoritas, la historia diría que fue después de 14 años que Colombia vuelve a tener una beldad afro. La primera fue Vanessa Mendoza (2001), un primer paso, pequeño, pero que representó un avance para voltear la mirada y ratificarle a toda la comunidad afro que también hace parte de esta nación. “Además es enviar un mensaje de ‘chao racismo’, de afirmar que ser negro es hermoso, de decirles a los demás que el racismo ya se ha ido eliminando de Colombia, que somos un país diverso, pluriétnico y que la comunidad afro también puede lograr lo que se propone”, afirma Madelein López, señorita Cartagena.

Pero ¿cuáles son los potenciales de estas cinco candidatas para ser consideradas favoritas? Físicamente son mujeres impactantes. Desde el primer momento en que se suben al escenario y posan para una cámara, sus cuerpos armoniosos resaltan mucho más gracias a su tono de piel, que contrasta con el color de ojos y de pelo. Un aspecto para tener en cuenta se da cuando se reúnen y crean una composición especial, que irradia magia y no se puede dejar de observar.

Ahora bien, al abordar sus personalidades se puede decir que son espontáneas y el sabor que llevan en la sangre les permite combinar la claridad, la seriedad y la alegría en un solo espacio, características que hacen que resalten sobre las demás. El común denominador de estas beldades es que saben de dónde vienen y valoran el hecho de representar a las mujeres de su departamento y jamás olvidan sus tradiciones. En la comunidad se destacan por disfrutar de cada actividad social de la agenda real para asumir sus compromisos con la educación, la alimentación de los niños y el ecoturismo, y promover la inversión en los departamentos olvidados.

“Uno de mis aportes siendo señorita Chocó es hacer ver todas las necesidades que tiene mi departamento, llevar ayudas, promover que fundaciones y cooperaciones del sector privado o político inviertan y juntos podamos solventar estas problemáticas que presenta mi departamento, mi país”, indicó Andrea Tovar.

Quizá ya es hora de hacer el cambio en la mentalidad, de apoyar el hecho de que Buenaventura enviara por primera vez una representante y que Bolívar también exhiba la otra cara de la belleza femenina de su región, permitiendo este año que su candidata fuera por primera vez afro.

Puede ser el momento de apoyar, a través de la belleza colombiana, la existencia de diversas campañas de corte social cuyo objetivo es generar mayor visibilidad, estimular la solidaridad y aplaudir la hermandad con una comunidad que ha aportado alegría, ejemplo y orgullo en escenarios tan emblemáticos como el deporte, la música, las artes, el emprendimiento y el liderazgo.

Este es el instante perfecto para que las cinco mujeres más bellas del país fueran afros, o si no, que por lo menos una acceda a ese lugar de privilegio.