Ian Bostridge: “‘Winterreise’ es una obra que excava las paradojas de la melancolía”

Conversamos con el musicólogo y cantante inglés sobre su amplia experiencia en la obra de Franz Schubert. Esto fue lo que nos contó.

Ángela Martín Laiton
09 de enero de 2020 - 02:00 a. m.
Ian Bostridge.  / Cartagena Festival de Música
Ian Bostridge. / Cartagena Festival de Música

“¡Nadie comprende el dolor del otro, y nadie comprende la alegría del otro! Siempre pensamos ir hacia el otro, pero lo único que hacemos es pasar unos al lado de los otros. ¡Qué padecimiento para quien se da cuenta de esto!”, anotó en su diario el compositor vienés Franz Schubert, el 27 de marzo de 1824. Ese año comenzaba la peor parte de una enfermedad que lo llevó a la muerte. También fue este el período en que escribió obras magistrales de inmensa melancolía.

En febrero de 1827, fascinado con la obra poética de Wilhem Müller, compuso los 12 primeros lieder, considerados los más oscuros de su repertorio. Winterreise (Viaje de invierno) es una de las obras más famosas del compositor y solo se vio finalizada después del verano de ese año, cuando Schubert conoció los otros 12 poemas de Müller que hacían parte de la obra Poemas de los papeles legados por una corneta del bosque errante. Canciones de la vida y el amor. El ciclo de lieder fue publicado en enero de 1828. Schubert había muerto seis semanas atrás.

Ian Bostridge, cantante y musicólogo inglés, es una de las figuras más respetadas en cuanto a experiencia y conocimiento en la obra de Schubert se refiere. Ha interpretado los repertorios del compositor vienés por más de treinta años.

“La primera vez que entré en contacto con la música de Franz Schubert y la poesía de Wilhem Müller fue en el colegio, a los doce o trece años. Nuestro extraordinario profesor de música, Michael Spencer, estaba siempre haciéndonos participar en proyectos musicales inmensamente —e incluso absurdamente— ambiciosos […] Cuando el señor Spencer nos sugirió que él en el piano, junto con uno de mis compañeros de clase, Edward Osmond, en el clarinete, y yo en la voz, interpretáramos algo llamado El pastor en la roca, yo no tenía idea de hasta qué punto aquella propuesta era brillante y poco convencional […] Lo cierto es que me enamoré de la música, pero luego me olvidé rápidamente de lo que fue mi primer encuentro con la tradición del lied”.

Cuando tenía veinte años, Bostridge interpretó por primera vez el ciclo de lieder Viaje de invierno. Recuerda ese momento: “Acababa de terminar con mi novia y esa fue mi extraña forma de traerla de regreso. Eso y una terrina de pato silvestre laboriosamente construida para la cena. Contaba con una experiencia mucho más amplia en el ciclo de Schubert anterior, Die schöne Müllerin, aunque nunca lo había cantado por completo (técnicamente es mucho más difícil), y creo que, aparte de un contexto personal muy específico, llevé mucho del espíritu adolescente de Müllerin a Winterreise. Así como Müllerin tiene una evidente perspicacia adolescente, Winterreise posee un espíritu más maduro, que tal vez no entendí. Pero, así como Müllerin no es solo para la gente joven (es una historia profunda sobre sexo y muerte, para ser leída, como dice Müller, en invierno), Winterreise no es (como Peter Pears trató de reclamar), sólo para ancianos. Después de todo, Schubert y Müller murieron en los primeros años de su tercera década. Estos son trabajos que se llevan a través de toda una vida, como intérprete y como oyente; para ser cantados en invierno o verano; en tiempos de guerra o de paz”.

Treinta y un años después, en 2015, Bostridge publicó el resultado de una carrera mediada por la fascinación con la obra del compositor vienés: Viaje de invierno de Schubert, anatomía de una obsesión es el resultado de una investigación juiciosa alrededor de los 24 lieder, una aproximación al punto más esplendoroso del romanticismo alemán y la interseccionalidad de las artes. Allí, Bostridge no se limita al análisis musical de la obra; se acerca a cada uno de los lieder para desentrañarlo desde el análisis político, sociológico, científico y cultural.

Su libro lleva el subtítulo Anatomía de una obsesión como un guiño a Robert Burton, quien escribió en 1621 un libro titulado Anatomía de la melancolía, en el cual repasa desde el punto de vista histórico, filosófico y psicológico más de dos milenios sobre el tema de la añoranza. Bostridge reconoce este llamado a la obra de Burton y agrega: “Quería un subtítulo para mi libro y el eco de Burton resonó en mi mente. La promiscua y llamativa atención de mi libro tal vez imita a Burton, y Winterreise es sin duda una obra que excava las paradojas de la melancolía”.

Por Ángela Martín Laiton

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