La postura independiente, los formatos novedosos, la recuperación de los géneros periodísticos, su sintonía con el uso de las nuevas herramientas tecnológicas y la presencia permanente en la cobertura de los temas de mayor interés para el país, le significaron a El Espectador un crecimiento del 14 % en el número de lectores de su edición impresa y del 9 % en su portal web.
Así lo revela la medición de la primera ola del Estudio General de Medios de 2016, según la cual la lecturabilidad de la edición impresa aumentó por todas partes: en el último período, en la edición dominical y en la medición de los últimos 30 días.
Quiere ello decir que los colombianos continúan premiando el rigor y la variedad temática ofrecida por el diario, el mismo que, por ejemplo, esta misma semana destapó un protuberante error jurídico en los alegatos del distrito capital de Bogotá en torno a las causales de la muerte de Rosa Elvira Cely.
Según informó en exclusiva este diario, la administración pretendía defenderse en estrados y desprenderse de la responsabilidad por la violación, asesinato e ineficiencia en la acción policial y de los centros asistenciales con un argumento tan simple como absurdo: que a Cely le pasó lo que le pasó por su propia culpa, debido a que conocía el talante del compañero de estudios con el que salió a departir el día que éste le dio muerte.
La revelación de El Espectador no solo obligó a las autoridades capitalinas, encabezadas por el alcalde Enrique Peñalosa, a una inmediata retractación en el caso sino que revivió el debate sobre el respeto a las mujeres y generó una ola de indignación y rechazo en las redes sociales que fue registrada por varios de los medios de comunicación más importantes del mundo.
Una solidaridad semejante a la que hace apenas un mes se desató cuando la versión web de El Espectador reveló que la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) había autorizado la exploración de 158 pozos en la zona circundante a Caño Cristales, el emblemático río de los siete colores, considerado patrimonio biológico de la humanidad por la Unesco. También en ese caso, la reacción nacional fue de indignación y el gobierno tuvo que aclarar que no está de acuerdo con que el afán de desarrollo se preste para depredar los recursos naturales.
Otro de los hits periodísticos de El Espectador durante 2016 fue la publicación de los #PanamaPapers. Se trata de una revelación de escala mundial, muchísimo más grande que wikileaks y divulgada en simultanea por los principales diarios de los cinco continentes, con revelaciones sobre los políticos, estrellas de la farandula y poderosos empresarios que tienen cuentas secretas en en ese paraíso fiscal. El Espectador, gracias a su alianza con Connectas, fue el único medio de comunicación colombiano que divulgó dichos secretos.
El Espectador realizó recientemente cambios en su estructura que pasan, entre otros, por organizar sus redacciones digital e impresa bajo una sola jefatura de redacción y por la preocupación, a partir de 2016, de una producción periodística con mayor énfasis en los contenidos audiovisuales. Uno de los productos estelares durante 2016 es La Pulla, formato fresco e innovador de opinión en video que al igual que este diario en sus 129 años de existencia, se preocupa por los tema de igualdad de derechos, el respeto por las minorías, la denuncia frente a las agresiones al ecosistema y los escándalos políticos del momento.
Los demás medios de esta casa editorial también tuvieron comportamientos destacados en el EGM. La revista Cromos, de circulación quincenal, continúa posicionándose en el segmento de publicaciones para mujeres, mientras que Vea, también quincenal, volvió a crecer y se consolidad como la de mayor lecturabilidad del país.