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Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez se ha convertido en tan solo unos días en la serie más vista de Netflix. Y además de su innegable éxito, el estreno no ha estado exento de polémica con los protagonistas reales de esta historia cargando duramente contra la producción por su falta de rigor. Y ante las dudas sobre lo que es realidad y lo que es ficción, un experto en el juicio de los hermanos ha señalado que uno de los aspectos más controvertidos de la serie, la relación incestuosa de los hermanos, es totalmente ficticio.
“No creo que Erik y Lyle Menéndez fueran amantes. Creo que eso es una fantasía que estaba en la mente de Dominick Dunne (el reportero encarnado en la serie por Nathan Lane)”, apuntó en declaraciones a The Hollywood Reporter Robert Rand, periodista que siguió el caso real de los hermanos desde el día después de los asesinatos y publicó el libro The Menendez Murders (Los asesinatos de los Menendez).
Y es que, a través de varias escenas, la serie de Murphy deja entrever la existencia cierta relación incestuosa entre los hermanos, llegando a mostrarlos juntos en la ducha. “En el juicio corrió el rumor de que tal vez había algún tipo de relación extraña entre los propios Erik y Lyle. Pero creo que el único contacto físico que pudieron haber tenido es lo que Lyle testificó, que cuando tenía 8 años, llevó a Erik al bosque y jugó con él con un cepillo de dientes -que es lo que su padre José había hecho con él. Así que yo no llamaría a eso una relación sexual de ningún tipo. Es una respuesta a un trauma”, explicó Rand.
Erik y Lyle acabaron con la vida de sus padres, José y Mary Louise ‘Kitty’ Menendez, en 1989, siendo condenados por ello en 1996. Mientras que la acusación alegó que buscaban heredar la fortuna familiar, los hermanos afirmaron -y siguen sosteniendo lo mismo hoy en día, mientras cumplen cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional- que sus actos se debieron al miedo que sentían tras toda una vida de abusos físicos, emocionales y sexuales a manos de sus padres.
Una insinuación absurda
“Es triste para mí saber que la descripción deshonesta de Netflix de las tragedias en torno a nuestro crimen ha hecho que las dolorosas verdades den pasos atrás en el tiempo, hasta una era en la que la fiscalía construyó una narrativa basada en un sistema de creencias de que los hombres no eran víctimas de abuso sexual y que los hombres experimentaban el trauma de la violación de manera diferente que las mujeres”, expresó el propio Erik en un comunicado publicado en X (antes Twitter) por su mujer, Tammi.
En su comunicado, Erik no mencionaba directamente la representación de su relación con su hermano, pero en Facebook, donde Lyle cuenta con una página gestionada por su familia y que incluye análisis de cada episodio, se califica esa insinuación de “absurda”. Ambos hermanos dieron su versión de los crímenes en un documental que, dirigido por Alejandro Hartmann, llegó a Netflix el 7 de octubre.
Las esposas de Lyle y Erik Menendez en la vida real
Según informa Univisión, “el primero en contraer nupcias fue Lyle, en 1996, con una exmodelo llamada Anna Eriksson. Ambos interactuaron por primera vez enviándose cartas después de ser detenidos. Tras quedar flechados, pidieron que se llevara a cabo su ceremonia de matrimonio un día antes de la sentencia de Lyle y Erik. Sin embargo, los funcionarios del tribunal y de la cárcel impidieron la ceremonia”.
El matrimonio duró varios años, pero tiempo después se separaron. Lyle se casó nuevamente en 2003 con su actual pareja Rebecca Sneed, una vieja amiga de los hermanos. Según reveló la revista People, Lyle y Rebecca se conocieron diez años antes de los asesinatos. Se casaron en una ceremonia en la prisión Mule Creek, y en la ceremonia hicieron presencia varios familiares y amigos. Actualmente siguen juntos, aunque no tienen hijos, pues a Lyle no se le permiten las visitas conyugales por su condena a cadena perpetua.
Erik, por otro lado, lleva más de 20 años con su esposa. Se casó con una mujer llamada Tammi en 1999, y el amor floreció gracias a la correspondencia que se enviaban. Tammi le escribió a Erik pensando que no existía mayor posibilidad de que él le contestara, pero no fue así.
““Vi la carta de Tammi y sentí algo. Recibí miles de cartas, pero dejé de lado esta. Tuve una sensación y le respondí. Tammi y yo continuamos escribiéndonos. Disfrutaba escribiéndole. Fue una amistad lenta. Fue especial para mí porque no estaba asociada con el juicio ni con los medios de comunicación. Tammi era alguien que no estaba en medio de la locura”, reveló Erik Menendez a la revista People.