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Todos pierden, nadie gana

El ex canciller y profesor universitario Augusto Ramírez Ocampo analiza políticamente la crisis colombo-venezolana.

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Cecilia Orozco Tascón / Especial para El Espectador
25 de julio de 2010 - 03:00 a. m.
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Augusto Ramírez Ocampo

“Algunos creemos en la diplomacia, no en la ‘plomacia’”

Cecilia Orozco Tascón.-  Las denuncias de Colombia ante la OEA ¿son para usted prueba irrefutable de que Venezuela colabora con las FARC o le da margen de duda todavía al gobierno de Chávez?

Augusto Ramírez Ocampo.- Creo que las pruebas fueron tan contundentes e irrefutables que por eso Venezuela ha levantado una cortina de humo espesa para no tener que responder. Ésa es la razón del rompimiento de relaciones.

C.O.T.- Las intervenciones de los embajadores Hoyos, de Colombia, y Chaderton, de Venezuela ¿No se salieron de los cánones de la diplomacia clásica?

A.R.O.- la OEA es un foro político y una sesión extraordinaria es lo más parecido a un parlamento, en donde se pueden utilizar ciertas licencias. Sin embargo, el embajador de Colombia, a veces, alambicó demasiado. Y el embajador de Venezuela, simplemente hizo reminiscencias identificando hasta el color de las arenas de las playas de Santa Marta.

C.O.T.-  ¿Piensa, como muchos, que primó la pelea personal entre Chávez y Uribe sobre las conveniencias de los dos países?

A.R.O.- Infortunadamente las relaciones entre Colombia y Venezuela se han convertido en un pulso personal de dos mandatarios apasionados y reactivos.

C.O.T.- El canciller Maduro ha dicho que Venezuela estudia otras medidas adicionales a la de la ruptura ¿Se agravará aún más la crisis?

A.R.O.- Me temo que sí, sobre todo si el nuevo gobierno no actúa rápidamente.

C.O.T.- Cuando el presidente Uribe habló de “diplomacia meliflua y babosa” pareció referirse a la posibilidad de que Chávez viniera ¿Esa descalificación  verbal puede interpretarse como un antecedente de la crisis de la semana pasada?

A.R.O.- Más bien, esa expresión iba dirigida a algunos colombianos que creemos en la diplomacia y no en la “plomacia”. No creo que por fértil e imaginativo que sea, nadie pueda imaginarse al coronel golpista y cuartelario hablando meliflua y babosamente.

C.O.T.- ¿Qué percepción profesional tiene usted de la nueva canciller, María Ángela Holguín?

A.R.O.- Excelente. Tiene todas las aptitudes imaginables; grados en ciencia política y relaciones internacionales; fue secretaria general, viceministro y canciller encargada. Ha dirigido proyectos fronterizos, y representado a la CAF; fue embajadora en Venezuela y en la ONU. No recuerdo ningún ex canciller que haya tenido mejor experiencia.

C.O.T.-  Holguín hizo una exitosa visita a Ecuador y se esperaba que hiciera lo mismo en Venezuela ¿Estos movimientos diplomáticos habrán sido el motivo para que el gobierno saliente denunciara  tan estruendosamente a Venezuela?

A.R.O.- Resulta francamente inadmisible que a quince días de un nuevo gobierno, el Presidente actuante hasta el 7 de agosto produzca el cataclismo que obliga a edificar otra vez las relaciones con Venezuela desde “fojas cero”. Lo grave de este caso, es que el tiempo escogido para la denuncia no podía ser éste.

C.O.T.- El presidente Santos se ha abstenido de hablar en público de esta crisis ¿Qué opina de esa decisión?

A.R.O.- Es una sabia decisión. Evitar la diplomacia del micrófono y usar  los canales regular es mejor ruta que aquella que conduce a que las relaciones internacionales se manejen en el ministerio de Defensa o en el  ministerio del Interior.

C.O.T.- El Fiscal anunció la intención de denunciar ante la Corte Penal Internacional a Venezuela ¿Cómo califica la intervención judicial en un problema político?

A.R.O.- La reunión del jueves pasado en la Casa de Nariño, donde estuvo el Fiscal, fue gravísima. Recurrir al expediente allí convenido, de judicializar la diplomacia utilizando un mecanismo – el de la Corte Penal - que aún no se sabe a dónde conduce, es un camino equivocado. No se debe mencionar la soga en casa del ahorcado.

