Ser bartender en la época del coronavirus

Alexánder Ramírez, bartender de profesión, extraña sus días en los bares, las conversaciones que mantenía con sus clientes y compañeros. Asegura que las personas se han vuelto más fuertes en esta situación.

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Alexánder Ramírez*
07 de mayo de 2020 - 02:00 a. m.
Alexánder Ramírez es optimista: espera que esta situación nos convierta a todos en mejores personas. / Cortesía
Alexánder Ramírez es optimista: espera que esta situación nos convierta a todos en mejores personas. / Cortesía
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Hablo siendo la voz de todas las personas que conozco en esta industria, de mis amigos más reales, e incluso a nombre propio. El bartender, de repente, tuvo que encerrarse en casa y dejar las botellas en el bar. Tenemos en el gremio una expresión que es el last call, que indica la finalización del servicio de cada noche, pero nunca nos imaginamos que sería un last call tan largo. Desde mi posición de embajador de marca, debo decir que esto se llevó mi cotidianidad. (Le recomendamos: Durante el confinamiento, la música nos une más).

Vivo por y para las barras. Literalmente, cada día de mi vida estoy en la barra de un bar diferente, compartiendo con consumidores y con todos los bartenders, que están haciendo la magia detrás de cada bar, de cada restaurante y, de un día a otro, no pude ir a visitarlos más. Esa capacitación, ese coctel y esa charla quedaron pendientes y sin una fecha para re-agendar.

Todos vivimos los días previos al aislamiento con mucha zozobra, obviamente, atemorizados. Mis amigos del gremio siempre lo dieron todo de una manera muy optimista hasta que, por razones de fuerza mayor, los establecimientos no abrieron más. Los clientes también han sufrido con esta decisión: ese whisky de malta en las rocas, ese traguito de vermú o el gin con tónica después de la oficina, no vamos a mentirle a nadie, no sabe igual en casa.

Recuerdo que, al principio, todos aprovechamos el tiempo: compartíamos libros de coctelería para nutrirnos más; aunque sea difícil de imaginar, este es un gremio que estudia muchísimo, porque es importante conocer de dónde viene cada líquido y comprender cómo combinarlo requiere mucho conocimiento. Así que estuvimos haciendo recetas, hablando de ingredientes, terminando ese menú que estaba en camino o, simplemente, esa tarea procrastinada; pero, con el pasar de los días, muchos se habían desesperado, incluso, algunos fueron enviados a casa sin remuneración, y, por más amor que se le tenga a la profesión, de amor no se vive.

Pero hay muchas más cosas de las que hablar, no nos quedemos en lo malo; pensemos en lo bueno, en lo que se extraña y esperamos que regrese pronto. Se extraña ese coctel increíble que se preparaba en cada bar con la esperanza de ser el nuevo clásico moderno, el sonido de las cocteleras, los clientes, el sonido de la impresora lanzando comandas y a veces, casi siempre, los compañeros

Les comento que es tan grande el deseo de hacer cocteles de vuelta que un par de entusiastas lanzaron cocteles embotellados listos para destapar en casa y disfrutar, pero en Colombia la industria todavía no da para tanto. Tal vez, la iniciativa sí dio frutos positivos en otros sitios.

Asimismo, son varios lo que han encontrado varias formas de distraerse y darse ánimo en medio de la pandemia. Como ha dicho un gran amigo: volveremos más fuertes. En las marcas estamos abiertos a continuar capacitando desde la distancia, es una parte del proceso muy importante para nosotros.

Debo decir que, desde mi experiencia personal, también he intentado hacer lo mismo. Sigo en contacto con toda mi comunidad, con algunos hemos desarrollado diferentes programas, desde charlas y catas en línea, donde han podido probar un par de referencias de Hendrick’s gin que no están en el país, hasta reuniones virtuales a las que les he invitado para compartir una pizza y hablar.

Lo único que puedo decir es que de esta situación quedarán la camaradería, la unión y el deseo de vencer las adversidades que en el camino se van presentando. La creatividad con la que cada uno ha afrontado esta crisis y las relaciones que en estas condiciones se han hecho más fuertes.

Creo que a todos nos queda la tarea de prepararnos más como industria para afrontar los desafíos venideros, y a los que lean este artículo, que seguro en su mayoría tendrán la posición de comensal, los invito a que cuando todo esto pase, vayan a su bar más cercano, apoyen la industria de la restauración, brinden porque esto pasó, brinden con su bartender de siempre o conozcan a uno si aún no han tenido el placer de hacerlo, compartan historias que seguro muchas habrá.

A Juan, Adrián, Mauricio, Manuel, Maycol, Daniel, a los dueños de lugares que están apoyando a sus trabajadores y a todos los amigos que no alcanzaría a nombrar, gracias por tanto, ya pasará y volveremos más fuertes.

*Bartender.

Por Alexánder Ramírez*

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