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Hot Chip es una de esas bandas que te levanta del asiento y te lleva a dar vueltas por la pista de baile de un bar mientras con sus letras te rompe el corazón. Pocas bandas pueden hacer esas dos cosas al tiempo, pero esta agrupación, que nació en 1990 cuando dos amigos de infancia, Alexis Taylor y Joe Goddard, creaban por computador una música difícil de categorizar, ha sabido crear un electro in crescendo que te arroja a la pista mientras te arrebata un grito que profesa: “Happiness is what we all want / May it be that we don’t always want”.
La banda que los especialistas coinciden en ubicar como indie electrónico —mientras sus integrantes no hablan más que de pop (electro pop)— llega en un momento culmen al Festival Soma, que se llevará a cabo hoy en Bogotá. Este año lanzaron su quinto álbum, One life stand, que sus seguidores no dudan en considerar como el mejor de su carrera y que con dos canciones posicionadas muy bien en las listas, Thieves In The Night y Hand Me Down Your Love, podrá estar en lo mejor del año.
Este trabajo recién salido del horno que hoy podrán disfrutar en vivo los capitalinos es también el álbum en el que el espíritu reflexivo y fiestero de la banda, ese que se materializó en su primer álbum, Coming on Strong, parece cobrar más fuerza que nunca.
Quizá sea porque los cinco integrantes empiezan a vivir una cierta madurez. La luna de miel ha terminado y han empezado lo que se podría llamar una relación a término indefinido. El guitarrista, Al Doyle, y el responsable de tocar los sintetizadores, Felix Martin, crearon su propio estudio de grabación. Por su parte, el vocalista Joe Goddard ha fundado su casa disquera, Greco Roman. Mientras que el pianista y vocalista Alexis Taylor se casó y se convirtió en papá. Estas nuevas realidades de la banda inglesa sin duda la han llevado a un camino musical diferente, que sin desconocer los éxitos cosechados con canciones como Over and Over o Boy From School, ni las influencias de bandas como New Order, llevan a Hot Chip a lo “conciso, lo directo y lo simple”.
“Estamos en una fase más cohesiva. Más que una colección de sencillos para poner en un club, las canciones tienen una fluidez que las hace encajar en la tranquilidad de tu casa, de esas que quieres oír mientras lavas los platos, pero que añoras que el DJ ponga en la fiesta. Queremos hacer música pop que se pueda oír en todas partes”, sostuvo recientemente en una entrevista el guitarrista Owen Clarke.
Pero hoy sobre el escenario no sólo se oirán estos nuevos sonidos y esas mezclas logradas con las colaboraciones de Robert Wyatt y Peter Gabriel. Esta noche nos ofrecerá la oportunidad de ser testigos de la trayectoria de una banda que con ábumes como The Warming y Made in the Dark, con voces dulces, con unos integrantes con carita de nerds que escriben canciones y tocan invariablemente una pluralidad de instrumentos, se posiciona como una de las más novedosas de estos tiempos en los que el negocio le gana la batalla a la buena música.