En su canal de Youtube, Will Smith ha narrado sus duros inicios en el mundo de la interpretación. "Antes de meterme en líos con el tío Phill, ya tenía problemas con el tío Sam", dice el actor.
Smith, que en ese momento ya era un conocido rapero, asegura que gastó todo su dinero ganado con la música y no pudo hacer frente a sus impuestos. "Ser famoso y estar arruinado es una combinación de mierda, porque sigues siendo famoso y la gente te reconoce, pero te reconocen mientras vas a su lado en el bus". (Le puede interesar: Will Smith deja Cartagena después de un mes de cine, reguetón y champeta)
Fue entonces cuando su novia le sugirió que fuera a The Arsenio Hall Show, el late night del momento. Allí conoció a Benny Medina, "el verdadero Príncipe de Bel-Air". Medina le contó a Smith su idea sobre la serie, y le propuso conocer al productor Quincy Jones.
Will Smith acudió a una fiesta en casa de Quincy Jones, quien le dio un guion y le dio 10 minutos para aprendérselo y hacer una audición. Smith pidió algo más de tiempo, pero en la fiesta estaba Brandon Tartikoff, ejecutivo de la cadena NBC.
Así que de repente el actor tuvo que hacer un casting improvisado en una habitación llena de famosos, políticos y magnates de la televisión.
A pesar del poco tiempo que tuvo, consiguió el papel y tres meses después, estaba rodando el episodio piloto. "La moraleja de la historia es 'Di siempre sí' y escucha a tu novia", bromea Smith.