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Filarmed: 40 años de sonidos que se iniciaron en un garaje

Este año la Orquesta Filarmónica de Medellín cumple cuatro décadas desde que fue fundada por Alberto Correa Cadavid, quien fue su director hasta el 2013. Más allá de la celebración, la responsabilidad social es uno de sus pilares, involucrando a personas neurodiversas, víctimas y excombatientes.

Daniela Suárez Zuluaga
03 de marzo de 2023 - 12:00 p. m.
Además de Soy Músico y el Coro Reconciliación, la Filarmed se enfocará en la música y la salud mental.
Además de Soy Músico y el Coro Reconciliación, la Filarmed se enfocará en la música y la salud mental.
Foto: Cortesía

Fue en la calle 27 de Belén La Palma, en Medellín, donde Alberto Correa Cadavid convirtió el garaje de su casa en una improvisada sala de ensayo para 42 músicos. Un sueño que involucraba también a ingenieros, médicos, profesionales y estudiantes, todos con una misma pasión. Apretujados y bajo la batuta de Correa, el garaje se convertía en una sala en la que los vecinos disfrutaban del espectáculo.

Correa se enamoró de la música cuando apenas tenía nueve años. Es curioso pensar que luego de haber pertenecido a varios coros y tener un futuro como músico, decidiera entrar a la Universidad de Antioquia a estudiar Medicina. Dividió su tiempo entre las ciencias de la salud y la Filarmónica, que este año cumple cuatro décadas.

Cientos de conciertos han marcado la historia de la Filarmed. Obras de Beethoven, Mahler, Stravinsky, Wagner y Tchaikovsky, poemas sinfónicos de Richard Strauss, y la ópera Sémele, de Händel, entre otras, han sido parte del repertorio de la orquesta, que ha tenido entre sus directores, por supuesto, a Alberto Correa (quien desempeñó este rol hasta 2013), Tatiana Pérez y David Greilsammer, actual director titular.

Más que música

Entre el calor sofocante de un día soleado en Medellín, caminé hasta Palermo Cultural, sede de la Filarmed en El Poblado, a pocas cuadras del parque Lleras. Me habían invitado a presenciar dos de sus programas sociales que me llamaron la atención desde que María Catalina Prieto Vásquez, directora ejecutiva de la Orquesta desde hace seis años, los mencionó en la rueda de prensa.

Quería ver una de las clases que la musicoterapeuta Juanita Eslava dicta para personas neurodiversas —con autismo, dislexia, dispraxia o déficit de atención con hiperactividad (TDAH), entre otras patologías—. Cuando llegué, estaban todos reunidos en un círculo. Hacer música con el cuerpo, aprender notas musicales asociándolas con palabras, componer canciones, cantar y tocar instrumentos fueron algunas de las actividades que realizaron.

Las notas de la diversidad

“‘Soy Músico’ se creó para jóvenes desde los 14 hasta los 27 años; para niños hay otros programas, pero para jóvenes o adultos hay pocas opciones. Esto resume el compromiso de la orquesta con todos los públicos de la ciudad”, me comenta Juanita mientras los jóvenes interpretan la canción “Diversidad”, un rap que habla del talento que tienen todas las personas sin importar su condición.

El objetivo de esta experiencia musical va más allá de aprender una partitura, es un proceso que permite a estos jóvenes expresarse y conectarse con los instrumentos para encontrar el talento que hay en cada uno de ellos, y así lo ve Juan Guillermo Suaza, uno de sus integrantes. “Acá aprendemos algo más que música, aprendemos a ser con la música. Gracias a este proceso me gustaría ser músico”, dice.

En la versión 2017 se tocó música para cine, en 2018 se interpretaron arreglos de obras compuestas para música sinfónica, en 2019 la Obertura Soy Músico, el primer movimiento de la Sinfonía de los juguetes, de Leopold Mozart; “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, de Fito Páez; la banda sonora de Piratas del Caribe, y este año se preparan para el concierto junto a la Filarmed que celebra sus 40 años.

Un espacio para la reconciliación

El ensayo del Coro Reconciliación empezó a las 4:00 p.m. Vi llegar a un grupo de mujeres que vestían camisa blanca y pantalón negro. El coro está conformado por 35 integrantes, entre víctimas y excombatientes del conflicto armado. “Es como exorcizarme”, dice una de las mujeres que hacen parte del coro.

“Este espacio permitió reconocernos como personas, desde que este proyecto nació en 2019 hemos querido llevar un mensaje de perdón, y gracias a eso también sanamos heridas”, dice María Cecilia Monsalve, víctima de desplazamiento forzado. Reconoce que la violencia le quitó la capacidad de estar en paz, pero que el Coro Reconciliación le devolvió las ganas de sonreír.

La voz es un instrumento de sanación y la música transforma. María Cecilia, coordinadora de la mesa de víctimas del municipio de Envigado, está convencida de que este espacio que ofrece la Filarmed es indispensable para avanzar hacia la reconciliación. “Por medio de la música podemos estar acá y transmitir nuestra esencia, nuestro ser. Nunca van a poder acallar la voz que un día nos quitaron, porque lo que hacemos es también un llamado a la paz”.

Es así como este programa resignifica los términos víctima y victimario, y los convierte en una sola voz que no distingue de roles.

La salud mental, el siguiente paso

Además de estos dos programas, la Filarmed trabaja en temas de salud mental. “Junto a la Filarmónica de Liverpool, vamos a trabajar fuertemente este tema. En Inglaterra hay una tendencia muy fuerte para que la música se use para prevenir y solucionar patologías relacionadas con la salud mental”.

A futuro la Orquesta busca desarrollar un piloto que involucre a los adultos mayores, pues, según varios estudios, con música se puede ejercitar la memoria, disminuir la ansiedad y estimular el aprendizaje.

Y así terminó el día, siendo testigo de proyectos que involucran la música y buscan hacer del mundo un lugar menos hostil.

La periodista viajó a Medellín por invitación de la Filarmed.

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