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¿Cómo llegó a la película “El otro lado de la esperanza”?
Fue algo bastante misterioso, quizá del universo, como si las estrellas estuvieran alineadas para eso. No estaba en Finlandia en ese momento, me había ido a Inglaterra para estudiar dirección y producción de cine. Había pasado unos siete años sin actuar cuando recibí una llamada y un e-mail genérico de una compañía de producción buscando un actor sirio que hablara árabe, inglés, quizás algo de finlandés y que tuviera sentido del humor. Después de un mes me llamaron a invitarme a la entrevista, pero no tenía ni idea en ese momento de qué era el proyecto ni quién lo dirigía. Solo acepté.
¿Cómo fue trabajar con el director Aki Kaurismaki?
Trabajar con él fue una dicha total. Sí, soy un fan, he visto sus películas desde que era estudiante de actuación y aprecio mucho su estilo de cine, que es de culto. Es un hombre increíble, no solo por su arte, porque al conocerlo no solo se justificaron esos sentimientos, sino que me aportó mucho como persona y como actor. Lo veo como un don Quijote, alguien que pelea contra gigantes en un momento en que necesitamos personas así. En el aspecto profesional, es un gran director por razones muy concretas, no solo quiero decir que es grande.
¿Cómo llegó a ser actor?
Fue un accidente. Todo empezó cuando estaba en la escuela secundaria, vivía en un pueblo muy aburrido en el noreste de Siria, en el campo. Era tan aburrido, con tan poco para hacer, solo podía leer o ver películas, hasta que de repente vi a una chica muy bella que venía de la capital, así que andaba detrás de ella. Descubrí que trabajaba en el proyecto de teatro de un colegio, entonces me presenté con el director, que también era profesor del colegio, y le rogué que me diera un papel. No tenía idea de qué iba a ser ni nada de actuación, solo quería estar cerca de ella.
¿Hay algo suyo en este personaje?
Mi historia personal es muy distinta a la de mi personaje. Yo llegué al aeropuerto, con mis documentos en orden y apliqué a la visa y todo de manera legal. Pero en términos de personalidad, me puse a mí mismo ahí, quería estar en los zapatos de él, de alguien como él, me pregunté ¿qué significa pasar por todo lo que él tiene que vivir, esos incidentes, accidentes y acciones? Entonces, en ese sentido, sí hay mucho de mí ahí aunque no haya vivido eso.
El humor finlandés es bastante particular. ¿Por qué cree que le está llegando a todo el mundo?
El humor finlandés es muy particular. No sé por qué la gente tiene que disfrutarlo, pero recomiendo que le den una oportunidad y deseo que realmente lo disfruten, porque es algo especial. Creo que siempre es bueno poder ver algo diferente, no ver clichés y este tipo de payasos. Y creo que la película es tan simple y clara en eso y de alguna forma es lo que conscientemente le da valor.
Háblenos del perro que aparece en la cinta; es uno de los personajes memorables...
Se llama Varpu, o pues ese es el nombre real de ella. En la película “él” se llama Koistinen. Es muy linda y fue muy bueno tener un perro adorable. Si uno mira, en todas las películas de Aki (Kaurismaki) hay un perro, sin importar el tema. Si fuera a hacer una película de ciencia ficción, cosa que dudo, encontraríamos ahí a un perro. No quiero describir su arte, ni qué significa tener el perro, pero ahí está sin tener que explicarlo.