Juan Pablo Cediel Quinteto, en un punto ambivalente

Reseña sobre la presentación ofrecida por Juan Pablo Cediel Quinteto en la Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel, el domingo 5 de mayo de 2019. La agrupación también visitará Cúcuta, el lunes 10 de junio; y Bucaramanga, el viernes 16 de agosto.

Pedro Sarmiento*
09 de mayo de 2019 - 11:16 p. m.
El Juan Pablo Cediel Quinteto está integrado por Jacobo Álvarez (batería), Juan David Mojica (saxofones), César Castro (tiple), David González (contrabajo) y Juan Pablo Cediel (piano).  / Gabriel Rojas © Banco de la República
El Juan Pablo Cediel Quinteto está integrado por Jacobo Álvarez (batería), Juan David Mojica (saxofones), César Castro (tiple), David González (contrabajo) y Juan Pablo Cediel (piano). / Gabriel Rojas © Banco de la República

El domingo 5 de mayo se dieron cita en la Sala de Conciertos del Banco de la República los seguidores de Juan Pablo Cediel Quinteto, agrupación de jazz integrada por Jacobo Álvarez (batería), Juan David Mojica (saxofones), César Castro (tiple), David González (contrabajo) y Juan Pablo Cediel (piano).

El quinteto presentó un programa con obras del joven compositor santandereano Juan Pablo Cediel. Los temas fueron compuestos, en su mayoría, durante la última década y hacen parte de sus producciones discográficas: Juan Pablo Cediel (2008), Ami hermanos (2015) y Ambivalencia (2017).

Cediel es un compositor intimista que plasma en música importantes momentos de su vida personal y profesional. El concierto abrió con En tus ojos la lluvia, obra que dedicó a su esposa, seguida de ocho temas que relatan sus recuerdos de infancia en San Gil, así como sus vivencias en Barcelona y Bogotá. En sus composiciones se revela el gusto por la elaboración de melodías de gran aliento, expresivas y de gran recordación, rasgo muy valorado por los cultores de la música andina colombiana. Este mismo cuidado se refleja igualmente en la armonía y la instrumentación, siendo evidente que se toma suficiente tiempo en sopesar las alternativas, hasta llegar a la opción estética más satisfactoria.

Las obras fueron dispuestas subjetivamente desde lo particular hacia lo general, esto es, que primero se interpretaron las obras inspiradas en sus vivencias para luego dar paso a las obras en las cuales se reflexiona sobre el devenir de la música popular, puntos de vista que expone musicalmente en Porro de la montaña, South American Voyage y Guabina con luna que, junto con Autorretrato, tuvieron una buena recepción por parte del público.

Sin embargo, Guabina con luna ha debido interpretarse dentro del grupo inicial de obras, por su carácter contrastante. Asimismo, South American Voyage pudo haberse puesto como obra intermedia para finalizar con Porro de la montaña, que puedo ser más adecuada como obra de cierre. En realidad, los cuatro primeros temas no son contrastantes entre sí, incluso comparten muchos rasgos de sonoridad, entre estos, el acompañamiento de la batería que se apoya en el plato suspendido, perdiéndose la oportunidad de jugar con las expectativas del público.

También hubo problemas en el balance de la amplificación del conjunto. Para mantener un contacto visual adecuado entre los miembros del quinteto, el piano se ubicó con la cola hacia atrás, dejando al pianista girado casi de espalda hacia el público. Esta ubicación hace necesaria su amplificación, puesto que el sonido no sale de la caja de resonancia hacia el público, sino hacia los músicos. Si bien pudimos escuchar bien el piano cuando no había acompañamiento instrumental, no sucedía lo mismo en las improvisaciones. También fue difícil apreciar bien la combinación de timbres entre el tiple y el saxofón cuando éstos tocaban al unísono.

Los años de interpretación como conjunto le permite al quinteto tener hoy día una sonoridad propia. En escena se comportan como un equipo en toda la extensión del término. Con esto quiero decir que, a pesar de que este es un conjunto centrado en la figura de Juan Pablo Cediel, hay un distanciamiento entre esa figura y su labor como músico. Escénicamente todos reciben el mismo nivel de atención y esto se debe principalmente a su mentalidad colectiva que se evidencia en que no utilizan ningún elemento que centre la atención sobre Cediel. Por el contrario, buscan que el público ponga su atención en la totalidad del ensamble.

Suele esperarse en los conciertos de jazz que sus miembros hagan improvisaciones en algunos temas. Percibí que dichas improvisaciones fueron tratadas más como solos instrumentales que como improvisaciones para exhibir virtuosidad técnica, algo que también notó el público, pues éste no brindó su aplauso al final de los solos sino hasta el final de las obras, comportamiento más típico del público frente a la música académica. No obstante, eché de menos un solo del piano donde se explorara el registro agudo y sobreagudo del instrumento, cosa que sí hizo David González en sus solos de contrabajo.

Todo esto me lleva a una reflexión acerca del tipo de música que hace Juan Pablo Cediel Quinteto. Encontramos elementos heredados de la música colombiana en nombres, ritmos y gusto por la melodía cuidada; de la música académica como la forma seccionada y el tratamiento del solo instrumental, y del jazz en la estructuración del nombre del conjunto como de la conformación instrumental, existiendo un equilibrio que lo aleja de la fusión como de la nueva música colombiana como categorías de mercado. Creo que Juan Pablo Cediel es consciente de encontrarse en este punto que se revela como una Ambivalencia.

* Compositor y musicólogo de la Universidad Nacional de Colombia, miembro del Círculo Colombiano de Música Contemporánea CCMC.

 

Por Pedro Sarmiento*

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