Magdalena Pardo

“Cinco millones de personas se afectan directamente” 

Cecilia OrozcoTascón.- ¿Cuáles son las repercusiones de la crisis diplomática entre Venezuela y Colombia, en materia de empleo?

Magdalena Pardo.- Una característica muy importante de los productos que intercambian los dos países es que son intensivos en empleo. En consecuencia, cuando se ponen talanqueras al comercio, se están eliminando puestos de trabajo de colombianos y venezolanos. Otra particularidad  es que nuestro intercambio se da, fundamentalmente, por carretera. Por eso, la zona de frontera ha desarrollado unas actividades conexas a este intercambio, como los servicios logísticos, alojamientos, restauración, etc. Si se impide el comercio, se elimina el empleo de todas estas actividades. 

C.O.T.- ¿Cuántos millones de personas pueden afectarse, en la frontera, por el enfrentamiento de los dos gobiernos?

M.P.- Los habitantes de Cúcuta, Ureña y San Antonio están separados sólo por el puente internacional y por lo tanto su actividad comercial y social se desarrolla en las tres poblaciones. Toda la población fronteriza se ve afectada por las decisiones de los gobiernos, ya que las restricciones al paso transfronterizo de mercancías y personas, ha llevado a una proliferación de instituciones informales y de ilegalidad. En total, cinco millones de personas de la frontera  se afectan directamente por la crisis.

C.O.T.- ¿Es cierto que también se han interrumpido los pagos a los comerciantes colombianos?

M.P.- Ése es otro perjuicio grande: el no pago de las exportaciones colombianas por parte de los importadores venezolanos a quienes el CADIVI no les aprueba la liquidación de las divisas para productos de origen colombiano. A la fecha, más de 780 millones de dólares están pendientes de pago y algunas de estas deudas llevan más de dos años. 

C.O.T.- El deterioro parece haberse profundizado a partir de 2008 ¿Es cierto?

M.P.-  Hay que matizar: a partir del segundo semestre de 2008 se da un deterioro de la economía venezolana debido al desplome de los precios del petróleo. Esta situación llevó a una disminución de las importaciones totales de Venezuela debido a la contracción de los ingresos petroleros del vecino país, lo cual es totalmente ajeno a la situación política con Colombia. Teniendo en cuenta esta situación, la Cámara Colombo Venezolana (CCV) había proyectado una disminución de las exportaciones a Venezuela del 18% durante el 2009. Sin embargo, la crisis diplomática aceleró ese fenómeno porque el gobierno del país vecino comenzó a discriminar los productos colombianos y el resultado fue una caída entre 2008 y 2009 no del 18% como habíamos previsto, sino del 33%.


C.O.T.- ¿Se ha cumplido la “amenaza” del presidente Chávez de eliminar el comercio con Colombia y comprar productos similares de otros países vecinos?

M.P.- Le describo la situación así: en 2010 se esperaba un nivel de exportaciones similar al de 2009, debido a la mayor restricción en el acceso a divisas en Venezuela. Sin embargo,  mientras las importaciones que hace Venezuela de países como Brasil y Argentina presentaron una contracción del 25%, las importaciones desde Colombia, cayeron a tasas del 70%. Esta diferencia negativa para nuestro país se le puede atribuir a la crisis entre las dos naciones. Para resumir, hay un desplome vertical de las exportaciones: ¡de $6 mil millones de dólares a mil 500 en dos años!!

C.O.T.- Chávez prometió “llevar a cero” el intercambio con Colombia. Y Uribe dijo que no se puede perder “la dignidad” por mantener el comercio ¿Qué efectos tangibles producen esas declaraciones?

M.P.- Definitivamente generan desconfianza. Una de las principales respuestas es el temor de los empresarios a realizar viajes de negocios a Venezuela por el constante cambio en las reglas del juego. Pero vale la pena anotar que mientras se dan estas declaraciones, las encuestas en Venezuela y en Colombia arrojan que el 90% de colombianos y venezolanos quieren que se restauren las relaciones.

C.O.T.- ¿Cuántas empresas o conglomerados económicos  están presentes en los dos países o dependen de ese mercado?

M.P.- Cerca de 3 mil 300 empresas colombianas y multinacionales exportaron al mercado venezolano durante 2009. En cuanto a las colombianas, cerca del 70% son compañías medianas y pequeñas.  El número de las venezolanas que negocian con Colombia es menor, pero, en todo caso, es significativo. Además, existe un sin número de empresas formales e informales que están vinculadas a los servicios y actividades relacionadas con el comercio como el transporte, los operadores logísticos, los servicios de aduanas, hotelería y demás.

