'Ser actor no sólo implica entretener'
Junto a Paola Turbay protagoniza la película que se estrenará el 25 de diciembre en las salas de cine nacional.
El Espectador
Un estreno de Navidad que haya disfrutado.
Una película muy bonita: Realmente amor (Love Actually), dirigida por Richard Curtis y donde participa una gran actriz alemana, Heike Makatsch, con la que compartí set en España en The Road to Santiago.
¿Por qué ver ‘Mamá, tómate la sopa’?
Es una película muy bien escrita por Claudia García, donde el director, Mario Ribero, logra que las actuaciones sean reales y humanas. Es una película sin pretensiones, que envuelve al espectador porque es divertida y dramática a la vez. La gente que la vea no va a salir del cine igual que entró.
¿Lo mejor de trabajar con Paola Turbay en esta película?
Me puedo deshacer en halagos para esta maravilla de mujer. Una compañera excepcional, divertida, cariñosa, respetuosa. Es una actriz intuitiva, entregada y con una facilidad asombrosa para lograr el ritmo que necesita la comedia.
¿Y lo mejor de Paola Turbay?
Tiene lo mejor que puede tener un ser humano: un corazón enorme y una conciencia sobre sí misma sorprendente.
¿ Cuál es el placer de hacer un protagónico?
El placer de protagonizar está en que en un buen guión de cine los personajes están muy bien descritos, muy bien dialogados y tienen muchos matices. Son personajes que tienen (por lo general) muchos colores y por eso son mucho más ricos de construir.
¿Cómo se enamoró del teatro?
La actuación y el teatro están en mi ADN. Desde que tengo conciencia de mí he querido ser actor.
Estudió actuación en España. En comparación con Colombia, ¿son muy distintos los estilos artísticos?
No lo creo. Finalmente, el actor representa seres humanos. Pueden ser diferentes países, la idiosincrasia es distinta, pero los sentimientos y las contradicciones humanas son las mismas en cualquier parte del mundo.
¿Se queda con la televisión colombiana o la española?
Ambos países tienen una industria de calidad. La diferencia la hacen las jornadas de trabajo. En España hay más recursos y eso implica menos carga de trabajo. Claramente, en Europa las condiciones están dadas para desarrollar una labor creativa. Lo increíble de Colombia es la fuerza especial que ha desarrollado en los trabajadores, gracias a la cual finalmente los productos sean de primera calidad.
¿Un consejo para un joven actor?
Que se prepare, que estudie. Esta es una carrera de entrega, con momentos maravillosos, pero con muchos otros de incertidumbre. Los grandes actores son los que a pesar de su fama siguen profundizando en la investigación del arte.
¿Un sueño que tenga para el futuro de su carrera?
Quisiera hacer más cine con guiones sencillos pero bien escritos, sin necesidad de grandes efectos especiales. Que cuenten historias que hagan crear conciencia. Ser actor es una labor social y no sólo implica entretenimiento.
Si tuviera que elegir, ¿con qué papel quisiera que lo recuerden?
En Colombia, con Vicente Vaca de Mamá, tómate la sopa.
Hace parte del elenco que celebra las 30 años del Teatro Nacional. ¿Cuál fue la primera obra que presenció en sus salas?
Hay que deshacer la casa de Sebastián Junyent, con Vicky Hernández y Margalida Castro. Por esos años hacía talleres para jóvenes con el Teatro.
Una palabra que le guste.
Honestidad.
¿Qué causa lo mueve?
Me mueve hacerles entender a los colombianos que si dejamos de vernos individualmente y nos empezamos a ver como grupo, las cosas pueden empezar a cambiar.
El mejor regalo que ha recibido en Navidad.
Dos muñecos de un carro de bomberos con los que jugaba todo el día a hacer películas.
¿Cómo se dio cuenta de que el Niño Dios no existía?
Me lo contaron mis vecinos.
Su plan preferido para estas fechas.
Cocinar para mis amigos, verme con los que quiero y viajar.
¿Cuál es la clave para lograr superar la tercera y la cuarta aparición en telenovelas?
