Por los niños con parálisis cerebral
José Zapata lidera la Marcha de la Moneda, una campaña que busca fondos y voluntarios para trabajar en el tratamiento de pequeños con problemas neurológicos. Dice que la solidaridad es fundamental para un país incluyente y en paz.
Un Chat Con...
¿Qué significa para el Instituto Roosevelt cumplir 70 años?
El hospital surgió porque en el país no existía ninguna institución para tratar a niños con poliomielitis y menos si eran de escasos recursos. Conseguimos erradicar esa enfermedad y en este aniversario queremos agradecer a la sociedad colombiana por haber confiado en nosotros y dejarnos tratar a sus niños.
Tras erradicar la poliomielitis se dedicaron a tratar la parálisis cerebral. ¿Qué es la Marcha de la Moneda?
Es una iniciativa que nació en 1959 para apoyar en su tratamiento a los niños que sufren de esa enfermedad. La idea era que las personas que no tienen dificultades al caminar, contribuyan a la recuperación de estos niños donando dinero o, en el caso de los jóvenes, con trabajo voluntario.
¿Por qué decidieron involucrar a las personas jóvenes en la campaña?
El principal propósito de la Marcha de la Moneda es despertar la solidaridad. Si los niños y jóvenes aprenden desde temprano a tener sensibilidad frente a las dificultades de los demás e intervienen a través del trabajo voluntario, Colombia puede llegar a ser más respetuosa de la diversidad. Esa es nuestra contribución para tener un país en paz.
¿Cuáles son las expectativas de un niño que sufre parálisis cerebral?
La parálisis generalmente aparece en el nacimiento o en los primeros años de vida, casi siempre por una falta de oxígeno en el cerebro. Los niños que sufren este tipo de dificultad pueden llegar a ser personas funcionales y tener una vida independiente si son sometidos a tratamiento temprano.
El instituto Roosevelt tiene un hospital universitario, ¿a qué dedica su investigación?
Hay dos líneas. La primera, destinada a identificar formas de prevenir o atenuar los efectos de la parálisis cerebral, y la segunda, busca mejorar los tratamientos que ya existen. Dentro de eso desarrollamos férulas, zapatos, sillas de ruedas que se adapten mejor a las necesidades de nuestros pacientes.
Están en Bogotá, ¿qué pasa con los pacientes del resto del país?
Durante nuestros primeros años lideramos campañas de vacunación contra la poliomielitis. Gracias a eso no sólo logramos erradicar esa enfermedad en el país, sino que creamos un sistema de brigadas de salud que el año pasado nos permitió atender a más de dos mil pacientes en lugares muy apartados de Colombia.
¿En qué consisten esas brigadas?
Nuestro equipo llega al municipio, identifica las necesidades médicas de los niños y a partir de eso les enseñamos a los profesionales de esos pueblos las técnicas y tratamientos que usamos en el Instituto. En los pocos casos en los que no es posible tratar a los pacientes en esas zonas, los traemos a Bogotá.
¿Por qué se decidió a trabajar por los niños con parálisis cerebral?
Hace 30 años, en una tarde lluviosa de Bogotá, un niño que llevaba más de tres meses hospitalizado y en terapias en el hospital se levantó por primera vez a caminar. Esa fue una experiencia muy hermosa que marcó mi determinación profesional para trabajar en una institución de esta naturaleza.
¿Cuál es el papel de los padres en el tratamiento de sus hijos?
Es muy importante que se apropien de las técnicas de terapia. Si ellos aprenden a hacer la rehabilitación en casa, el tratamiento va a ser mucho más efectivo que si sólo se realiza en el hospital o en un consultorio.
¿Qué proyectos tiene el Instituto para el futuro?
En el momento tenemos 146 camas, pero queremos llegar a tener 300 para atender a más niños. Además de ampliarnos, también queremos trabajar en tecnología robótica para lograr que los niños puedan caminar con ayuda de aparatos externos.
¿Qué significa para el Instituto Roosevelt cumplir 70 años?
El hospital surgió porque en el país no existía ninguna institución para tratar a niños con poliomielitis y menos si eran de escasos recursos. Conseguimos erradicar esa enfermedad y en este aniversario queremos agradecer a la sociedad colombiana por haber confiado en nosotros y dejarnos tratar a sus niños.
Tras erradicar la poliomielitis se dedicaron a tratar la parálisis cerebral. ¿Qué es la Marcha de la Moneda?
Es una iniciativa que nació en 1959 para apoyar en su tratamiento a los niños que sufren de esa enfermedad. La idea era que las personas que no tienen dificultades al caminar, contribuyan a la recuperación de estos niños donando dinero o, en el caso de los jóvenes, con trabajo voluntario.
¿Por qué decidieron involucrar a las personas jóvenes en la campaña?
El principal propósito de la Marcha de la Moneda es despertar la solidaridad. Si los niños y jóvenes aprenden desde temprano a tener sensibilidad frente a las dificultades de los demás e intervienen a través del trabajo voluntario, Colombia puede llegar a ser más respetuosa de la diversidad. Esa es nuestra contribución para tener un país en paz.
¿Cuáles son las expectativas de un niño que sufre parálisis cerebral?
La parálisis generalmente aparece en el nacimiento o en los primeros años de vida, casi siempre por una falta de oxígeno en el cerebro. Los niños que sufren este tipo de dificultad pueden llegar a ser personas funcionales y tener una vida independiente si son sometidos a tratamiento temprano.
El instituto Roosevelt tiene un hospital universitario, ¿a qué dedica su investigación?
Hay dos líneas. La primera, destinada a identificar formas de prevenir o atenuar los efectos de la parálisis cerebral, y la segunda, busca mejorar los tratamientos que ya existen. Dentro de eso desarrollamos férulas, zapatos, sillas de ruedas que se adapten mejor a las necesidades de nuestros pacientes.
Están en Bogotá, ¿qué pasa con los pacientes del resto del país?
Durante nuestros primeros años lideramos campañas de vacunación contra la poliomielitis. Gracias a eso no sólo logramos erradicar esa enfermedad en el país, sino que creamos un sistema de brigadas de salud que el año pasado nos permitió atender a más de dos mil pacientes en lugares muy apartados de Colombia.
¿En qué consisten esas brigadas?
Nuestro equipo llega al municipio, identifica las necesidades médicas de los niños y a partir de eso les enseñamos a los profesionales de esos pueblos las técnicas y tratamientos que usamos en el Instituto. En los pocos casos en los que no es posible tratar a los pacientes en esas zonas, los traemos a Bogotá.
¿Por qué se decidió a trabajar por los niños con parálisis cerebral?
Hace 30 años, en una tarde lluviosa de Bogotá, un niño que llevaba más de tres meses hospitalizado y en terapias en el hospital se levantó por primera vez a caminar. Esa fue una experiencia muy hermosa que marcó mi determinación profesional para trabajar en una institución de esta naturaleza.
¿Cuál es el papel de los padres en el tratamiento de sus hijos?
Es muy importante que se apropien de las técnicas de terapia. Si ellos aprenden a hacer la rehabilitación en casa, el tratamiento va a ser mucho más efectivo que si sólo se realiza en el hospital o en un consultorio.
¿Qué proyectos tiene el Instituto para el futuro?
En el momento tenemos 146 camas, pero queremos llegar a tener 300 para atender a más niños. Además de ampliarnos, también queremos trabajar en tecnología robótica para lograr que los niños puedan caminar con ayuda de aparatos externos.