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“Por algo Dios puso este expediente en mi camino”

Carlos Ramiro Chávarro es el representante investigador que dirá si el presidente Uribe mintió sobre los términos de una llamada que le hizo a César Julio Valencia Copete, ex presidente de la Corte Suprema. O si fue éste quien lo hizo. El mismo parlamentario investiga nueve procesos más contra el Jefe de Estado y otros dos contra el magistrado.

Cecilia Orozco Tascón / Especial para El Espectador

28 de marzo de 2008 - 10:02 p. m.
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Tiene 35 años recién cumplidos y es de Garzón, Huila. Le dicen Chávarro, tal como se pronuncia con corrección su apellido, pero sólo de la población de Aipe para allá, según afirma su padre. En el resto del país, y en el mismo recinto del Congreso, la tilde nunca ha existido y lo llaman simplemente Chavarro. Fue representante a la Cámara a los 29, sin haber alcanzado la cifra para ser elegido. Por ser el segundo de la lista ocupó la curul que ganó en 2002 Gloria Polanco de Lozada cuando estaba secuestrada, y quien no fue liberada en ese período legislativo.

Chávarro –o Chavarro– resultó ser un hábil político, porque logró duplicar sus números electorales cuatro años después, en 2006, cuando reunió 42 mil votos que lo condujeron por segunda vez a la Cámara, y lo llevaron a la hoy famosa Comisión de Investigación y Acusación. No obstante, las cosas no han sido color de rosa para él. Cuando viaja a su tierra natal, tiene que ir con más de una docena de escoltas porque fue declarado objetivo militar por las Farc. Hace apenas dos días el guerrillero alias ‘Hernán’, condenado por el asesinato del ex senador Jaime Lozada, esposo de la recién liberada, confesó que en realidad iban a matar al representante.

Por ese y otros motivos, en la mente de este parlamentario, increíblemente godo pese a su juventud, estaban muchos planes para 2008, menos el de tener que asumir el “chicharronazo” del expediente número 2342, como fue marcada la denuncia en la Comisión por presuntas injuria y calumnia del Presidente de la República contra el magistrado César Julio Valencia Copete, ex presidente de la Corte Suprema de Justicia. En efecto, y según se decía en los pasillos del Capitolio, los quince comisionados pagaban escondederos a lo que fuera para que no les adjudicaran este proceso.

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Sin embargo, el designado tomó con serenidad su destino judicial y le pidió ayuda a Dios, tal como lo confirma en la siguiente entrevista. Pero antes de empezar a actuar, ya debió enfrentar ciertos interrogantes, por ejemplo, el de cómo fue seleccionado; el de por qué la presidenta de la Comisión no nombró para este caso especial, como lo permite la norma, a tres investigadores que darían mayor tranquilidad a los involucrados; el de cuán comprometido se siente en materia política con el denunciante, el Primer Mandatario. El de cuáles instrumentos técnicos tiene y el de cuántos asesores en derecho penal lo apoyarán.

Chávarro  –o Chavarro– no quiere aún pensar en la clase de personajes que visitarán su oficina para declarar o pedir declaraciones, probablemente porque sabe que hay un verdadero dilema por resolver: miente el Presidente, o miente el ex presidente. El representante investigador fue el elegido, pero es seguro que no se ganó la lotería.

Cecilia Orozco Tascón.-   ¿Cómo califica el hecho de que le haya caído en suerte –si a eso se le puede llamar suerte– un proceso tan difícil como éste?

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Carlos Ramiro Chávarro.- Por algo Dios puso ese expediente en mi camino. Entiendo que es complejo y que es una altísima responsabilidad. Espero, con la Constitución y la ley en la mano, que se registre en las páginas de la historia del Congreso que se hizo lo que se tenía que hacer y que fue para bien de las instituciones. A eso voy a orientar todos mis esfuerzos humanos y profesionales.

