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Entre los recuerdos que dejará el aniversario 25 de Rock al Parque en la historia musical de América Latina estará el cartel del escenario principal en horas de la tarde. Desde las 3:50 de la tarde hasta las 7:00 de la noche se unirá la música de tres leyendas del continente. (Le puede interesar: “Rock al Parque es el bastión del rock universal”: Fito Páez)
Sin la fama y el reconocimiento en Colombia que sí tienen en sus países, los responsables de mover la juventud latinoamericana a través de sus letras y composiciones en el siglo XX estarán alineados. A pesar de su trascendencia, no habían estado hasta ahora en este festival, que podrá presumir en el futuro el haber albergado a los grandes del rock en español. El Tri de México, Gustavo Santaolalla y Pedro Aznar de Argentina por fin llegan a Rock al Parque. (Lea también: La Filarmónica de Bogotá regresa a Rock al Parque)
No se es tan mexicano si no se conoce a Alex Lora
En las calles de Ciudad de México, a la par con las rancheras y la música de banda se escucha rock. En el metro de esta gigantesca urbe, poco rotan canciones instrumentales y, en cambio, suenan alternados ídolos como Juan Gabriel con agrupaciones como Café Tacvba o Caifanes, cuyos temas hacen parte del repertorio de cualquier ciudadano. (Además: Los momentos más destacados de Rock al Parque 2019)
Allí, desde finales de los años sesenta, como en muchas partes del mundo, la juventud se empezó a expresar a través del rock. Incluso, hubo un legendario festival en 1971, el de Rock y Ruedas de Avándaro, comparado por su magnitud con el de estadounidense de Woodstock, realizado en esta población cercana a la capital mexicana. Al lugar se calcula que llegaron 500 mil jóvenes en dos días, una cifra que desbordó cualquier expectativa y dio cuenta del tamaño del movimiento contracultura que se había gestado en el país. (También: Rock al Parque 2019: ¿Qué estaba pasando en Colombia hace 25 años?)
Según han contado en múltiples documentales mexicanos sobre los años setenta, luego de Avándaro vino la represión de estas expresiones culturales. Sin embargo, fue imposible callar a la juventud del todo. En pequeños espacios de la capital se gestaba una nueva generación de músicos, los que narrarían en sus letras la realidad. Hasta el día de hoy no han dejado de hacerlo.
El líder de El Tri, Alex Lora, estuvo en Avándaro y nunca paró de componer. El año pasado celebró 50 años de rock and roll. Más allá del ritmo de las canciones de este grupo, los mexicanos se engancharon con sus letras, encontraron en ellas identidad, un reflejo de sus vidas y de su pensamiento. El Tri le dio una identidad al rock mexicano y representa a lo que allí se llama ‘la raza’, a su gente, a su pueblo.
Lora fue el encargado de liderar un fenómeno urbano que volvió masivo el rock en español y de su boca salieron frases como !Que viva el rock and roll!, usada desde hace décadas en el movimiento de todo el continente. Es el único roquero al que le han erigido monumentos, en Guadalajara y en Puebla reposan sus estatuas, mientras él sigue siendo el trovador urbano por excelencia. La emoción invade a quienes saben lo que representa tener a El Tri en Rock al Parque.
Santaolalla, la estrella entre las estrellas del festival
Gustavo Santaolalla es un buscador. Desde que empezó su carrera no ha parado de avanzar unos cuantos pasos adelante de los artistas de su generación en la exploración sonora de la identidad latinoamericana, al menos en los ritmos y letras que más han conectado con los jóvenes de las últimas décadas.
Más allá de lo que puede reflejar sobre su trayectoria su historial de premios, que incluye dos Óscar, 18 Grammys, dos Baftas y un Golden Globe, está su aporte a las músicas modernas del continente. Posee el don de encontrar el talento artístico para transformarlo en su mejor versión o al menos en la más popular. Eso podría concluirse del productor de álbumes como el Re de Café Tacvba o ¿Dónde jugarán las niñas? de Molotov, dos de los más representativos de toda la historia del rock latinoamericano.
Ya ha producido más de cien álbumes que incluyen auténticas joyas. Bajo su tutela se han grabado temas como Tren al sur de Los Prisioneros, Pachuco de Maltida Vecindad, Sr. Cobranza de Bersuit Vergarabat, Qué Ves? de Divididos, De mis pasos de Julieta Venegas o Volver a comenzar de Café Tacvba. También es como un Midas, capaz de llevar a los artistas a conectarse con los públicos masivos. Fue el encargado de acompañar a Juanes en su camino al estrellato, como productor de su álbum debut Fíjate Bien y de La vida… es un ratico, además de su participación en Un día normal y Mi sangre.
También es el líder de Bajo Fondo, un proyecto bajo la cobija del llamado tango electrónico, clasificación que el mismo Santaolalla rechaza vehementemente y más bien describe como música del Río de la Plata, compuesta por sonoridades diversas en las cuales el rock es uno de los componentes principales.
Santaolalla es el cerebro detrás del rock latinoamericano y a las 4:55 de la tarde de este lunes 1 de julio saldrá con un formato poco común para el festival, con una banda de músicos que hará un recorrido por las composiciones del argentino, desde lo más minimalista hasta el rock progresivo.
Seguramente algunos novatos en el festival pensarán que eso no es rock, mientras que quienes están tras bambalinas asistirán fascinados a ver este momento. Además de Juanes, en el festival también estará La Vela Puerca, la legendaria agrupación uruguaya, que también produjo.
Aunque los ojos de la mayoría de los asistentes estén volcados en ver ese día a los diversos artistas que trae el cierre como Los Amigos Invisibles, Fito Páez, Babasónicos, Juanes o el show especial de la Orquesta Filarmónica de Bogotá (OFB), los oídos de los artistas invitados seguramente van a estar volcados en el maestro y productor Gustavo Santaolalla, el cerebro detrás del rock latinoamericano.
Los orígenes del rock argentino llegan con Pedro Aznar
Nunca fue tan famoso como Charly García en Colombia, aunque estuvo con él en Serú Girán y también compuso en su compañía varios temas, entre ellos Hablando a tu corazón y Tu amor, que justamente hará parte del cierre de la OFB en estos 25 años de festival.
El talento de Pedro Aznar siempre estuvo por encima del turbulento mundo del rock and roll de los de su época. Es multiinstrumentista y tal vez su destreza como bajista es la más reconocida, por su capacidad de llenar de armonías y melodías sus composiciones.
“Es increíble no solo lo bien que se conserva físicamente sino musicalmente. Quizás entre Charly y Pedro, Pedro fue mucho más dedicado a los arreglos y a la producción. Nunca ha sido vendido como un rock star que se tira por las ventanas de los hoteles, sino que ha estado más afincado en lo musical, en el valor de la música”, explica Chucky García, programador de este evento, realizado por el Instituto Distrital de las Artes - Idartes- de la Alcaldía de Bogotá.
Luego de haber tenido en el festival a Luis Alberto Spinetta, Charly García y Andrés Calamaro, por fin la visita de Aznar se concretó para este aniversario. No es un espectáculo de la nostalgia. Este argentino sigue vigente en la música del continente y pasa por uno de sus mejores momentos artísticos.
Pedro Aznar será el último de este bloque de leyendas del rock latinoamericano que debutan en Rock al Parque, tres horas en las que tal vez quienes hayan asistido al festival solamente para ver a Juanes, presenciarán, seguramente sin saberlo, uno de los momentos en vivo más importantes de la historia del rock latinoamericano.