No tengo clave, pero intento crear personajes diferentes cada vez. Me parece que es la única manera de mantenerse vigente.
Un estreno de Navidad que haya disfrutado.
Una película muy bonita: Realmente amor (Love Actually), dirigida por Richard Curtis y donde participa una gran actriz alemana, Heike Makatsch, con la que compartí set en España en The Road to Santiago.
¿Por qué ver ‘Mamá, tómate la sopa’?
Es una película muy bien escrita por Claudia García, donde el director, Mario Ribero, logra que las actuaciones sean reales y humanas. Es una película sin pretensiones, que envuelve al espectador porque es divertida y dramática a la vez. La gente que la vea no va a salir del cine igual que entró.
¿Lo mejor de trabajar con Paola Turbay en esta película?
Me puedo deshacer en halagos para esta maravilla de mujer. Una compañera excepcional, divertida, cariñosa, respetuosa. Es una actriz intuitiva, entregada y con una facilidad asombrosa para lograr el ritmo que necesita la comedia.
¿Y lo mejor de Paola Turbay?
Tiene lo mejor que puede tener un ser humano: un corazón enorme y una conciencia sobre sí misma sorprendente.
¿ Cuál es el placer de hacer un protagónico?
El placer de protagonizar está en que en un buen guión de cine los personajes están muy bien descritos, muy bien dialogados y tienen muchos matices. Son personajes que tienen (por lo general) muchos colores y por eso son mucho más ricos de construir.
¿Cómo se enamoró del teatro?
La actuación y el teatro están en mi ADN. Desde que tengo conciencia de mí he querido ser actor.
Estudió actuación en España. En comparación con Colombia, ¿son muy distintos los estilos artísticos?
No lo creo. Finalmente, el actor representa seres humanos. Pueden ser diferentes países, la idiosincrasia es distinta, pero los sentimientos y las contradicciones humanas son las mismas en cualquier parte del mundo.
¿Se queda con la televisión colombiana o la española?
Ambos países tienen una industria de calidad. La diferencia la hacen las jornadas de trabajo. En España hay más recursos y eso implica menos carga de trabajo. Claramente, en Europa las condiciones están dadas para desarrollar una labor creativa. Lo increíble de Colombia es la fuerza especial que ha desarrollado en los trabajadores, gracias a la cual finalmente los productos sean de primera calidad.
¿Un consejo para un joven actor?
Que se prepare, que estudie. Esta es una carrera de entrega, con momentos maravillosos, pero con muchos otros de incertidumbre. Los grandes actores son los que a pesar de su fama siguen profundizando en la investigación del arte.
¿Un sueño que tenga para el futuro de su carrera?
Quisiera hacer más cine con guiones sencillos pero bien escritos, sin necesidad de grandes efectos especiales. Que cuenten historias que hagan crear conciencia. Ser actor es una labor social y no sólo implica entretenimiento.
Si tuviera que elegir, ¿con qué papel quisiera que lo recuerden?
En Colombia, con Vicente Vaca de Mamá, tómate la sopa.
Hace parte del elenco que celebra las 30 años del Teatro Nacional. ¿Cuál fue la primera obra que presenció en sus salas?
Hay que deshacer la casa de Sebastián Junyent, con Vicky Hernández y Margalida Castro. Por esos años hacía talleres para jóvenes con el Teatro.
Una palabra que le guste.
Honestidad.
¿Qué causa lo mueve?
Me mueve hacerles entender a los colombianos que si dejamos de vernos individualmente y nos empezamos a ver como grupo, las cosas pueden empezar a cambiar.
El mejor regalo que ha recibido en Navidad.
Dos muñecos de un carro de bomberos con los que jugaba todo el día a hacer películas.
¿Cómo se dio cuenta de que el Niño Dios no existía?
Me lo contaron mis vecinos.
Su plan preferido para estas fechas.
Cocinar para mis amigos, verme con los que quiero y viajar.
¿Cuál es la clave para lograr superar la tercera y la cuarta aparición en telenovelas?
No tengo clave, pero intento crear personajes diferentes cada vez. Me parece que es la única manera de mantenerse vigente.