C.O.T.-  ¿Cómo fue la reunión donde se repartió el proceso y se le asignó  como investigador?

R.C.CH.-  La presidenta de la Comisión y el secretario general de la Comisión hicieron el reparto y me llamaron para notificármelo.

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C.O.T.-  ¿Ellos dos solos hicieron el reparto?

R.C.CH.- No lo sé. Me notificaron de este expediente como notificaron a los demás miembros de la Comisión de la repartición de los otros expedientes que se habían acumulado durante la vacancia. La presidenta juiciosamente cumplió con esa función en cuanto se inició el período de sesiones ordinarias del Congreso.

C.O.T.-  ¿Por qué razón no se integró, como se ha hecho en otras oportunidades cuando hay procesos especiales como éste, una subcomisión de tres investigadores de diferentes representaciones políticas?

R.C.CH.- No lo sé. Como le dije, yo sólo fui notificado.

C.O.T.-  ¿Cuántos procesos hay pendientes de estudio en su despacho?

R.C.CH.- 54.

C.O.T.- ¿Le preocupan las presiones políticas que podrían llegarle incluso a través de su propio  partido?

R.C.CH.- Llevo casi dos años en la Comisión de Acusación y nunca he recibido una presión del Partido Conservador. Ahora bien, como lo he dicho anteriormente, soy consciente de la altísima responsabilidad que asumo, igual a la que me corresponde tener en los otros 53 expedientes, pues todos los involucrados son altos dignatarios del Estado. A mí me eligió el Congreso; el Partido Conservador me designó; la Plenaria de la Cámara me escogió como miembro de la Comisión y la presidenta de la misma finalmente me nombró como el representante investigador. Tengo que cumplir con esa tarea constitucional y legal y no puedo renunciar para evadir el compromiso que adquirí cuando me posesioné.

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C.O.T.-  ¿Cuáles garantías de transparencia va a dar durante la investigación?

R.C.CH.- Las que me ordenen la Constitución y la ley.

C.O.T.-  ¿Cuántas investigaciones que involucren al Presidente tiene en su despacho?

 R.C.CH.- Diez.

C.O.T. ¿Y cuántas contra el magistrado César Julio Valencia?

R.C.CH.- Tres, que actualmente se encuentran en preliminares.

C.O.T.-  ¿A usted lo han denunciado alguna vez ante la Corte Suprema durante su función como representante investigador?

R.C.CH.-  Sí. Una vez.

C.O.T.-  ¿Por qué?

R.C.CH.- Por un proceso contra el ex fiscal Luis Camilo Osorio que me asignaron. Fuimos llamados varios parlamentarios que habíamos sido representantes investigadores durante tres o cuatro años que había durado la investigación. En su momento pude demostrarle a la Corte que yo había tenido el expediente sólo mes y medio y que en ese corto lapso le di el impulso procesal que me correspondía. Naturalmente la investigación se archivó.

C.O.T.-  ¿Le va a dar prioridad a este proceso?

R.C.CH.- Le voy a dar el mismo tratamiento que le tengo que dar a todos los demás procesos.

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C.O.T.-  ¿Qué apoyo técnico y profesional tiene?

R.C.CH.- Ínfimo, en comparación al que tienen otras personas que ejercen funciones jurisdiccionales en el Estado. Tengo el apoyo de un asesor abogado y el del equipo técnico del Congreso.

C.O.T.-  ¿No cree que este caso requiere que usted pida recursos especiales para una adecuada investigación?

R.C.CH.- Desafortunadamente el Congreso no tiene esos recursos especiales. Ese es un debate que habrá que dar, más temprano que tarde.

C.O.T.-  ¿Lo intimida el hecho de tener que lidiar con famosos abogados del país, con unos testigos tremendamente importantes, con el Presidente de la República y con un ex presidente de la Corte Suprema?

