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Tropa Teatro convocó al riesgo y lo convirtió en un integrante más de su colectivo. Fue intrépida su propuesta de indagar en las alucinaciones de don Quijote y representarlas a través de la música y de máscaras poco vistosas. Sin embargo, mucho más al límite resultó la interpretación que realizó el grupo colombiano en Almagro (España), una población tradicionalmente manchega, en la que el público ha visto cientos, miles, de aproximaciones al ingenioso hidalgo de Miguel de Cervantes Saavedra.
El personaje emblemático del escritor español y su obeso compañero de gestas se pasean por cada rincón de la ciudad colonial y su presencia aumenta durante los días del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro. De ahí que la puesta en escena de Tropa Teatro llamada Quijote, espejo del hombre fuera tan atrayente para un público que pocas veces había delimitado la obra cumbre del castellano de una manera tan singular.
La visión de este Quijote y sus delirios sólo podía ser realizada por un colectivo procedente de América. Un grupo español, por respeto a una de sus obras cumbres, por conocer la pieza al detalle desde épocas tempranas de escolaridad, jamás tomaría el riesgo de exhibir al hidalgo desde sus complejidades y mucho menos se atrevería a seleccionar de forma arbitraria sus alucinaciones para representarlas como una banda musical.
Tropa Teatro es más que un colectivo teatral, porque a veces se comporta como una agrupación musical que se sirve del arte sonoro para consolidar su relato. Todos sus integrantes encuentran en la mezcla de instrumentos acústicos y eléctricos una base fuerte para exaltar su narrativa histriónica.
Por el escenario de Quijote, espejo del hombre desfilan charango, guitarra acústica, clarinete, acordeón de piano, cajón peruano y bajo eléctrico, entre otros elementos que se incrustan sin dificultad en una puesta en escena respaldada por butaca y algunas lámparas que los actores manejan con destreza para complementar su desarrollo creativo. La escenografía es el simple espacio que los personajes van llenando de acuerdo con las exigencias del guion. Actores al servicio de la música y músicos con elaborado criterio actoral componen la nómina de Tropa Teatro.
El montaje, bajo la dirección de José Alonso Mejía Román, exhibe a gran escala y con objetos diminutos por igual lo que pasaba por la cabeza de don Quijote. No se trata de una interpretación lineal de la obra de Cervantes, sino del acomodo selectivo y tal vez arbitrario de algunos de los pasajes más delirantes de Don Quijote de la Mancha.
Tropa Teatro realizó un corte certero a la cabeza del personaje y de ahí extractó escenas dicientes que son representada por sus actores copando el mayor porcentaje de la tarima. En un momento de la obra, un muñeco de grandes dimensiones es manejado por tres personas en el centro de las tablas, mientras el equipo restante se encarga de relatar la misma escena en una caja pequeña a un costado de la tarima.
Maryury Ruiz, Róbinson Cardona, Jonathan Rodríguez, Diego Zabala, Bárbara Figueroa y Gustavo Vidal fueron los responsables de llevar la idea quijotesca de representar al ingenioso hidalgo dentro del marco del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, en España. Lo hicieron con respecto, con convicción, pero al mismo tiempo con la certeza de que podía encontrarse con gigantes molestos que los podían despedir con cajas destempladas por meterse de frente con una de sus creaciones consentidas.
Por fortuna para ellos, el resultado fue más que satisfactorio y el público en el Teatro Municipal de Almagro, con varios siglos encima, se dejó llevar por el sendero propuesto por Tropa Teatro, por su música original para el montaje, por sus máscaras y marionetas singulares y, sobre todo, por su deseo de contar en otro tono una historia más que aprendida.
“Este montaje está inspirado en los pasajes más destacados de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Todo ocurre en la cabeza extraviada y confundida del personaje de Cervantes, así que, aunque algunas cosas parezcan verdad, pueden ser realmente producto de alucinaciones, algún recuerdo borroso o sencillamente producto del teatro”, manifiestan los integrantes de Tropa Teatro, un colectivo que con hidalguía construyó su propio caballero y lo bautizó como Quijote, espejo del hombre.
* El periodista viajó a Almagro (España), por invitación del Ministerio de Cultura.