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‘Susana landó’

La música afroperuana tiene en Susana Baca a su exponente actual más activa. Ella está presente en el Congreso Iberoamericano de Cultura.

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Juan Carlos Piedrahíta B. / Enviado Especial, Medellín
03 de julio de 2010 - 03:31 a. m.
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En estos días de fútbol, Susana Baca disfruta viendo correr la pelota. No sólo se divierte, también teoriza. A finales de la década de los 70 aprendió todas las reglas de este deporte cuando supo que sus estudiantes estaban muy decepcionados de tener a una profesora de música que no los apoyaba en el desarrollo de su principal pasión. Ella, recursiva, se instruyó y encontró la manera de estimularlos en las canchas sin dejar de avanzar en sus clases artísticas. Desde entonces siente que la música y el fútbol tienen en común mucho más del simple hecho de estar integradas por seis letras.

Hace rato que la artista peruana no tiene tiempo de dictar clases teóricas, ahora realiza actividades didácticas masivas en las que el público de toda América Latina se convierte en su alumnado más fiel. Se pasea por el landó, explora los otros aires tradicionales del Perú, investiga la costa de su país y también conquista la serranía. Susana Baca es la heredera del legado de Chabuca Granda (creadora del vals La flor de la canela’), es también la voz que mantiene viva gran parte de la tradición afroperuana. Ella está en el Congreso Iberoamericano de Cultura de Medellín para exhibir su música, para reflexionar sobre los procesos culturales en el continente y, por qué no, para dar sus opiniones sobre el fútbol.

¿Cómo emprendió la investigación sobre el folclor afroperuano?

Mi primera experiencia de investigación fue familiar, porque en mi casa me tocaba ver a los adultos cuando agarraban una guitarra y se ponían a cantar. Luego, cuando entré a la universidad, me preguntaba cómo vivían los músicos, y después hice un trabajo de campo visitando a los descendientes de africanos y ahí editamos un libro con Francisco Basili y Ricardo Pereira.

¿Cuáles son las diferencias entre las músicas de la costa pacífica del Perú y las manifestaciones del interior?

La música afro es mucho más alegre, mientras que la música andina expresa la nostalgia de una población, pero lo más conmovedor de nuestros sonidos es que podemos disfrutar también de esa mezcla maravillosa que es la música afroandina y lo vemos en los cantos de adoración y en los cantos de Navidad. Ahí está la mezcla del zapateo del negro y los versos nostálgicos del interior.

 Ricardo Pereira, su esposo, es un poco el coautor de sus discos… ¿Cuál es el principal aporte de él en su música?

Debo decir que cuando Ricardo apareció, mi vida profesional cambió completamente. Él se encargó de trabajar en serio con mi música, porque las grabaciones las hago con él, aunque también me ayuda a organizar los ensayos con los integrantes del grupo. En los primeros discos él asumió el diseño de toda la parte gráfica y al cabo de tantos años de estar juntos, está trabajando en la carátula del álbum doble Mama, que es un homenaje a mis dos madres: mi mamá biológica y Chabuca Granda.

¿Existen puntos en común entre la música de la costa del Perú y los aires del Pacífico colombiano?

Ustedes tienen una música que se llama el mapalé y yo lo encuentro parecido a nuestros festejos. Siento que hay muchas cosas que nos conectan. Yo he estado muy cerca de Totó la Momposina y de doña Petrona Martínez, porque sus tambores son los mismos que los nuestros. Eso nos ha pasado también en Sudáfrica, y es maravilloso que se produzcan esos encuentros con los que se corrobora que venimos de allá.

Fue asistente personal y amiga de Chabuca Granda, ¿cuál fue el principal aprendizaje que recibió de ella?

Ella fue muy generosa conmigo. Lo fue con su casa, con sus libros; escuchar su música para mí era como beber la esencia peruana. Ella viajaba mucho y les decía a sus familiares: “ustedes se encargan de que Susana entre a la casa y escuche música”. Chabuca tuvo épocas en las que exploró la música de la serranía, tanto como indagó en la vida de los personajes típicos de la costa. En esa época ella estaba en su oficina, miró por la ventana y vio a una mujer pasando un puente, y ahí compuso La flor de la canela. Un día ella me llevó a la casa de esa mujer que la inspiró, se llamaba Victoria Angulo, ya estaba viejita, pero conservaba su estirpe de reina. Chabuca se inspiraba en los personajes típicos de nuestra realidad.

¿Cuáles son los compositores que más disfruta interpretando?

A mí me gusta mucho cantar a Silvio Rodríguez, aunque ya no lo canto mucho, porque está muy difundido. Me siento muy bien interpretando a los poetas peruanos y latinoamericanos. Incluso grabé de una manera muy austera algunos poemas, ese disco lo llamamos A capella.

¿Cómo llegó al sello Luaka Bop del músico escocés David Byrne?

Es muy curioso, porque ese sello nació porque David Byrne quería sorprender a sus amigos con una música casi desconocida, pero ahora es fundamental para mostrar nuestro trabajo. Él ha respaldado iniciativas de Colombia, Venezuela y Perú. A mí me conoció porque un profesor de español grabó algunas de mis canciones y se las mostró a él, en ese registro estaba el famoso María landó, y con ella es que Byrne empieza a aprender a hablar español. Gracias a eso es que, en parte, conocen nuestra música en todo el mundo.

Siempre dicen que usted es una diva…

No. En Perú tenemos entendido que una diva es una estrella que hace desplantes, pero yo no soy así. Me encanta que la gente se acerque y me abrace.

Por Juan Carlos Piedrahíta B. / Enviado Especial, Medellín

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