Taliana cumplió

Una de sus rivales más sonadas desde el 19 de junio (día cuando se registraron y les tomaron las medidas oficialmente en el New World Hotel Saigon de Ho Chi Minh), la reina venezolana, Dayana Mendoza, se llevó el título de la más bella. “Nos robaron la corona”, fue la frase que se oyó en Colombia el domingo 13 de julio pasadas las 10 de la noche. “Colombia era la reina”, alegaron muchos en Nha Trang, Vietnam, el lunes 14 de julio pasadas las 10 de la mañana.

El puntaje de la colombiana que aparecía en las pantallas de televisión después de los desfiles en vestido de baño (9,4) y en traje de gala (9,8) la coronaban como la mejor. Entonces, se buscaron razones: la respuesta a la pregunta de la jurado Jennifer Hawkins pareció quitarle el primer lugar.

El vestido de coronación, diseñado por Beatriz Camacho, se convirtió en motivo de discordia. Los asuntos políticos y los intereses económicos fueron la justificación de otros… Comentarios que Taliana desvirtuó con la madurez que siempre la ha caracterizado, después de un par de horas de descanso y meditación en la habitación del Diamond Beach Resort.

Pero lo que es cierto es que siempre se ha dicho que Colombia es favorita. Siempre se espera al menos un lugar entre las quince preseleccionadas. Y tal vez el 2008 ha sido uno de los años cuando el país ha estado mejor representado por una candidata en Miss Universo.

La samaria de 20 años llegó a Vietnam a arrasar con toda su belleza, y lo más importante para una reina, con ganas de revolucionar el concurso y hacerse notar. Y lo logró en cada uno de los 25 días de competencia. Una implacable disciplina que la llevaba a levantarse todas las mañanas dos horas antes de lo debido, la mostró bien puesta, perfectamente maquillada y peinada en todo momento.

La cuidadosa elección de su ropa y accesorios para cada día dejaba incluso a muchas de sus rivales con ganas de conocer el nombre de los diseñadores. Su disposición y fuerza física la convirtieron en favorita de los preparadores de pasarela y coreografías.

Su sonrisa siempre lista y sus respuestas naturales, la pusieron a la cabeza de las favoritas de los jurados y hasta de las ‘chaperonas’, que no dudaron en confesar su admiración por la colombiana. La ausencia de cansancio para tomarse fotos o poner su nombre y un corazón en los cuadernos, le dieron un espacio especial entre la gente de Hoi An, Hanoi o Ha Long Bay.

A Taliana Vargas Carrillo no le faltó nada para ganar en Nha Trang, esa pequeña cuidad costera del Pacífico, donde la gente sonríe fácil, entiende muy poco de otros idiomas, anda en moto sin normas de tránsito y no para de pitar un solo instante.

La Señorita Colombia dejó su huella entre comensales de perro a las finas hierbas, pescadores con sombreros triangulares o expertos en masajes corporales. La reina del Magdalena viajó al otro lado del mundo para asegurarse de que, como dice cada vez que tiene oportunidad, “los sueños sí se pueden cumplir…”. Y aunque no ganó, ella siente que cumplió.