C.O.T.- ¿Cuántas empresas han quebrado o simplemente han cerrado sus operaciones en uno y otro país?

M.P.- De las 3 mil 300 empresas exportadoras, pasamos a sólo mil 700, en 2010. Las compañías grandes y medianas han logrado diversificar los mercados y sustituir parcialmente las ventas que hacían a Venezuela. Pero para las pequeñas, los costos de sustitución son más elevados y esto ha llevado a que muchas, simplemente, hayan dejado de exportar.

C.O.T.- ¿Cuáles actividades comerciales han sido las más golpeadas?

M.P.- Los sectores más golpeados han sido: textiles, calzado y marroquinería, confecciones, línea blanca. Y todos los de producción de alimentos frescos han cerrado su operación con Venezuela.

C.O.T.- Los mercados no formales, es decir, el fronterizo y el del contrabando ¿Cómo se han afectado?

M.P.-. Existen algunos indicadores de la actividad informal fronteriza que se ha vuelto particularmente complicada debido a los controles excesivos y hostigantes de la guardia venezolana: la tasa de cambio en la frontera del  peso y del bolívar, y el precio de la pimpina. Se ha dado una devaluación acelerada del bolívar frente al peso en la frontera. Hoy el cambio está, en esa zona, a 0,24 pesos por bolívar. En la pimpina se ha dado un incremento de casi $6 mil pesos, a pesar de que el volumen vendido parece mantenerse. Finalmente, también está el contrabando que aumenta, al verse bloqueado el comercio formal.

C.O.T.-  La ruptura de relaciones anunciada por el presidente Chávez ¿Significa el fin del intercambio comercial?

M.P.- Pensar en el fin de la relación es imposible. A pesar de las múltiples medidas restrictivas al comercio los empresarios de ambos países han buscado un sin número de estrategias para permanecer en el mercado. Durante más de 30 años, ellos han trabajado por adaptarse al mercado y la complementariedad de las economías ha facilitado este proceso de integración económica.

Dos pesos pesados del análisis político y económico

Augusto Ramírez Ocampo es el actual director del Instituto de Derechos Humanos y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana. Ha sido ministro Delegatario en funciones presidenciales, ministro de Relaciones Exteriores y de Desarrollo, embajador y alcalde de Bogotá. Además, fue consejero del director de la UNESCO para la cultura de la paz; representante del Secretario General de la ONU para la paz en Salvador y director del programa para el desarrollo de Naciones Unidas en América Latina y el Caribe.

Como constituyente que fue en 1990, es un férreo defensor de la Constitución de Colombia. Y en esa condición, se ha enfrentado políticamente a quienes intentaron, en los últimos años, quitarle peso a la Carta.

La presidenta de la Cámara Colombo Venezolana (CCV), Magdalena Pardo de Serrano, es economista de la Universidad de Los Andes, con especialización en comercio internacional de la Universidad de París. Fue viceministra de Comercio Exterior, presidenta del centro de negocios World Trade Center y estuvo vinculada a la academia en calidad de coordinadora y educadora de posgrados universitarios.  La Cámara que preside Pardo, fue constituida en 1977 por empresarios colombianos y venezolanos que querían aprovechar las oportunidades de negocios y desarrollos de las dos economías.

La crisis, en cifras

Cecilia Orozco T-  ¿Cómo se nota, en cifras, el deterioro comercial de Colombia y Venezuela?

Magdalena Pardo.- A partir de julio del año pasado, el comercio disminuyó progresivamente hasta alcanzar una contracción mensual del 70%. Debido a la crisis diplomática, en el segundo semestre de 2009 se dejaron de exportar cerca de $1.000 millones de dólares, lo que llevó a la contracción del 33% de las exportaciones a Venezuela, frente al nivel de 2008. En 2010 se ha mantenido la contracción mensual de un poco más del 70%. Eso equivale a que se ha dejado de exportar, entre enero y mayo, mil 620 millones de dólares con respecto al nivel de 2009. En resumen, a comienzos de 2009 se exportaban mensualmente alrededor de $500 millones de dólares. Hoy, las exportaciones mensuales son de apenas $130 millones.

C.O.T.- Esas cifras son gravísimas…

M.P.- Sí. Es tal la restricción para nuestras exportaciones que no podemos llevar ningún producto fresco a ese país ni algunos manufacturados porque las autoridades venezolanas no expiden los certificados y permisos correspondientes cuando se trata de productos colombianos.

Por Cecilia Orozco Tascón / Especial para El Espectador

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