¿De dónde surgió ‘Ella, que todo lo tuvo’?
De la observación. Encontré en un bar de Florencia una mujer que me inspiró soledad en mayúsculas.
¿Por qué dice que es la historia más madura que ha escrito?
Leyéndola siento una evolución tanto a nivel literario como en el manejo del tiempo. Es reflexiva y, sin embargo, de acción. Mantiene el nervio hasta el final.
¿Cuáles son los ingredientes perfectos a la hora de contar una historia?
Creérsela, obsesionarse y vaciarse en ella.
¿Qué ha logrado con sus novelas?
Vivir otras vidas.
¿Cómo le interesa llegar a sus lectores?
Desde el alma.
Un sueño.
Seguir soñando.
¿Por qué vivir en España?
Allí fundé mi familia. Están mi marido y mis hijas.
¿Alguna vez se imaginó tener el éxito que tiene ahora?
Nunca.
¿Quiénes son más románticos: los hombres o las mujeres?
Se cree que las mujeres. Si ser romántico es sentir, yo diría que cada vez hay más hombres sintiendo.
¿Cualquiera puede ser escritor?
No. La escritura se siente en las entrañas. Quien no la siente, por más que insista, no podrá hacerlo. Es algo que llega y te somete.
¿En qué idiomas han sido traducidas sus obras?
En muchos, en este momento se están traduciendo al inglés y al francés.
¿Qué opina de Corín Tellado?
Lo mismo que de Vargas Llosa: “fue un fenómeno sociológico y cultural, cuyas obras hicieron soñar a millones”.
¿Cree que su literatura tiene algo de ella?
¿Me está tomando el pelo?
¿Y qué piensa de los libros de Isabel Allende?
Sus primeras novelas fueron maravillosas.
¿Se siente de algún modo influida por ella?
En absoluto. Lo único que tenemos en común es haber nacido en Suramérica.
¿Qué les dice a quienes la ubican en esa línea que llaman “literatura sentimentalista”?
Que no me han leído.
¿Cuál es el libro de su vida?
El que escribiré antes de morir.
¿Su amor negado?
Está olvidado.
¿Lo más sexy que tiene?
Mi cerebro.
¿En dónde quiere morir?
En medio de un sueño.
Un lugar.
Donde escribo. Está repleto de cosas que amo.
¿Cuándo decidió ser escritora?
Cuando leí mi primer libro y descubrí que en la palabra escrita existía un mundo sin límites.
Una cualidad.
La tenacidad.
¿Y una obsesión?
El silencio.
Un defecto.
El perfeccionismo.
Un personaje fascinante.
Mi madre.
Una historia por contar.
Mi próxima novela.
Un escritor colombiano.
Tomás Carrasquilla.
Su más grande orgullo.
Mis hijas.
Su primer éxito editorial.
De los amores negados.
Una ambición.
Seguir como estoy.
El mejor libro que ha leído.
Sonata a Kreutzer de Tolstoi.
¿Y el que nunca terminó?
Sigo insistiendo.
¿Qué extraña de Cali?
La alegría de su gente, mis hermanos, la comida y la brisa de las cinco.
¿Qué le gusta de Bogotá?
El verde subido de la sabana y el azul rabioso de su cielo (cuando no llueve).
¿Cuál es su Macondo?
Garmendia del Viento.
El lugar más raro del mundo en donde ha estado.
Raro es un adjetivo muy subjetivo.
Un sitio inesperado en donde leyó un libro.
Un ascensor, cuando me quedé atrapada por tres horas.
¿Y uno en donde escribió?
En un houseboat y a pura luz de vela, en medio de un lago de Kerala, al sur de la India.
¿Qué la inspira?
El silencio y la observación.
Su ritual antes de escribir.
Encender velas e incienso y poner música de Beethoven.
Un consejo para una escritora novel.
Leer mucho.
Un libro para leer hoy.
Y siempre..." Lo bello y lo triste" de Kawabata.
Uno que la decepcionó.
Muchos.
¿Se imaginó tener el planeta en sus manos?
Si, por eso inscribí la novela en ese premio.
¿Cómo ve a las mujeres en la literatura?
Como a los hombres.
Un verso de amor.
"Qué alegría vivir, sintiéndose vivido. Rendirse a la gran certidumbre, oscuramente, de que otro ser, fuera de mí, muy lejos, me está viviendo. Que hay otro ser por el que miro el mundo, porque me está queriendo con sus ojos". De Salinas.
Ficción.
Otra dimensión de la realidad.
Amor.
El sentimiento por excelencia.
Hombre.
Ser humano capacitado para sentir y amar, aunque a veces lo ignore.
Literatura.
La gran sinfonía de las palabras.
Vanidad.
Aquello mentira que sube como la espuma y queda en nada.
¿Cuál es su delirio?
No tengo ninguno.
Una anécdota suya de cuando fue modelo.
Todo sucedió por azar. Fue tan breve y para mi tan poco interesante que no me quedo nada.