R.C.CH.- No puedo opinar sobre nada que tenga que ver con el expediente. No sé lo que vaya a ocurrir, con quién me vaya a encontrar, ni cuál vaya a ser exactamente la actuación dentro del proceso.

C.O.T.-  ¿Lo trasnocha este proceso? ¿Podrá dormir tranquilo?

R.C.CH.- (Risas) Creo que voy a tener que trasnocharme con los expedientes o con las otras actividades que ejerzo en la Cámara, para poder dedicarle toda la lucidez a esto.

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C.O.T.-  ¿Sus compañeros congresistas no le han hecho chistes sobre su “suerte”?

R.C.CH.- Es bueno que uno pueda nadar pa arriba y luchar contra la corriente. Es mejor recibir una empresa quebrada y no una empresa en eficiente estado financiero, porque el reto es mayor y también mayor el logro cuando se saca adelante. Los miembros de la Comisión han sido muy respetuosos por la envergadura del tema. Yo, por mi parte, espero expresarme, según lo dicen otros, al final del túnel.

Orientación divina

C.O.T.-  ¿Cuándo y con quién ingresó a la política activa?

 R.C.CH.- Empecé a trabajar en el Congreso con el senador José Antonio Gómez Hermida. Terminé la carrera de Derecho en la Universidad Libre el 17 de diciembre de 1998, y el 18 ya estaba en el Senado.

C.O.T.-  ¿Por qué llegó tan rápidamente al Congreso?

R.C.CH.- Porque en ese entonces yo ya era miembro del Directorio Conservador del Huila. Siendo estudiante universitario hubo elecciones internas para los directorios del partido y saqué la segunda mejor votación en mi departamento. Esa fue una base importante para llegar a formar parte de la lista de la Cámara del año 2002, la misma que encabezó Gloria Polanco de Lozada, estando ya secuestrada.

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C.O.T.-  ¿Entonces, usted hizo parte del grupo del asesinado Jaime Lozada?

R.C.CH.- Sí. Esa campaña la hicimos en ausencia de Gloria  a la espera de que fuera liberada antes de que se iniciaran las sesiones del Congreso. Ya el país sabe lo que ocurrió: ella no llegó el 20 de julio del 2002, como se esperaba por el proceso de paz, y ni siquiera vino antes de julio del 2006, cuando terminó el período para el que había sido elegida. Como no pudo estar presente en el inicio de sesiones, tuvo que ser llamado, como constitucionalmente se establece, el segundo renglón no elegido, que era yo. Por eso estuve cuatro años en la Cámara, de 2002 a 2006, sin haber sido antes concejal, diputado, ni haber tenido ningún cargo de elección popular.

C.O.T.-  Es decir, de alguna manera su arribo al Congreso está ligado con la tragedia de la familia Lozada Polanco.

R.C.CH.- No está ligado con la tragedia sino con la compenetración de muchos años que ha tenido el movimiento político del Huila denominado Integración Conservadora, de la cual he formado parte desde que empecé a  trabajar en política. En esos cuatro años, con el senador Lozada no hicimos otra cosa que buscar la liberación de los secuestrados, vía acuerdo humanitario. Desafortunadamente, como el país lo sabe, no se dio esa posibilidad. Terminado ese período presenté mi nombre a la Cámara y logré conquistar la curul con la segunda mejor votación del partido en el país.

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C.O.T.-  ¿Por qué una persona tan joven se identifica con el Conservatismo?

R.C.CH.- Porque comparto su ideario. Me gustan la autoridad, el orden, los principios y la moral cívica; y concibo la familia como el núcleo de la sociedad. Pero además porque en el Huila había mucho cacicazgo y jefatura tradicional y encontramos la coyuntura de proyectar un escenario renovador.


C.O.T.-  ¿Cuántas alcaldías del Huila están en manos de amigos suyos?

R.C.CH.- Hay unos trece o catorce alcaldes a los que ayudé o promoví incluyendo al de Neiva, una gran conquista para el partido, porque hace muchos años no teníamos la posibilidad de elegir alcalde conservador.

