“Vida”: una serie para reivindicar la cultura latina

La producción cuenta la historia de dos hermanas de raíces mexicanas que deben regresar a su barrio en Los Ángeles tras la muerte de su madre. La serie explorara situaciones determinadas por los estereotipos de los latinos en EE.UU.

Paula Casas Mogollón*
23 de octubre de 2019 - 02:00 a. m.
Las hermanas Hernández desempeñan los roles principales de la serie “Vida”, cuyas temporadas 1 y 2 ya están disponibles en “streaming”.  / Cortesía
Las hermanas Hernández desempeñan los roles principales de la serie “Vida”, cuyas temporadas 1 y 2 ya están disponibles en “streaming”. / Cortesía

En las calles de Los Ángeles (Estados Unidos), donde el 97 % de sus habitantes son de origen latino, se desarrolla la historia de Vida, una de las nuevas series del servicio de streaming StarzPlay. Un viejo barrio del este de la ciudad es el escenario para las aventuras que deben enfrentar las hermanas Hernández, de raíces mexicanas, luego de la inesperada muerte de Vidalia, su madre. La sexualidad, la homofobia y los estereotipos culturales son algunos de los temas que refleja la producción, que contó con diez directoras latinas.

La historia comienza cuando Emma (encarnada por Mishel Prada) y Lyn (por Melissa Barrera) se enteran de que Vidalia, su madre, fallece a causa de una enfermedad, por lo que deciden volver a la casa del antiguo barrio donde vivían. Allí conocen a Eddy (interpretada por Ser Anzoátegui), quien se presenta como la roommate de Vidalia, pero tras su funeral los secretos empiezan a estallar como una bomba de tiempo. Se enteran, primero, de que en realidad Eddy era la pareja de su mamá y que llevaban dos años casadas y luego de que les quedó como herencia el bar La Chinita, un negocio familiar que está ahogado en deudas. (Puede leer: Película colombiana "Alma de Héroe" gana en el Festival de Cine de la Cultura Hispana)

Emma, de carácter fuerte y aguerrido, en su afán de salir del barrio y retomar su vida en Chicago, decide aceptar la propuesta de un ávido corredor inmobiliario, quien se ofrece a ayudarla con la venta del local y de la casa de su madre. Y, por ese deseo de regresar a su vida aparentemente perfecta, Emma es rechazada por despreciar su barrio natal y porque, al igual que Lyn, ya no pronuncian muy bien español. Aconsejadas por Eddy, las hermanas Hernández comienzan a transformar el bar de su mamá en un sitio con un poco más de estilo, pero en el proceso deben enfrentarse a insultos surgidos de la mezcla entre español e inglés, como chipsters (chicano hípster) o white-tinas (término despectivo para referirse a latinas con piel clara).

Durante los seis episodios, cada uno de media hora, la guionista Tanya Saracho busca contar la historia de todos los latinos que han emigrado a Estados Unidos o que han nacido allí, pero siguen muy vinculados a su país de origen. La escritora mexicoestadounidense, además, pretende de manera natural retratar esa realidad a la que se deben enfrentar. Por eso, gran parte de la trama de la producción se desarrolla alrededor de la gentrificación, fenómeno que está pasando en las principales ciudades estadounidenses y hace referencia al regreso de los latinos, con niveles de educación superior y más poder adquisitivo, a los barrios donde crecieron para montar negocios y modernizar la zona.

“En esta serie tratamos de reflejar al latino real. Eso significa que, aunque hay mil tipos de personas de esta comunidad, no hay una receta o fórmula que dice exactamente qué es ser latino. Hay miles de experiencias, hay quienes nacen en América Latina, en Estados Unidos o en Europa, que hablan español o que solo lo entienden y eso no los hace menos o más”, comenta a este diario Melissa Barrera, quien protagoniza una de las escenas más relevantes de la primera temporada.

Lyn, personaje que interpreta Barrera y se caracteriza por ser una joven rebelde, asiste a una fiesta en una mansión de Los Ángeles. Al llegar se topa con una cruel realidad: varias señoras que se encargan de la limpieza son latinas. Este es solo un reflejo de una de las tantas historias de los inmigrantes que trabajan al servicio de las personas más adineradas en las principales ciudades norteamericanas. “Hay muchas voces que merecen ser escuchadas y queremos que se cuenten todas las anécdotas que hay. Eso es lo que tratamos de hacer con Vida”, dice Mishel Prada.

Esta producción, que ya comenzó la grabación de su tercera temporada, explora un sinfín de situaciones determinadas por los estereotipos culturales, como el eterno dilema de no ser lo suficientemente latino o el falso imaginario del rechazo a la cultura.

Además, trata algunos estereotipos de la comunidad LGBT que se ven reflejadas en las críticas que recibe Emma por no hacer pública su orientación sexual. Es una serie que deja de lado los tabús, que no es tímida en la representación del sexo, que no muestra lo erótico como algo sensacionalista; que busca, desde el primer capítulo, implementar una mirada femenina y ofrecer diversidad en sus personajes.

Vida, simplemente, es un producto hecho por latinos para latinos, en el que se trata de reparar a una comunidad que durante años ha sido fuertemente castigada en el exterior. Resalta su verdadero corazón: “Los trabajadores, cálidos, amorosos, soñadores que somos. Es un show de soñadores, de mujeres que cometen muchos errores, pero a la vez tienen mucho poder. Para las mujeres damos un buen mensaje: saber que no necesitas ser perfecta para ser poderosa y salir adelante”, asegura Melissa.

*La periodista viajó a México por invitación del servicio de streaming StarzPlay.

Por Paula Casas Mogollón*

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