C.O.T.-  Se dice que usted ya está aspirando al Senado en 2010, ¿es cierto?

R.C.CH.- Cuando llegué a la política lo hice sobre la base de  que no podía cometer el error que han cometido muchos otros de quedarme en un cargo de elección popular durante veinte años hasta pensionarme. Al lado mío hay una dirigencia nueva del Huila que está reclamando espacios políticos en la Cámara de Representantes. En ese orden de ideas, se ha venido promoviendo mi nombre, pero he sido muy prudente con ese tema. Si Dios tiene determinado ese camino, protegido por Él, iluminado por Él, orientado por Él, continuaré mi proyecto político representando al Huila en el Senado.

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C.O.T.-  Se ha dicho que usted necesitará más de 50 mil votos para llegar al Senado. ¿Cree que podrá conseguir esa votación?

R.C.CH.- Por supuesto. Pero Dios proveerá y hasta que no llegue el día de las elecciones no lo sabremos.

C.O.T.-  Usted ha hecho parte de comisiones huilenses para solicitarle al Gobierno Nacional inversiones para el Huila en salud, vías, agua potable, etc. ¿Cuántas recuerda?

R.C.CH.- Imagínese: voy a cumplir seis años en el Congreso. Pero recuerde que ha sido ratificado por el propio Consejo de Estado y por la Corte Constitucional que una de las funciones de los congresistas es servir de enlace entre la región que representa y el Gobierno Nacional, o hacer lo que se llama la gestión.

¿Apoyo a la reelección?

C.O.T.-  En cuanto al tema de la segunda reelección presidencial, ¿usted apoya al grupo que intenta adelantar el referendo?

R.C.CH.- Naturalmente no puedo hacer ninguna afirmación ni a favor ni en contra de la reelección, habida cuenta de que tendría que declararme impedido en la investigación que estoy abocando.

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C.O.T.-  Siendo miembro de un partido de la coalición de gobierno le es difícil no estar con la reelección y es un hecho que la mayoría de los conservadores desea el tercer período del Presidente ¿Qué va a hacer usted entonces con la investigación que enfrenta al mandatario con el magistrado Valencia?

R.C.CH.- Actuar como me obligan la Constitución y la ley. Pero además, el Partido Conservador no ha tomado ninguna decisión  en torno a la reelección presidencial. No hay ningún acta del partido donde se confirme lo que usted está diciendo. Segundo, cuando he tenido que tomar posiciones en contra del Gobierno Nacional e incluso de la mayoría del partido, lo he hecho. De tal manera que tengo autoridad moral y política. 

C.O.T.-  ¿Qué tan cerca está del presidente Uribe?

R.C.CH.- Lo apoyamos en su aspiración presidencial en el año 2002 y lo apoyamos en la reelección presidencial. Pero también cuando he tenido que asumir posiciones, como le decía anteriormente, en defensa de los intereses del Huila, lo he hecho. Es claro que el partido Conservador ha estado con el gobierno del Presidente pero se ha reservado el derecho a disentir en muchas iniciativas del Ejecutivo.

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C.O.T.-  ¿Usted pertenece al círculo parlamentario del Presidente?

R.C.CH.- No soy de los que se reúnen frecuentemente con el presidente Uribe fuera de los actos públicos, consejos comunitarios de mi departamento o eventos en el Palacio de Nariño cuando era vocero del partido y éramos convocados para temas de agenda legislativa o de la Comisión de Paz. Siempre he sido invitado en esos escenarios. Al presidente Uribe le tengo respeto pero no considero que sea de su círculo, como sí lo son otros congresistas.

C.O.T.-  ¿Cuál ha sido su experiencia judicial anterior a la de la Comisión de Acusación?

R.C.CH.-  La del consultorio jurídico de la universidad.

Por Cecilia Orozco Tascón / Especial para El Espectador

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